Euskadi se suma a Alemania e Italia para no vetar el coche de combustión en 2035

El Gobierno Vasco, con Tapia a la cabeza, es firme defensor de la llamada transición energética y progresiva descarbonización, pero tampoco es ajeno al contexto de Euskadi. Un País Vasco donde el sector de la automoción tiene un importante peso en su industria. Además de Mercedes Vitoria, la fábrica más grande del País Vasco con 5.000 empleados, cuenta con proveedores de primer nivel internacional como Gestamp o CIE Automotive y un amplio tejido de empresas manufactureras, también en Gipuzkoa, que elaboran componentes del vehículo de combustión. La actividad económica del sector supone, con sus ventas de más de 20.000 millones, cerca del 30% del PIB vasco, según datos del clúster de la automoción en Euskadi.

Tapia, en una entrevista en Bizkaia Irratia, defendió que la apuesta por el coche eléctrico es «acertada», pero debe acomodarse al desarrollo de la industria de la automoción y a la necesidad de la instalación de puntos de recarga para los vehículos, todavía muy retrasada.

Por ejemplo, el parque de electrolineras de Gipuzkoa sigue atascado. El territorio contaba a finales del pasado año con algo más de 200 postes de recarga para vehículos eléctricos, con un incremento muy pobre respecto a 2021 y lejos de los 500 puntos de recarga públicos necesarios para cumplir los objetivos institucionales de cara a descarbonizar el parque automovilístico en 2030. Una evidencia que la propia Tapia reconoció este lunes.

La consejera reclamó, asimismo, la importancia de desarrollar combustibles sintéticos, aquellos que son neutros en emisiones de carbono porque eliminan CO2 en su elaboración, pero que se pueden emplear en motores convencionales y diésel. En este sentido, Euskadi cuenta con la presencia de la vizcaína Petronor, filial vasca de Repsol. La empresa dirigida por Josu Jon Imaz apostó por Euskadi para hacer por primera vez en España combustible sintético elaborado con hidrógeno verde. El propio Imaz, antiguo portavoz y consejero del Gobierno Vasco, ha sido una de las voces más críticas con la decisión de la Eurocámara de fijar 2035 para suprimir los coches de combustión.

Otra voz autorizada que ha alertado últimamente sobre las dificultades de imponer ese plazo es la del experto energético donostiarra y presidente de Orkestra (Instituto Vasco de Competitividad), Iván Martén. En el reciente Foro Empresarial de DV, antes de que se volviera a reeditar el debate a nivel europeo, ya dejó claro que «el desarrollo tecnológico es rápido, pero con la información de que disponemos hoy en día, pensar que en 2035 vamos a ser capaces de solamente vender coches eléctricos en Europa es imposible». «Y es imposible -argumentó- porque no hay acceso a las materias primas, al litio y al cobalto necesarios para poder hacer todas las baterías. Y esto lo dice la Agencia Internacional de la Energía».

Tapia precisó ayer, eso sí, que la apuesta de Europa por lo eléctrico es «acertada» porque las ventas se están incrementando, como en Gipuzkoa, que en este arranque de año presenta una cuota superior de venta de coches alternativos (eléctrico, híbrido y gas) que de gasolina o diésel.