Euskadi se enchufa a la energía del futuro

Y es que resulta que el hidrógeno (que se puede obtener descomponiendo el agua mediante una corriente eléctrica a través de lo que se conoce como electrólisis) es un excelente combustible. Y, además, un magnífico almacén de energía (en este caso, limpia, pues en el proceso se usan renovables) que se puede –con sus dificultades– transportar y volver a convertir en electricidad.

¿Y qué ha pasado para que sea uno de los claros protagonistas de los planes de recuperación económica tras la pandemia y un mantra cuando se habla de apuestas de futuro, si es algo que ya conocíamos y que incluso en los primeros 2000 se investigó con cierta intensidad?

Pues que se han juntado el hambre y las ganas de comer o, visto de otra manera, el interés político en la lucha contra el cambio climático (sobre todo en Europa con el llamado 'Green Deal' de 2019) y una montaña de dinero disponible, que es la que se quiere usar para combatir el golpe a la economía de la pandemia por Covid-19. El plan de recuperación europeo dedicará un 37% de sus 750.000 millones de euros a la transición energética, con lo que la apuesta está servida.

Euskadi, que cuenta con actores de primer orden mundial en toda la cadena de valor del hidrógeno, lo que le supone una ventaja competitiva enorme en estos momentos, se ha conjurado para crear una suerte de 'hub' tecnológico-industrial desde el que, de alguna manera, sentar también las bases del futuro económico del país. Aglutinados en lo que se conoce como el 'Corredor Vasco del Hidrógeno' (una iniciativa liderada por Petronor), decenas de agentes locales han sumado fuerzas y proyectos para optar a los fondos comunitarios 'Next Generation' desde el 'Euskadi Next', promovido por el Gobierno Vasco y que opta en total a 5.706,2 millones en subvenciones.

Las cifras del plan ligadas al hidrógeno vasco son notables (220 millones solicitados a Bruselas), pero las de las inversiones totales previstas asustan, pues hablamos de más de 1.000 millones, solo para empezar. El Corredor será presentado en sociedad el próximo día 22. Para conocer más sobre el hidrógeno, DV ha reunido a algunas de las voces principales de la apuesta vasca por esta tecnología.

«Es un elemento imprescindible para la transición energética hacia una economía neutra en emisiones de efecto invernadero. Dadas sus capacidades, el hidrogeno supone para Euskadi una verdadera oportunidad de futuro, no sólo desde la perspectiva energética o medioambiental sino también desde la científico-tecnológica e industrial», explica Arantxa Tapia, consejera de Desarrollo Económico, sostenibilidad y Medio Ambiente.

«Es un ámbito en el que todavía se tiene que hacer camino; el Gobierno Vasco ya trabaja en una Estrategia Vasca del Hidrogeno que nos permita situarnos en este vector de oportunidad. Esto se va a ver reforzado por los proyectos asociados a diferentes casos de uso que en los próximos años se prevé desarrollar aquí«, añade.

Elías Unzueta, director de Innovación de Petronor (que prepara una planta de producción de hidrógeno verde y de fabricación de combustibles sintéticos en el puerto de Bilbao), explica que «el reto más importante es la creación de un mercado que contemple la producción, transporte, almacenamiento y logística». «Hay que ser capaces de impulsar proyectos industriales potentes con diferentes 'partners'; la colaboración con las empresas, sobre todo las pymes, y la público-privada van a ser esenciales«, afirma. »El papel de las Administraciones en el desarrollo regulatorio será clave«, añade, para recordar que la apuesta de la refinería se enmarca en el objetivo de Repsol de lograr cero emisiones netas en el año 2050, uno de los pilares de su nuevo Plan Estratégico, en el que prevé invertir 18.500 millones.

Marcos Suárez, responsable del área del hidrógeno del Cluster Vasco de la Energía, reconoce que la tecnología «no es nueva», pero recalca que «ahora hay una gran inercia y mucha gente poniendo recursos en ello». «Japón es el país más adelantado, pero la UE muestra un claro liderazgo en transición energética y, ahí, España, por su ventaja natural en eólica y fotovoltaica, aspira a ser el granero del hidrógeno verde de toda Europa«.

En esta tesitura, el experto saca a relucir el as en la manga de Euskadi: «Nosotros tenemos a toda la cadena de valor involucrada y con capacidades demostradas; desde energéticas a centros de investigación, pasando por ingenierías, tuberas o empresas de electrónica de potencia y una industria capaz de convertirse en consumidora de hidrógeno; no somos los reyes del mundo pero sí podemos aspirar a una porción de la tarta«, dice, para detallar que el grupo de trabajo específico sobre ello abierto en el Clúster reúne a 106 entidades y más de 200 personas. »Lo que nos interesa es que las fábricas (de electrolizadores) estén aquí«, dice.

Javier Rodríguez, director general de Cidetec (que, recuerda, comenzó a investigar en pilas de combustible allá por 1997), asegura que «la apuesta vasca es completa y ambiciosa», y afirma que «la presencia de Repsol e Iberdrola como tractores es la mejor noticia que podíamos tener». A su juicio, el hidrógeno, cuyo desarrollo va a resultar costoso en tiempo y dinero, «no va a sustituir a las baterías, aunque sí moverá coches». «Hay que ser prudentes, pero sí veo oportunidades en la fabricación de gasolinas y querosenos sintéticos con captura de CO2 y una aplicación clara en la siderurgia, sustituyendo al carbón«. El centro donostiarra, apunta, juega también un papel en la investigación de materiales y componentes de las pilas y los electrolizadores, »aspectos en los que en el marco del Corredor Vasco nos situamos como el centro experto«, dice.

Fernando Espiga, responsable de Transición Energética de Tecnalia, apunta que el centro «lleva en esto casi veinte años». «Llegamos a tener una pequeña planta de producción experimental», afirma. Ahora, investiga aspectos como los elementos portadores de la energía del hidrógeno (como el amoniaco) o las electrolizadoras de alta temperatura. Las pilas de combustible (que hacen el efecto contrario a los electrolizadores para sacar energía del gas) son otro de sus puntos de atención. El técnico cree que hoy no existe en el mundo la tecnología suficiente para abordar «una descarbonización profunda» con hidrógeno, y reconoce que la clave estará en lograr escalar al máximo los procesos.

Otros actores han dado también pasos de gigante en la carrera del hidrógeno verde. Es el caso de Iberdrola, que prevé movilizar 53 proyectos ligados a esta tecnología en el marco del 'Next Generation', con inversiones asociadas de 2.500 millones. Uno de ellos será el denominado Iberlyzer, incluido también en el 'Euskadi Next' y desde el que, junto a Ingeteam, contempla el desarrollo, la industrialización y el suministro de electrolizadoras. Sener, por su parte, trabaja junto a Nortegas en un consorcio que quiere poner en marcha una planta de hidrógeno de 20 MW.

Imanol Iturrioz, jefe de I+D del Grupo CAF, recuerda, orgulloso, que Bruselas ha elegido a la beasaindarra para liderar un consorcio que desarrollará un prototipo del ferrocarril de hidrógeno del futuro y que colaborará en la definición de su marco legal. «El hidrógeno y las baterías van a convivir, y son muy buenas soluciones allí donde las líneas no están electrificadas», señala. «La tecnología la tenemos, y solo hace falta que surja la demanda« dice. Esto último no es un problema para Solaris, que no deja de vender unidades de hidrógeno.

Irizar señala que la cooperativa ha iniciado varios proyectos de hidrógeno, «uno en el marco del corredor vasco, y otros a nivel europeo». «Nuestro 'road map' contempla en una primera fase el desarrollo de autocares de medio y largo recorrido y, después, pasar al resto de la gama y a los camiones urbanos«, afirma una portavoz del grupo cooperativo con sede en Ormaiztegi.