«Bajar hoy los impuestos en Euskadi no es responsable»
El consejero pide afinar mucho el gasto en todos los departamentos del Gobierno Vasco para poder atender los compromisos sociales
Pedro Azpiazu (Bilbao, 1957), el guardián de la caja vasca, confía en que la economía de Euskadi crezca, de forma más modesta, y siga creando ... empleo, aunque reconoce que las apreturas que impone el escenario internacional obligan al Ejecutivo de Iñigo Urkullu a afinar muy mucho sus gastos. Azpiazu descarta bajadas de impuestos si se quiere garantizar el estado de bienestar.
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–Acaba usted de rebajar las previsiones del PIB vasco a un 4,3% para este año y un 2,1% para 2023, la mitad del calculado hasta ahora. Con la que está cayendo, ¿es para estar tranquilo?
–Se ha corroborado que veíamos para 2022 un crecimiento sólido. La anterior previsión era del 4,5%, a pesar de que hay mucha gente que revisa muy a la baja sus previsiones. No vamos a ignorar el entorno, la guerra, la energía, las materias primas... Eso genera muchas dudas de cara al futuro, pero no sobre el presente. La incertidumbre se traslada a 2023, cuando efectivamente va a haber un bajón. Aún así, vemos un 2,1%, por encima del crecimiento potencial de la economía vasca. Y creando empleo, unos 26.000 nuevos este año, y rebajando la tasa de paro en los dos ejercicios. En 2022 ya hemos recuperado todo lo perdido en el Covid, pero esta crisis de hoy es la de la inflación.
–¿De esta salimos más pobres?
–Ya somos más pobres por una inflación que sube más que los salarios.
–¿Y seremos aún más pobres?
–Si sigue la inflación, sí. Por eso EE UU y Europa se han tomado tan en serio el asunto, aunque algunos corren el riesgo de pasarse de frenada.
«El año que viene habrá otra deflactación de más o menos la inflación subyacente. El coste de todas es de 250 millones»
–Está pensando en el BCE...
–Sí. El BCE está siguiendo a la Reserva Federal, que es más dura, y corre el riesgo de frenar demasiado la actividad. Cada vez pesan más los halcones y Alemania, y la posibilidad de que haya recesión en ese país les lleva a sacrificar más. El problema es que hay que saber qué inflación tenemos, que no es solo de demanda. Si tienes una inflación de costes y les haces pagar a los consumidores por un problema que no es estrictamente suyo... Hay que ser más fino.
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–¿Descarta usted por completo la recesión en Euskadi?
–Descartar es una palabra dura pero, sinceramente, yo a corto no la veo. Hombre, si la situación empeora y en el conjunto de Europa hay problemas y nos dificulta exportar... Hablo de Alemania, Francia o Reino Unido. Si la hubiera, por ejemplo, con un -0,1% en dos trimestres seguidos tampoco pasaría nada; habría que ver la recuperación después...
«Algunos dicen que tienen capacidad para bajar impuestos pero no la tienen. Hay que garantizar el estado del bienestar»
–Un pacto de rentas afecta a empresas y trabajadores. ¿Qué papel tiene el Gobierno?
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–El propio lehendakari lo ha dicho. Ha invitado a las partes a hacerlo. Más allá de esa invitación, difícil. Yo creo que el Gobierno de Madrid también forma parte de un pacto de rentas por su capacidad de influencia. En Euskadi tú (el Ejecutivo) no puedes tomar medidas, incluso algunos no quieren que hablemos de esto. Lo que no puede ser es pensar que de esta pérdida global a mí no me va a tocar nada. Hay que repartir el sacrificio, sufriendo menos los que menos tienen. El papel del Gobierno es esa política compensatoria de rentas a los más desfavorecidos.
«Cuando pidamos dinero debemos cuantificar bien. Hay que empezar a hacer cosas con menos dinero o dejarlo para otro año»
–¿Qué tal va a ir la recaudación este año? ¿Va a afectar la caída del consumo?
–La recaudación va a ser más positiva de lo presupuestado, aunque no tanto como pensábamos hace un mes. Aún no hay cifras. Lo estamos trabajando de cara al Consejo Vasco de Finanzas de octubre. Habrá un buen cierre y después veremos las previsiones del 2023, cuando también crecerá.
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–¿Sigue pensando en un presupuesto récord para 2023? ¿Será expansivo? ¿Habrá alegría en el gasto o toca controlar más?
–Récord es con un euro más. Tendremos más recaudación por el crecimiento y algo menos margen de déficit. ¿Qué es expansivo? ¿Por encima del PIB nominal, que es del 5%? Puede ser. Se nos olvida que la subida salarial del Gobierno Vasco, a falta de confirmarla, es muy importante. Hay compromisos, como en materia de inversión o I+D, que hay que cumplir. Tenemos planes de inversión que hay que cumplir. Tenemos medidas por la guerra, los compromisos anunciados por el lehendakari... Hay mucha cosa que atender.
–Por eso le pregunto a usted si en algún aspecto toca ya recortar.
–Habrá que hacer las cosas con fundamento, como dice Arguiñano. Establecer prioridades y ordenar. Tenemos que hacer un esfuerzo para ver qué gastamos y si lo gastamos bien. Vamos a ver dónde puede haber ineficiencias. Hay que tomárselo en serio siempre, pero ahora con menos crecimiento, más. Eso nos va a obligar.
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–¿Les ha pedido a los consejeros que vayan recortando?
–Mis compañeros lo que dicen es «vamos a actuar con responsabilidad». Y cuando pidamos dinero, cuantifiquemos bien. Lo que no sea urgente, vamos a dejarlo para más adelante. Ahora toca medir más. Tenemos que empezar a hacer cosas con menos dinero o en otro año, y a ajustarnos todos para no dejar de lado aquello a lo que nos hemos comprometido.
250 millones por la deflactación
–¿La deflactación es la mejor manera de luchar contra el IPC?
–Es una de las maneras. No compensa todo, pero es muy importante. Y hemos dado una dotación adicional a las rentas bajas.
–La ministra Montero ha cuestionado la medida ya que, dice, no distingue entre pobres y ricos.
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–No valoramos ruedas de prensa.
–¿Cuánto va a costar la deflactación del IRPF en Euskadi?
–Se hizo una del 1,5%, luego una adicional del 4% y el año que viene habrá una de más o menos la inflación subyacente. El coste total para las haciendas será de unos 250 millones de euros.
–¿Hay músculo para más?
–El músculo hay que usarlo cuando hace falta. Si hubiera problemas sacaríamos más músculo.
–¿Y hay capacidad para bajadas de impuestos en Euskadi?
–En este momento bajar los impuestos en Euskadi no es responsable.
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–Algunos parece que sí tienen esa capacidad
–No tienen. Dicen que la tienen. Yo he escuchado al PP decir que tiene tres opciones: bajar, bajar o bajar los impuestos. Eso se puede entender desde la oposición. Desde una posición de Gobierno, con los retos y los compromisos que tenemos por delante, y bajo el modelo del estado de bienestar, y del impulso a la actividad y a la inversión pública, no cabe eso de bajar los impuestos. Tenemos un modelo que es el nuestro, que es buscado y políticamente deseado y eso tiene unos requerimientos de recaudación. Hoy podemos financiar un Presupuesto con esas prioridades, haciendo sacrificios y siendo serios en el gasto. Pero no bajando impuestos.
–¿Y la eterna promesa de revisar todo el sistema fiscal vasco?
–Ahora es momento de evaluar y priorizar. Ver qué gasto es prescindible. Haciendo ese esfuerzo todos podemos mantener el sistema que queremos. El problema ahora es que bajar no sería responsable y subir con una previsión de crecimiento del 2,1%, que ya es ralentización, podría deprimir más la economía. Yo ahora lo que haría es un análisis serio de gasto y cuando tengamos más holgura, ver qué podemos hacer. Es cierto que no podemos desfiscalizar el sistema con bajadas y elevar los compromisos de gasto. Hoy lo que hay que hacer es encajar ingresos y gastos. No hay que evitar el debate, cuando se produzca.
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–Vivimos un cierto aluvión de bajadas de impuestos en otras comunidades. ¿No teme que esa ola presione a Euskadi?
–El populismo no funciona cuando tienes responsabilidad. A ver cuánto les dura... Nosotros no podemos. Es importante que la gente que lo pasa mal tenga ayudas y eso cuesta y se financia con impuestos. Y si respondemos a todos los problemas generamos una tutela que es innecesaria. Hay mucha gente, yo el primero, que no puede ni debe quejarse.
–¿Y la ofensiva tributaria de Pedro Sánchez, con bajadas a rentas menores de 21.000 euros y subidas a las rentas del capital y el impuesto a los ricos?
–Es un tema demasiado serio como para entrar en planteamientos sin tener documentación oficial.
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–¿Qué va a pasar con el impuesto del Gobierno a la banca y las energéticas? ¿Tendrá Euskadi su parte correspondiente?
–Ellos dicen que no es un impuesto porque temen que les recurran desde Bruselas. Lo podemos llamar como queramos, pero es un impuesto. Primero nos dijeron que trataban de esquivar el Concierto Económico. Luego que no, que era la manera menos recurrible de presentarlo. Pero la voluntad es concertarlo o, en su caso, compensarnos como sea. Yo estoy tranquilo. Bruselas tiene otra propuesta y no sé cómo va a acabar. Cuando sea haremos una estimación de cuánto nos correspondería.
«Ahora lo que haría es un análisis serio de gasto y cuando tengamos más holgura, veremos qué podemos hacer»
–El fondo Finkatuz acaba de llegar al 3% en CAF. Y antes entró en Kaiku. Parece un balance pobre hasta la fecha.
–Bueno, no es fácil. Y algunas empresas no quieren que entres.
–Ese fondo está ligado a la idea de arraigo, y CAF tiene un 25% en manos de sus trabajadores. ¿No es ya suficiente arraigo?
–Claro que sí. Y está Kutxabank también. Pero también puede tener operaciones que le dejen en dificultades. Es una empresa importante de Euskadi, con futuro y es importante manifestar la voluntad del Gobierno de tener esa participación. Y creo que CAF está encantada con nosotros.
–¿A qué operaciones se refiere?
–CAF puede entrar en otras actividades o empresas, pero a ella también le pueden intentar comprar. Es una de las joyas de la corona del empresariado vasco.
–La entrada en ITP será a través de Finkatuz.
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–Sí. Es una empresa muy importante, con un componente tecnológico y de empleo importante y es algo que me está ocupando bastante en los últimos tiempos. Nosotros queremos estar. No le puedo decir con cuánto, pero sí que será con lo máximo que podamos y siempre con un consejero. Y que la empresa se comprometa a quedarse en Euskadi.
–Usted pretende extender el modelo de EPSV de Geroa a todo Euskadi, pero parece atascado...
–Sí. Un poco. Hay muchos actores involucrados. La idea es impulsar, con un incentivo fiscal, las EPSV de empleo como un complemento estupendo para las pensiones de futuro. Y que ese ahorro se cobre en modo de renta. Como capital no tiene sentido. Tiene que tener más incentivo ahorrar así que en una EPSV individual.
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