Negocios que nacen en plena pandemia
Emprendedores. DV pulsa la opinión de varios guipuzcoanos que han arrancado su aventura profesional en diferentes sectores pese al Covid
En los momentos de dificultad surgen necesidades y, por tanto, oportunidades para emprender. No es extraño, por tanto, que alguna de las empresas más ... relevantes del siglo pasado hayan surgido al calor de alguna crisis. Es el caso de McDonald's, Starbucks, Apple, Tesla, Uber o Airbnb, hoy en día líderes en sus respectivos sectores, que nacieron en momentos en los que la economía no pasaba por su mejor momento.
Una nueva crisis mundial, sin precedentes y sin previo aviso, ha llegado este año con el coronavirus. Y es en este ecosistema de incertidumbre cuando surgen nuevas ideas, y cuando las empresas con buenos cimientos encuentran la manera de sobrevivir, e incluso de crecer. Son aquellas que son capaces de adaptarse a las circunstancias, como sucede con el ser humano. Y a pequeña escala, en lo que se denomina la economía real, sucede lo mismo. Este periódico se ha puesto en contacto con un grupo de guipuzcoanos de diferentes sectores -automoción, comercio, hostelería y tecnología- que han decidido emprender su aventura profesional en tiempos del Covid, donde la incertidumbre es la gran amenaza. El gran enemigo.
Pese a ello, no se arredran. Reconocen la complejidad del reto y no saben si dentro de unos meses habrán tirado la toalla debido a las restricciones impuestas para contener la crisis sanitaria -aunque en su mensaje general la ilusión se impone al temor-, pero también reivindican una oportunidad. Y hartos de tanta negatividad reinante, desean expresar un punto de positividad para reclamar que la vida sigue, que la economía no para y que lo van a intentar para que su negocio salga adelante.
Creación de empresas
Con todo, pese a que este nefasto 2020 pasará a la historia como el del impacto del Covid en todos los ámbitos de la economía, también es verdad que, al menos en lo que respecta a Euskadi, en los últimos meses se ha ido recuperando parte del camino perdido. Y es que tal y como resaltó la patronal Confebask en su último informe, la evolución del número de empresas indica que en octubre se incrementaron en 176 respecto a septiembre. En el mes pasado existían 57.954 compañías frente a las 57.778 de septiembre. Se trata de la mejor cifra para ese mes desde 2016, si bien aún supone casi un millar menos que antes de la epidemia. Con todo, la economía vasca recupera pulso, dicho esto con toda la prudencia a la que obliga una pandemia que puede llevarnos a unas medidas todavía más restrictivas que las actuales, que afectan a la economía en su conjunto y al rumbo de un país.
Por territorios históricos, el informe señaló que en octubre el censo de empresas se incrementó en Gipuzkoa respecto a septiembre con 126 firmas más, en Bizkaia con 315, mientras que en Álava se redujo en 249. Respecto a hace un año, las compañías descendieron con mayor intensidad en Gipuzkoa y Araba (-1,7%), que en Bizkaia (-1,4%).
Y en la comparativa interanual por sectores en Euskadi, se constató una caída en servicios del 1,7% (-809 empresas), seguidos de industria, con un 1,3% (-86), y construcción con un 0,9% (-44).
Jone Irizar | Muno Baserria
«Es un trabajo duro y lo hago de sol a sol, pero estoy ilusionada»
Jone Irizar (Donostia, 38 años) cumplió su sueño en julio. Abrió una tienda de alimentación en el barrio donostiarra de Gros -el pasado 28 de julio- y prácticamente cuatro meses después de haber dado el paso de emprender un negocio en solitario, el balance es positivo. «Es un trabajo duro porque estoy de sol a sol, de ocho y media de la mañana a ocho y media de la tarde. Por la mañana tengo contratada a una persona y por la tarde, estoy yo sola. Pero estoy muy ilusionada», cuenta sin edulcorar la realidad pero dejando claro que la aventura merece la pena.
Irizar, cuya familia tiene un puesto en el mercado de la Brecha de San Sebastián, explica lo que el consumidor puede encontrar en su establecimiento, de nombre Muno baserria, unicado en el barrio donostiarra de Gros. «Nuestra filosofía es la del 'kilómetro cero'. Ofrecemos productos de temporada y los más cercanos posibles a un precio comedido. En el centro de la tienda tenemos lo que da la huerta en ese momento y completamos la oferta con un catálogo en el que tenemos productos de todo tipo», cuenta.
Es decir, los tomates que hay en julio son de aquí, extraídos de la propia huerta que tienen en su caserío, pero las frutas exóticas, lógicamente, vienen de fuera. Una apuesta por la que pretende salir adelante en una ciudad como San Sebastián, donde la gastronomía tiene tanto peso y seguidores. Con todo, su negocio pertenece a una de esas actividades catalogadas como esenciales por las autoridades al ofrecer un servicio de primera necesidad, así que se muestra optimista de cara al futuro ya que las restricciones impuestas por las autoridades para contener los contagios del Covid-19 no le afectan tanto como a otros sectores.
Muno baserria es un local de tamaño «mediano» en el que su dueña promete productos de «calidad» para aquellos clientes que lo necesiten. «No hay muchos locales abiertos un domingo por la tarde en los que el consumidor pueda encontrar artículos de 'kilómetro cero'», apostilla.
Ane, Carlos, Borja e Iñigo | Bar Kapadokia
«Hemos metido muchas horas, aunque el balance es satisfactorio»
Carlos Artaza, Borja Olano, Iñigo Ibañez y Ane Puy abrieron el 15 de julio el bar Kapadokia, en la calle Pescadería de la Parte Vieja donostiarra. Ocuparon el lugar del Zeruko, que cerró sus puertas el año pasado. Entonces llegó este grupo de jóvenes guipuzcoanos con experiencia, bien preparados y con ilusión, que decidieron lanzarse a abrir el negocio en uno de los sectores más golpeados por el virus, ya que el toque de queda y las restricciones de movilidad y de aforo le afectan de lleno.
En el caso de estos treintañeros guipuzcoanos, cuatro donostiarras y un tolosarra, firmaron el contrato de arrendamiento el pasado 12 de marzo. Así que el ojo del huracán de la primera tormenta les cogió de pleno, aunque en verano, al albur de la desescalada remontaron. «Tenemos un local donde trabajamos el producto de calidad, de 'kilómetro cero', con una cocina tradicional que tiene un toque vanguardista», relata a este periódico Ibañez, encargado de las finanzas.
Ibañez agrega que la apertura oficial fue el pasado 15 de julio y el balance es «positivo» en los meses de verano, pese a las «dificultades» que están atravesando, como sucede especialmente en este sector. «Hemos metido muchas horas pero el balance es satisfactorio», apostilla.
El tono se vuelve más agrio cuando se afronta la realidad actual. «Cuando entraron en vigor las limitaciones de aforo, nuestro negocio se vio más que afectado debido a la necesidad de mantener la distancia de seguridad y la limitación de gente; en nuestro caso lo tenemos de 85 personas y se ha reducido a 40», dice.
Este socio del Kapadokia explica que su establecimiento dispone de licencia para dos mesas, pero lo que no pueden hacer es aprovechar algunas facilidades del ayuntamiento de Donostia para ampliar las terrazas, porque las calles de la Parte Vieja son estrechas y «nuestro local colinda con portales residenciales y otros locales comerciales». A modo de resumen, Ibañez define que están «cansados pero animados», pero subraya la dificultad de planificar un negocio con la «incertidumbre» reinante.
Ana Conde y María Muñoz | Nano-Bay
«Si tienes una idea, tenemos claro que hay que probar suerte»
María Muñoz (San Sebastián, 29 años) y Ana Conde (Portugal, 32 años) fundaron en abril Nano-Bay, una 'startup' tecnológica especializada en el desarrollo y fabricación de nanopartículas de materiales conductores. Utilizan la plata -sobre todo-, el cobre, el aluminio y, en menor medida, el oro como materia prima; y las partículas están orientadas a «mejorar productos y crear nuevas propuestas» en electrónica, energía, domótica, automoción, iluminación o tintas conductoras, entre otras.
Muñoz, que ejerce labores de comercial en la firma Oribay Group, del sector de la automoción, ha unido sus conocimientos a los de Conde, doctora en Química e investigadora, experta en el ámbito de la electrónica. Así nació Nano-Bay en primavera, junto a la llegada del Covid. Lo que sirve a Muñoz para realizar una jugosa reflexión: «Quiero que se entienda bien la idea, pero pienso que tuvimos 'suerte' porque ese parón por el confinamiento lo aprovechamos para la organización y la planificación, además de para el marketing».
Ambas emprendedoras se muestran «agradecidas» a Oribay, promotor del proyecto, además de ser de momento su primer cliente, y a los centros de investigación de Polymat y Tekniker, con quienes colaboran -Biomagune, en el futuro-. Además, aplauden el impulso recibido en forma de subvención de 50.000 euros del programa Ekintzaile, tras defender su modelo de negocio, por parte de BIC Gipuzkoa, la SPRI y la Diputación foral; la palanca imprescindible que necesita un negocio de estas características para despegar en la jungla competitiva de la economía del siglo XXI.
Muñoz explica que esa ayuda institucional es primordial porque su sector es en ocasiones «frustrante» al ser la investigación un área en el que los resultados salen a largo plazo. Pero considera que la experiencia «merece mucho la pena. Estamos aprendiendo un montón la una de la otra. Tengo claro que si tienes una idea, hay que probar suerte. Para triunfar, hay que arriesgar».
Iñaki Peña e Iban Villafafila | Carrocerías Andatza
«El que no arriesga no gana, y si te quedas quieto no avanzas»
Iñaki Peña (San Sebastián, 34 años) e Iban Villafafila (Usurbil, 40 años) acaban de tomar las riendas de un taller de carrocería en Usurbil. Estos dos guipuzcoanos, con amplia experiencia en el sector de la automoción, se conocieron cuando trabajaban en Goiko-Auto, concesionario oficial de Mercedes en nuestro territorio. Y pese a que el impacto del Covid está siendo notorio, se han animado a emprender juntos esta aventura.
Peña confiesa que hace siete años ya intentaron adquirir este mismo negocio, pero no pudo ser. La nueva oportunidad les ha llegado en 2020: «El dueño estaba a punto de jubilarse y no tenía relevo. Con la llegada del Covid en marzo, cerró el local y en mayo comenzamos el proceso para realizar el traspaso».
Una operación que se ha alargado bastante tiempo, porque han tenido que visitar varios bancos hasta que alguien ha apostado por ellos. «Hemos comprado el local, que tiene dos plantas de 145m2 cada una, y el traspaso de la sociedad. Y ya tenemos varios clientes», cuenta.
Peña asegura que el hecho de quedarse en el paro en febrero, un mes antes de la llegada del virus -trabajaba en Lurauto-, fue decisivo para que ahora esté al frente de un negocio, aunque también reconoce que era una idea que le rondaba desde hacía años. Y eso que de no estar de lleno en una pandemia, quizá estaría trabajando ahora en Holanda, de donde recibió una oferta. Pero finalmente está en Usurbil. «Conocemos el sector a nivel técnico y estamos animados. El único aspecto que es una incógnita es el tema administrativo y el fiscal, pero nos ayudarán desde AEGA -Asociación de Empresarios de Automoción de Gipuzkoa-. ¿Si somos valientes? Mucha gente nos lo dice, pero es que el que no arriesga no gana. Si te quedas quieto, no avanzas», asevera.
Carrocerías Andatza, que espera trabajar con clientela de Usurbil, Oril, Lasarte-Oria y Donostia, ofrece servicios de chapa y pintura, cerraduras, tapizados de techo... De momento, sacan el negocio entre los dos, pero no descartan contratrar en el futuro si la cosa va bien.
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