Javier García: «Vamos a seguir invirtiendo en Gipuzkoa»

- ¿En qué fase se encuentran las obras?

- Estamos en la etapa final, terminando la urbanización exterior. De los tres edificios que componen el complejo, uno está ya totalmente equipado y los otros dos acabados, pero de momento vacíos. Llevamos tres meses validando equipos y hemos comenzado a producir los primeros lotes piloto, de manera que en 2022 saldremos al mercado.

- ¿A cuánto ha ascendido la inversión?

- Alrededor de 80 millones de euros. Cuando completemos el segundo y el tercer edificio, se incrementará entre 40 y 50 millones.

- ¿Cuántos profesionales van a necesitar y dónde los están encontrando?

- Ahora tenemos 250 empleados. La idea es llegar a 450 cuando se abran los módulos dos y tres. Se trata de perfiles muy técnicos procedentes del área de la biotecnología y, a su vez, personas que han cursado FP. Firmamos un acuerdo de formación dual con el Gobierno Vasco que permite que los alumnos estén el primer año en la escuela y que el segundo pasen un 50% del tiempo con nosotros, elevándose al 80% en el tercero. Cuando terminan ese periodo se incorporan a la plantilla.

- Usted es de Madrid ¿Por qué decidió desarrollar este proyecto en Donostia?

- Nuestro fondo de inversión está especializado en tecnología y buscamos lo mejores lugares para poner en marcha los proyectos que nos interesan. San Sebastián presenta unas ventajas claras en cuanto a infraestructuras, capacidad para atraer talento y sobre todo, apoyo institucional. Viralgen disponía en Miramón de una planta pequeña, pero el mercado esperaba una expansión y Donostia era el lugar ideal para efectuarla. Es verdad que sí causó cierta sorpresa que optáramos por San Sebastián.

- No es de extrañar, porque su socio era la norteamericana Asklepios y podría haber optado por ubicar Viralgen en cualquier lugar del mundo.

- En septiembre de 2016 invité a Jude Samulski, propietario de Asklepios, a que asistiera en San Sebastián a unas jornadas y aproveché la ocasión para presentarle a la consejera Arantxa Tapia y a otras personas relevantes. El Gobierno Vasco se interesó por su labor y allí lo dejamos. Nosotros seguimos colaborando con Asklepios para montar una planta y elegimos cuatro emplazamientos posibles: Valencia, Madrid, Navarra y San Sebastián. Espacio, naves y dinero público lo ofrecían en todos esos sitios, pero había dos elementos que diferenciaban a Donosti. El primero el entorno del parque tecnológico de Miramón, muy parecido a los campus universitarios norteamericanos donde conviven ciencia y empresa. Y, como segundo hecho distintivo y especialmente relevante, San Sebastián se encuentra al lado de Francia, donde radica gran parte del talento que necesitamos para nuestra tecnología. Donosti permite fichar a profesionales franceses que pueden trabajan en Viralgen y seguir viviendo en su país. Asklepios también vio estas ventajas. No hubiéramos podido ir tan rápido sin contar con profesionales traídos de las universidades de Nantes o de París.

- Viralgen ha sido comprada por la multinacional alemana Bayer. ¿Existe riesgo de deslocalización o por el contrario es una oportunidad para la firma y para Miramón?

- Siempre existen riesgos de deslocalización, especialmente cuando no eres competitivo y careces de capacidad para transformarte. Bayer ha llegado con la idea de quedarse. Ha comprado un negocio que se basa en conocimiento y en experiencia. La entrada de Bayer es un espaldarazo al proyecto y el inicio de una relación entre una gran multinacional y Gipuzkoa.

- ¿Qué es lo que tiene de especial Viralgen para que Bayer haya decidido comprar la firma?

- Vamos a producir vectores virales. Se trata de utilizar los virus como una herramienta de transporte de genes 'estropeados' con el objetivo de curar enfermedades raras, de las que hay unas 5.000 que afectan a millones de personas. Viralgen producirá, en cantidades muy elevadas, los virus y la carga genética de ADN que ha de llegar a las células. Debe cumplir este objetivo con la calidad adecuada para que sea considerado como un medicamento y esto es lo que nos diferencia de otras compañías. Somos capaces de desarrollar muchos proyectos y muy distintos para numerosas empresas.

- ¿La negociación con Bayer fue rápida?

- La multinacional en un primer momento se fijó solo en Asklepios como una adquisición estratégica por su gran cantidad de patentes y terapias. Nosotros, en Viralgen, teníamos un camino muy claro, llegar al mercado y seguramente cotizar en el Nasdaq. Pero llegó Bayer y en plena pandemia sus directivos visitaron San Sebastián y decidieron que dentro de la compra de Asklepios una de las piezas clave era Viralgen. Esto ocurrió a finales de septiembre de 2020 y el acuerdo se anunció en octubre, así que fue un proceso muy rápido. Bayer entendió que la clave del avance en las terapias génicas radica en la producción y que la capacidad existente en Viralgen es superior a la que puedan encontrar en otras firmas.

- ¿Por qué Bayer le mantiene a usted como CEO de Viralgen?

- Bayer compró el 100% de Viralgen y yo sigo al frente porque hay que terminar el proyecto y, además, quieren que se mantenga la independencia del negocio y la marca. No seguiría aquí si no fuera así.

- ¿Está pensando ya en nuevas ampliaciones del complejo de Miramón?

- De momento nos centraremos en consolidar lo existente y en poner en marcha los módulos dos y tres, lo cual ya supone una ampliación. Aunque sí estamos pensando en crecer. Para Columbus, Viralgen es una de nuestras inversiones estrella y Gipuzkoa un lugar donde nos gusta hacer cosas. Por lo tanto, seguiremos poniendo en marcha empresas aquí.

- ¿Podría concretar un poco más?

- No le puedo adelantar nada, pero estamos cerca de hacer cosas. Le doy una pista. En inversiones como la realizada en Viralgen se corre el riesgo de que se queden como una isla. Es necesario que Gipuzkoa disponga de un ecosistema que dote de puntos de apoyo a este tipo de empresas de terapias avanzadas.

- Me he quedado más o menos igual...

- Puede que no sean proyectos rompedores, pero es preciso establecer bases sólidas para que lo existente se mantenga. Todos vemos el problema que ha surgido ahora con las cadenas de suministro. Es el momento de hacer cosas diferentes, proyectos que dentro de cuatro o cinco años agradeceremos que se hayan llevado a cabo. Gipuzkoa, o Euskadi en general, tienen que ofrecer este ecosistema de soporte para estas empresas con gran proyección. Desde Columbus podemos ayudar a lograrlo.

- ¿Por tanto, cabe esperar que su fondo siga invirtiendo en Gipuzkoa en un plazo breve?

- Sí, porque estamos para quedarnos y la gente aprecia lo que estamos haciendo. No somos un fondo de invertir y salir corriendo. Podríamos haberlo hecho tras la compra de Bayer, pero aquí seguimos y con ganas de completar el proyecto de Miramón y de analizar nuevas iniciativas. De hecho, acabamos de invertir también en Bizkaia

- ¿ Y cabe esperar más inversiones en Gipuzkoa de la multinacional Bayer?

- La tradición de las industrias farmacéuticas es muy clara. Cuando compran empresas con talento, como es el caso de Viralgen, el objetivo es quedarse y este paso puede dar pie a nuevas inversiones. Ahora bien, es una relación que hay que cuidar, porque la relación de Bayer con Donostia puede ser muy interesante a medio plazo. La llegada de este grupo es una gran oportunidad, pero también conlleva una responsabilidad. Viralgen está perfectamente situada para facilitar la convergencia entre la ciudad y la multinacional. Ya hay un camino andado, porque desde Bayer solo recibimos palabras de elogio por la forma en que se ha comportado la ciudad o la implicación de la FP. En cierta forma, aquí se ha funcionado con una mentalidad alemana y eso ha ayudado muchísimo.

- ¿Usted se va a comprar una casa en Donostia? Sería la mejor prueba de anclaje en la ciudad...

- Sí, en ello estoy, no en vano paso tres semanas al mes en Donosti. Además, a mi esposa y a mis hijos también les encanta la ciudad. Me parece un lugar espectacular, aunque quizá después de veinte años de ver llover -la entrevista coincidió con las inundaciones del mes pasado- le digo otra cosa.