Fondos Next Generation EU: aprovechemos la oportunidad

Los fondos europeos Next Generation EU son el instrumento principal para impulsar la recuperación socioeconómica tras la pandemia y favorecer el crecimiento sostenible a largo plazo.

La actividad industrial creciente y las paulatinas eliminaciones de las restricciones apuntan a la senda de la recuperación. Sin embargo; en la actual coyuntura que apunta al alza también podemos identificar elementos disonantes. Algunos economistas afirman que nos hallamos en una fase de recuperación con reparos, y más teniendo en cuenta la enorme incertidumbre que nos rodea, ya que un agravamiento sostenido de la situación sanitaria podría dar al traste con cualquier ejercicio de proyección sobre las principales magnitudes económicas.

Los actuales desajustes entre la demanda y la oferta, que están conjugándose con una inflación creciente, están condicionando el ritmo de la recuperación económica. Desgraciadamente, persisten las dificultades derivadas de que la afección asimétrica de la pandemia en el conjunto del planeta es claramente, tan desigual como el proceso de vacunación. Esta diferencia es uno de los elementos que explica las dificultades en la cadena de suministro global, y que está afectando particularmente al sector industrial. A su vez, el rápido incremento de la demanda ha producido un aumento sustancial del precio de los productos básicos, con lo cual nos encontramos en una encrucijada a la hora de valorar la posible evolución del binomio crecimiento – precios en los próximos trimestres.

Respecto al preocupante repunte de la inflación, las últimas cifras que manejamos apuntan a tasas anuales de aumento de los precios industriales en el entorno del 11,5% en la CAPV. La energía, con subidas que rondan el 20%, y los bienes intermedios, que suben un 10%, son los elementos que explican el comportamiento global de los precios de esa actividad tan relevante. Por su parte, el Índice de Precios al Consumo ha alcanzado una muy llamativa tasa interanual del 5% en octubre.

Con todo, es importante recordar que, a pesar de las dificultades, el soporte de las políticas públicas seguirá apoyando al crecimiento económico. En este sentido, es justo reconocer que en esta crisis la eurozona ha tenido una respuesta a la altura de las circunstancias, tanto desde la perspectiva de la política monetaria como la fiscal, suspendiendo las reglas del Pacto de Estabilidad y Crecimiento hasta 2022, para tratar, así, de que los países puedan hacer frente a los retos de la pandemia. Para la consecución de este objetivo cobra una especial relevancia la implementación de los fondos Next Generation.

Considero que los problemas que he apuntado serán transitorios, fruto de la coyuntura, y confío en que, conforme avance el proceso de vacunación, las cadenas de proveedores volverán a funcionar para atender la demanda y, con ello, las tensiones desaparecerán. En preciso subrayar una vez más la importancia de los fondos de recuperación. El Plan de Recuperación y Resiliencia contempla la movilización de 140.000 millones de euros de acuerdo con la asignación aprobada el pasado mes de junio. Nos encontramos ante una ocasión de oro para regenerar nuestro tejido productivo.

Los recursos son cuantiosos, es evidente, pero el esfuerzo que supone generarlos es igualmente importante. La Unión Europea ha comprometido 750.000 millones de euros financiados con deuda hasta 2058, y es un acto de responsabilidad aprovecharlos. Si logramos un buen desempeño en este apartado saldremos reforzados.

Con todo, por encima de cualquier consideración económica, creo que debemos considerar a los fondos de recuperación como una oportunidad de reinventarnos, de encontrar el apoyo que necesitamos para acometer las reformas estructurales que tanta falta nos hacen. Es el momento de dar un giro de timón para conectarnos con un futuro más ecológico, justo y cohesionado. Aprovechemos la oportunidad.