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Trabajadores de la planta de Mercedes-Benz de Vitoria. Jesús Andrade

Los 70.000 despidos en el automóvil alemán ponen en alerta a las empresas de Euskadi

Las fábricas vascas mantienen producción y exportaciones, aunque Alemania y otros países aplican ajustes laborales y cierres de factorías

Martes, 7 de octubre 2025, 00:02

Cuando Alemania ajusta su industria del automóvil, Europa siente el impacto. La combinación de reestructuraciones, cierres de factorías y ajustes laborales en gigantes como Volkswagen, ... Porsche, Bosch, Audi, Volvo, Schaeffler afecta a toda la cadena de valor. Se prevén más de 70.000 despidos en el norte de Europa, y aunque en Euskadi los efectos de la debilidad de las principales plazas europeas y los retos derivados de las tensiones proteccionistas estadounidenses no se han materializado aún en pérdidas masivas de empleo, la prudencia es el denominador común en el sector y la industria vasca está en alerta.

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El presidente de CIE Automotive, Antón Pradera, recordó hace unos días en Donostia que «lo que le pasa al automóvil alemán nos afecta a todos». Centenares de empresas vascas forman parte de la cadena de suministro europea y dependen directamente de la estabilidad del motor alemán. Pradera señaló que la caída de demanda, la creciente presión regulatoria y las exigencias medioambientales aceleradas han puesto a prueba la capacidad de adaptación de la industria europea. «La industria no teme la transición energética, teme la improvisación», subrayó.

Los movimientos proteccionistas de Estados Unidos suponen un desafío adicional. Los aranceles sobre productos europeos elevan los costes de exportación, especialmente para componentes estratégicos. Aunque las exportaciones directas de Euskadi a EE UU representan solo el 2% del total del sector, la exposición indirecta a través de Alemania y Francia amplifica el riesgo. En este sombrío escenario, el Gobierno Vasco y las empresas avanzan en una estrategia coordinada para proteger la competitividad, el empleo y el tejido industrial local.

Pese a todo, en términos comerciales, Euskadi mantiene cifras sólidas. Entre enero y julio de 2025, las exportaciones a Alemania sumaron 2.775 millones de euros, un 4,4% más que en 2024, representando el 15,1% del total español hacia ese país. Los vehículos automóviles y sus componentes concentraron el 50,8% del valor exportado, con 1.410,8 millones y un repunte del 9,8% tras la caída del 19,5% en 2024. Otros productos industriales, como maquinaria y aparatos mecánicos (8,5%), fundición y acero (6,2%), manufacturas metálicas (6%) y aparatos eléctricos (4,5%), refuerzan la cadena de suministro y consolidan la especialización industrial vasca.

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El mercado interior

El mercado interno también aporta señales positivas. Hasta septiembre, se matricularon 2.742 turismos en Euskadi, un 32% más que el año pasado. El crecimiento se concentra en vehículos electrificados: los eléctricos en Gipuzkoa aumentaron un 110% interanual, los híbridos enchufables un 236%, mientras que los híbridos puros se mantienen como la opción favorita con 331 unidades. En términos acumulados, se han vendido 6.421 vehículos, con aumentos también en vehículos de combustión (+95%) y híbridos (+36%). Estas cifras muestran que, pese a la incertidumbre europea, la industria vasca mantiene un mercado interno activo y dinámico.

Las grandes plantas locales, como Mercedes en Vitoria, continúan operando con cierta normalidad, confirmando la resiliencia de la comunidad. Fuentes del sector añaden, en esta línea, que «todo lo que pasa en Alemania afecta evidentemente porque es uno de los clientes más importantes, pero hasta ahora no se han producido impactos significativos sobre la actividad local». Por ello, esta combinación de exportaciones estratégicas y demanda interna sólida actúa como un colchón frente a los ajustes que atraviesa Europa.

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En cualquier caso, la hoja de ruta de la Comisión Europea sigue intacta y fija 2035 como el final de las ventas de coches de combustión. «La gente no sabe qué vehículo comprar. Eso genera incertidumbre y es lo peor para el mercado», advierten los directivos de la automoción. Las ventas de eléctricos en el mercado europeo apenas llegan al 15%, lejos de las cifras necesarias para una transición sostenible. «Así nos terminaremos ahogando», afirman.

Dentro de este debate, la estrategia del Gobierno Vasco y de las empresas se inspira en los principios de la Declaración de Múnich, firmada hace escasas semanas, que destaca la importancia de mantener abiertos distintos caminos tecnológicos, fomentando la innovación, la resiliencia económica y la adaptación regional. El objetivo es «combinar electrificación y combustibles alternativos para toda la flota existente, asegurando que la transición hacia la neutralidad climática en 2035 sea inclusiva y flexible». Cabe recordar que Euskadi ha sido una de las primeras regiones europeas en lanzar un 'Plan Renove' para vehículos de cualquier motorización (incluyendo diésel y gasolina) con ciertos criterios medioambientales.

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El propio consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, aplaudió recientemente la «valentía» del Ejecutivo vasco para lanzar subvenciones que también tienen en cuenta a nuevos vehículos de motores de combustión que cumplen ciertos requisitos medioambientales.

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