«Una empresa me contactó, lo conversé con mi esposa y decidimos venir»
César Gallegos, de 44 años y natural de Perú, es hematólogo y trabaja desde mayo del año pasado en la Clínica Asunción de Tolosa
Ainhoa Muñoz y Diego Fernández Tortosa
San Sebastián
Domingo, 28 de septiembre 2025, 06:59
Tuvo una conversación con su mujer y, después de meditarlo, acabó aceptando una oferta de trabajo que le cambiaría la vida al otro lado del ... Atlántico. César Gallegos, de 44 años y natural de Lima (Perú), es solo un ejemplo más de las personas extranjeras que han sido 'fichadas' en su país de origen por una empresa vasca que necesitaba cubrir un puesto ante la falta de trabajadores aquí. Y esta es su historia.
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Gallegos estudió Medicina en la universidad peruana Cayetano Heredia. Después de terminar la carrera, en 2007 decidió iniciar todo el papeleo para lograr la homologación de su título universitario en España. Un requisito fundamental para poder postular al MIR aquí. Así que un año después, en 2008, y con toda la documentación pertinente en regla, aterrizó en Zaragoza junto con su pareja para hacer la residencia. Su especialidad: Hematología. Pero Gallegos decidió regresar en 2012 a su país con su mujer y su primera hija, que apenas tenía dos meses de vida.
«Tenía una idea del estilo de vida aquí, con más tranquilidad que en Lima. Y me impulsó la seguridad que le podía dar a mis hijas»
Desde entonces, Gallegos ha estado ejerciendo su profesión trabajando en un hospital en Lima y también en el sector privado sanitario. Se casó y tuvo una segunda niña con su mujer. Hasta que en enero del año pasado le contactaron desde Euskadi a través de Linkedin –la mayor red profesional online a nivel mundial– para ofrecerle un puesto de trabajo en una clínica privada de Tolosa. «¿En dónde?», pensó Gallegos, que ni siquiera ubicaba en el mapa la localidad guipuzcoana.
Había sido la Clínica Asunción de Tolosa quien había encargado a la empresa que contactó con Gallegos la tarea de buscar un especialista en hematología, cuenta el médico. «Me contactan, me preguntan si estaba interesado en escuchar la oferta y les dije que sí», relata. «Luego –continúa– me entrevistó Jesús Gómez (director de la clínica) y me detalló más en qué consistía el trabajo».
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«Me consta que durante bastante tiempo hubo dificultad para cubrir plazas en Hematología»
Después de aquella charla, dice, «lo conversé con mi esposa, lo pensamos bien y decidimos venirnos». Gallegos, de la mano de la consultora Talento Grupo Internacional, inició desde Perú todos los trámites para venir con los papeles en regla. «Me estuvieron en todo momento orientando, ayudándome con los requisitos que necesitaba», explica. Presentó toda la documentación y, una vez recibida la resolución favorable, Gallegos viajó el 30 de abril de 2024 hasta Euskadi. Lo hizo solo, cuenta, «para primero buscar un sitio apropiado donde poder vivir».
A mitad de mayo comenzó a trabajar en la clínica tolosarra, hacia la que solo tiene palabras de agradecimiento, y dos meses después llegó su familia. «Como viví en España cuando hice el MIR, tenía una idea de cómo era el estilo de vida aquí y había una mayor tranquilidad de la que teníamos en Lima. Eso nos impulsó bastante, sobre todo por la seguridad que les podíamos dar también a las niñas», argumenta Gallegos sobre la decisión que le impulsó a cambiar de vida, consciente, además, «de la necesidad que hay para cubrir plazas de médicos especialistas». «Me consta que durante bastante tiempo hubo dificultad para cubrir plazas en Hematología», continúa Gallegos, que cree «fundamental» contar con profesionales extranjeros ante ese déficit de trabajadores.
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«El proyecto es una gran oportunidad para el talento latinoamericano»
Claudia Pirela, venezolana de 52 años, tiene uno de los perfiles más requeridos por las empresas vascas: se dedica al ámbito de la tecnología, la ciencia, las matemáticas y la ingeniería (STEM). Por eso, gracias al máster dual en Formación Permanente en Innovación y Tecnología de la Universidad de Deusto, ha podido encontrar más oportunidades. «El proyecto es una gran oportunidad para el talento latinoamericano y estoy muy contenta de poder encontrar salidas en Euskadi», explica.
«Estamos aquí porque tenemos una red de apoyo familiar detrás, que nos ayudan tanto económica como emocionalmente»
Estos estudios, que este año cumplen la segunda edición, forman parte de la Red de Innovación y Emprendimiento Global (RIEG) de Deusto, que pretenden atraer perfiles talentosos de América Latina a través de la Red de Universidades Jesuitas en los países del continente. Una oportunidad que, cuando a Claudia se le presentó, no dudó en coger. «Yo soy la más mayor de este curso. Estudié ingeniería de sistemas y, cuando me llegó la convocatoria, estaba trabajando en una ONG de la Universidad Alberto Hurtado de Chile formando a jóvenes en datos. Pero cuando me llegó esta información no dudé en tomarla, porque oportunidades así pasan pocas veces en la vida. Ojalá hubieran habido estos programas cuando yo era más joven».
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Pirela destaca el apoyo de su familia –en Chile han quedado su marido, sus dos hijos y sus padres–, la cual se enteró de que venía al País Vasco una vez fue aceptada su convocatoria. «No quería decírselo a mi familia antes para no hacerles ilusiones, pero cuando les dije que iba a estar un año fuera, aceptaron y me apoyaron», explica emocionada. «Cada uno estamos aquí porque tenemos una red de apoyo familiar detrás, que nos ayudan tanto económica como emocionalmente. Sin ellos, la distancia se haría imposible de soportar».
A partir de febrero Pirela entrará a trabajar en CIE Automotive, en un proyecto de visualización y análisis de datos para resolver un reto real de la compañía. De hecho, aprender con desafíos que las empresas tienen de verdad, fue lo que más le motivó a venir. «Adquieres conocimiento mientras trabajas en retos reales, y eso es algo que no tiene ningún otro centro ni proceso formativo», destaca. En estos momentos, aunque todavía se encuentra en la primera fase del máster –desde septiembre a diciembre los 23 estudiantes conocen el ecosistema innovador de la industria vasca–, la estudiante latinoamericana está centrada en la inserción laboral posterior. «En este año la Universidad de Deusto nos pone todo tipo de facilidades para emprender. Cuando termine este proceso me encantaría poder quedarme en Euskadi, ya sea en una empresa o emprendiendo porque te dan espacio en la incubadora. Además hablé con mi marido y a él también le gustaría venir conmigo cuando termine el máster».
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«Cuando termine este proceso me encantaría poder quedarme en Euskadi, ya sea en una empresa o emprendiendo»
Este máster, que según su coordinadora Garbiñe Henry, «es gratuito para los estudiantes», nació por dos razones. «Primero por las necesidades de las empresas por atraer talento en el sector STEM, pero también por la importancia de establecer redes de cooperación internacionales», explica, y destaca el papel de las universidades latinoamericanas a la hora de «seleccionar las candidaturas más relevantes en origen».
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