De la máquina de escribir al 'locker' inteligente

Por todo ello, la compañía de profunda raíz armera, ahora también bajo las marcas Sariki y Sarikal, celebra este 2024 con más afán si cabe la citada efemérides, cuando en 1874 Juan Pedro Uncetabarrenechea decidió dejar el trabajo del baserri Arikitxa-Haundi del valle de Arrate para emprender en la incipiente Eibar.

Desde la semilla que plantó Juan Pedro, son ya cinco las generaciones de la familia Unceta -ahora Garate- las que han participado en la evolución de la empresa. Los hermanos Borja y Pablo Garate son los dos últimos en recoger el testigo de una firma que actualmente trabaja para 4.300 clientes, gestiona 50.000 referencias, más de 300 albaranes diarios, así como el registro de más de 100.000 facturas al año. Con un equipo humano de 180 trabajadores, el 20% de la venta actual del Grupo Unceta se realiza a través de canales 'online' y, dentro de estos avances teconológicos, la empresa decidió eliminar la tienda física por «un armario inteligente» de manera que el cliente «realiza el pedido a través de la web y recoge el producto, sin intermediarios, en el almacén de Elgoibar», de cerca de 12.000 m2, tal y como explica Pablo Garate, CEO de Unceta, en conversación con este periódico.

Cuando Pablo Garate relevó a su padre, Ricardo Garate, al frente de la empresa familiar no creía que también «tendría que hacer frente a las consecuencias de una guerra», como ya lo hizo su predecesor, Andrés Unceta, hermano de su bisabuela, María Unceta. «Hemos sobrevivido a la primera y segunda guerra mundial; la Guerra Civil, la crisis del 2008... Y a mí me ha tocado la Guerra de Ucrania y una pandemia, algo que, lógicamente, no es lo mismo que lo que sufrieron mis bisabuelos, pero que nadie esperaba». El eibartarra, que ahora reside en Donostia, añade que «hemos tenido nuestros malos y buenos momentos; hemos sufrido, claro, pero ahora estamos bien, hemos conseguido sacar la cabeza».

Entre 2020 y 2023, reconoce el dirigente, «nuestro margen de beneficio se redujo casi un 10%. Digamos que empatar ya era un éxito. Con más de 50 comerciales por el Estado, los gastos en carburantes se dispararon, aunque pudimos aguantar, y ahora ya estamos viendo la luz al final del túnel», apostilla Garate.

Sobre los planes de futuro, Pablo Garate se muestra cauto. El principal paso es «continuar con la consolidación de la firma en el Estado y en Centroamérica», además de mantener un acuerdo vigente desde la década de los 60 con la firma nipona Mitutoyo, uno de los mayores fabricantes de instrumentos de medida de precisión del mundo. En este sentido, Unceta tiene también un almacén en Cuba, donde emplea a tres personas, y de donde proviene el 5% de la facturación actual, detalla Pablo Garate.

En cuanto a los próximos pasos, el CEO de la eibartarra abre la puerta a «unas alianzas que nos permitan ganar tamaño para poder competir con los gigantes de otros países».