Urgente Largas colas en la AP-8 y la GI-636 en dirección a la muga
Trabajadores de la firma industrial GKN Driveline de Zumaia, que fabrica piezas de automoción. Morquecho

La industria vasca reduce un 50% su peso en el PIB desde 1955 pero sigue como «gran motor»

La manufactura supone el 22,3% y resiste mejor que en otras autonomías, aunque los servicios le superan hasta representar la mitaddel PIB de Euskadi

Julio Díaz de Alda

San Sebastián

Domingo, 16 de abril 2023, 07:08

La industria vasca ha reducido a la mitad su peso en el PIB de Euskadi desde 1955 pero sigue siendo un «gran motor» de la economía vasca. La última actualización del Reg-Data, una profusa base de datos realizada por Fedea y BBVA Research que recoge los principales agregados económicos y demográficos de las autonomías en las últimas seis décadas, revela que el peso relativo de la industria manufacturera vasca sobre el conjunto de la economía de Euskadi ha pasado del 44,6% de mediados de los cincuenta a un 22,3% en 2021. En ese periodo, otros sectores han ganado protagonismo, como los servicios, que han pasado de suponer un 31% a representar un 50% del total del PIB vasco, según la misma base de datos.

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«La industria manufacturera sigue siendo uno de los grandes motores de la economía vasca, pese a haber perdido peso relativo en las últimas décadas, como ha sucedido en todas las sociedades industrializadas europeas. Eso es absolutamente indiscutible», confirma a DV el profesor Pep Ruiz, economista principal y responsable de análisis regional de BBVA Research. Ese descenso industrial puede parecer abismal e incluso despertar alguna alarma. Sin embargo, el experto del servicio de estudios del banco azul descarta por completo esa idea y subraya que la moderación «es algo que ha sucedido en todas las economías industrializadas de nuestro alrededor y no es preocupante».

«Hablamos de algo generalizado en sociedades industriales, y España, Euskadi o Cataluña no son ninguna excepción. De hecho no es nada necesariamente malo ni preocupante», señala también Ángel de la Fuente, de Fedea, que coincide con Pep Ruiz en que el cambio de panorama y de peso relativo de la industria se debe a una batería de factores, muchos de ellos exógenos a la esencia del propio sector manufacturero.

En primer lugar, y toda vez que el periodo analizado es ciertamente extenso, cabe recordar las distintas crisis industriales de los años setenta y ochenta, «que en Euskadi fueron un drama», reconoce Ruiz. La reindustrialización supuso un cambio de piel notable en el tejido productivo del que «el País Vasco salió bastante bien parado si se mira con perspectiva y se compara hoy la región con otras similares», añade.

Terciarización

En realidad, señalan los dos autores del informe, la parte del león del cambio experimentado se debe a un fenómeno generalizado que se conoce como terciarización de la economía. Un trasvase de actividades que en su día estaban incluidas en nuestras industrias y que poco a poco se fueron externalizando.

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«La industria ha perdido peso relativo pero como en todas las sociedades europeas»

Pep Ruiz

BBVA Research

El descenso de la industria no es algo malo y pasa también en España o en Cataluña»

Ángel De la Fuente

Fedea

«Si añadimos los servicios conexos a la industria, el peso en el PIB supone el 39,3%»

Mikel Amundarain

Gobierno Vasco

«Uno de los éxitos del País Vasco es cómo ha resistido los cambios desde los años ochenta»

James Wilson

Orkestra

Ruiz ilustra el fenómeno con un perfecto ejemplo: «Antes, en muchas, por no decir en todas las empresas de cierto tamaño, podíamos encontrar un servicio médico, otro de limpieza o un equipo propio de abogados; hoy en día esa actividades se han subcontratado y ya no se consideran industria manufacturera, aunque se presten para la misma compañía». Eso explica, por ejemplo, el auge del peso de los servicios en el conjunto de la economía vasca (véase el gráfico adjunto). El experto matiza que resulta ciertamente complicado separar aquellos servicios que siguen ligados a la industria de una u otra forma de otros que nada tienen que ver.

«Es difícil saber si un abogado está trabajando para una empresa o para un particular», señala, para resaltar que parte de ese PIB 'perdido' por la manufatura puede que no sea tal, y menos en sociedades como la vasca que han volcado sus esfuerzos en modernizar su industria tradicional.

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La modernización y la digitalización de la industria vasca es también responsable de que no pocas actividades consideradas estrictamente como servicios sean en realidad 'servicios conexos a la industria', como lo relativo a la ciberseguridad, el IT, la inteligencia artificial o todo lo relativo al conocido como 4.0, lo que hace a su vez que el PIB industrial total sea muy superior a ese 22%.

Esta es una circunstancia que el departamento de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente del Gobierno Vasco se encarga regularmente de recordar. Mikel Amundarain, viceconsejero de Industria, resalta que «la estructura de las propias empresas ha cambiado en todo este tiempo» con fenómenos como el 'outsourcing', pero que en definitiva la industria en el sentido más amplio de la palabra supone casi la mitad del PIB. «Petronor Innovación o CAF signalling a lo mejor no entran en una clasificación estrictamente industrial, pero es evidente que son industria; como sucede con tantas y tantas ingenierías o con los servicios de telecomunicaciones sin los que las empresas no tienen sentido», advierte. «Y qué decir de toda la actividad de los centros tecnológicos y del BRTA, que terminan en la pura industria», añade.

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Amundarain explica que el Ejecutivo vasco trabaja junto al Eustat en una nueva forma de medir el peso en el PIB tomando como una unidad la industria tradicional y «todos esos servicios conexos con la misma industria». «Es un índice nuevo, sin apenas referencias en Europa, pero que refleja bien lo que está sucediendo, pues hablamos de actividad industrial, y que revela que así considerada la suma total supone ya, con datos de 2019, antes del Covid, un 39,3% del PIB de Euskadi». El objetivo es llegar a un 40% en la presente legislatura.

James Wilson, director de investigación de Orkestra-Instituto Vasco de Competitividad y profesor de la Deusto Business School, coincide con Amundarain y el resto de entrevistados. Y señala que «hasta cierto punto hablamos de un fenómeno natural en las economías avanzadas». Según apunta, el «declive» que parece apreciarse en los últimos años tiene más que ver con «la forma de medición». «Cambian las fronteras de las empresas, y los servicios industriales ganan peso, con lo que es más complicado analizar», dice. Sin embargo, advierte, «uno de los éxitos del País Vasco es cómo ha resistido los cambios desde los años 80, lo que le ha permitido mantener su peso relativo en España gracias, entre otras cosas, a las estrategias políticas seguidas en la comunidad autónoma». «Eso es una buena ventaja para el País Vasco; algo en lo que hay que seguir insistiendo», concluye.

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