«La transición energética no es un capricho, necesita un pacto de Estado»
Emiliano López-Atxurra, presidente de Petronor ·
El directivo duda de que el Gobierno haya analizado con el necesario rigor el sector de la movilidad europeo antes de lanzar sus mensajes contra el diésel y la gasolinaEmiliano López Atxurra (Zumaia, 1956), preside desde junio de 2015 Petronor, una de las refinerías más competitivas de Europa y a la que ... su matriz, Repsol, ha elegido para -aprovechando la potencia tecnológica e innovadora de Euskadi- ser punta de lanza de sus planes para la descarbonización en el negocio de la movilidad. El directivo repasa para DV la actualidad del sector y los anuncios contra los carburantes fósiles del Gobierno central, y advierte que la clave de bóveda del futuro pasa por la descarbonización.
-¿Qué opinión le merece la 'cruzada' contra el diésel y la gasolina abierta por el Gobierno central?
-La opinión que tengo sobre las opiniones vertidas es en primer lugar de sorpresa. La transición energética, que es lo que a mí me interesa, no se materializa en cuestiones tan concretas como la reducción del diésel. Esa transición está ligada a procesos complejos, innovación tecnológica y desarrollo industrial. Es un sistema complejo, que nada tiene que ver con los enunciados gruesos de los que no se miden sus consecuencias. Sorpresa porque un responsable público tiene que medir mucho sus opiniones por su impacto económico. No sé si el afloramiento de determinadas cuestiones responde más a una perspectiva mediática que a una real.
-¿Habla usted de la ministra para la Transición Energética?
-De la persona que ha enunciado eso de lo que hablábamos.
-Entiendo que hablamos del Gobierno de Pedro Sánchez, ¿no?
-Sí, claro. No tengo ningún problema en eso. Cuando se tienen responsabilidades de gobernación, tiene que saberse cual es el impacto.
-Pero no son opiniones. Hay un proyecto de ley con plazos y restricciones claras para el motor de combustión...
-Todo proyecto de ley tiene que tener una base económica amplia. Yo no sé en el 2050 qué tipo de movilidad habrá. Pero las medidas hay que hacerlas sobre la base del desarrollo industrial de un país. No sé si las medidas que sugieren contemplan la energía y la movilidad en el contexto europeo. Yo no sé cuál es la estrategia tecnológica e industrial y el pacto de Estado correspondiente para que la transición energética no tenga un impacto económico negativo para España. La transición energética no es un ejercicio teórico, es una estrategia compleja con la descarbonización como objetivo final. La energía y la movilidad son un mix irrenunciable, van indisolublemente unidos.
«Lo único que nos debe preocupar es la tecnología para abordar la descarbonización»
-Entiendo que a su juicio no se ha medido el impacto en la industria de la automoción y en sus proveedores o en el de la producción de hidrocarburos...
-No sé si el Gobierno ha realizado el análisis profundo necesario para afrontar la transición energética. ¿Quienes han planteado estas cuestiones tienen un conocimiento fiel del sector automovilístico? Si no lo han analizado desde la perspectiva de la movilidad, parece que algo grave falla en las tomas de decisión.
-¿Corremos el riesgo de que los países origen de las marcas se queden las inversiones necesarias para los coches del futuro?
-No creo que la perspectiva sea esa. Pero... ¿hemos hecho un análisis serio de la movilidad en el sudeste asiático o en China? La configuración del sector automotriz en Europa está en una encrucijada. Ha de ser sostenible, y de nuevo entra en juego la tecnología. Hay que apostar por distintos soportes y diferentes fuentes energéticas. El único vector claro que nos debe preocupar es la tecnología necesaria para abordar la descarbonización.
-Tenemos un Ministerio de Transición Energética, pero ¿existe política de transición energética?
-En estos momentos no hay política de transición energética por la sencilla razón de que eso no es algo de un partido, sino una política de Estado. No hay lo uno sin lo otro. La transición energética no es un desiderátum, no es un capricho, no es la apuesta por una tecnología u otra, no es una competencia interpartidaria. La transición energética, que nos viene dada desde fuera, es una necesidad transversal que requiere un pacto de Estado. De eso depende el bienestar del país, que se asienta en las capacidades tecnológicas. La energía ha de poner en valor las fortalezas tecnológicas; si no hace eso y se convierte solo en un producto financiero, vamos de lado.
«La gasolina no va a desaparecer. No sé de qué tipo será, pero saldrá de Petronor»
Bola de cristal
-¿Cuál es el desafío para Petronor?
-Lo he dicho ya: la descarbonización, que hay que hacerla conforme a parámetros de competitividad. En nuestro sector, la reducciones de emisiones ha sido significativa.
-Ustedes refinan petróleo para producir carburantes. No parece el mejor escenario a medio plazo...
-A Petronor todo esto no le coge mal. Somos un productor de gasolina. Lo que tenemos que hacer es concentrar todos los esfuerzos en disponer de una fuerza productiva muy eficiente y competitiva que mantenga la máxima excelencia en materia medioambiental y de emisiones.
-¿Habrá coches a los que vender gasolina en 2040 o 2050?
-No me gustan las previsiones de bola de cristal. Lo que sí me gusta es la planificación a corto, medio y largo plazo y estar atentos sobre qué movilidad habrá y, en consecuencia, qué tipo de producto tendremos que producir.
-¿Será un derivado del petróleo?
-Indiscutíblemente. No sé si la quimioinformática abrirá nuevas puertas en materia de emisiones. Tenemos que adaptarnos a todas las necesidades de la movilidad. La gasolina va a existir, no va a desaparecer. ¿De qué tipo? no lo sé, pero seguirá saliendo de Petronor. Será medioambientalmente óptima y con una eficiencia productiva altísima. Tenemos la inmensa suerte de que el accionista de referencia sea Repsol que, a su vez, tiene la inmensa suerte de que su presidente y su consejero delegado son muy sensibles a la evolución tecnológica y a la transformación industrial. Petronor tiene futuro. Me lo creo a pies juntillas. Pero hay que construirlo día a día.
«Las estadísticas sobre I+D suelen ser el opio para no hacer lo que debemos de hacer»
Mirada al futuro
-¿Cómo será su mercado en 2050?
-Antes había mercerías en todas las esquinas y muchas se han ido cerrando. Pero la que ha sobrevivido, por que se ha adaptado, tiene un gran presente y un gran futuro. Petronor es lo mismo. Nuestro objetivo es ser la refinería más eficiente de la fachada atlántica, a uno y otro lado del océano. Si lo logramos, el futuro está asegurado. Para eso tenemos que ser muy, muy eficientes y sostenibles para la movilidad que exista en cada momento. La clave está en el consumidor y en ofrecerle una cesta amplia y sostenible. No hablo de diésel, gasolina, eléctrico o lo que sea; hablo de ¡des-car-bo-ni-za-ción!
-¿Qué papel jugará la nueva filial Petronor Innovación?
-Esta es una compañía que, con un presupuesto de 18 millones de euros, pretende ser un instrumento para poner en valor las capacidades tecnológicas del País Vasco. Su misión es ser traccionador y meternos en vena en nuestro proceso productivo la mejor innovación. Es una apuesta seria por el territorio. Hablo de materiales, de corrosión, de mantenimiento predictivo, de mejoras de producto, de 'data analytics'... Eso conduce a mejorar el margen y nos permite buscar nuevos nichos. Y hablo también de la generación distribuida y microredes; ámbitos importantes para el accionista de referencia. Contamos con el Centro Tecnológico de Repsol (CTR), por supuesto, pero también colaboramos con Tecnalia, Cidetec, Vicomtech, el BCAM...
-Poca gente sabe que Ibil, que también preside usted, es líder en electrolineras en España...
-Hace dos años, el presidente de Repsol, Antonio Brufau, ya dijo que el grupo era y quería seguir siendo líder en energía y movilidad. No puedo hablar por el grupo, pero constato que ofrecemos combustible convencional, gasolina, gas y electricidad. Usted decide. Ibil es otra muestra de la visión estratégica de Antonio Brufau, que hace diez años, cuando nadie hablaba de movilidad eléctrica, y considerando que Euskadi tenía la fortaleza suficiente para ser socio de Repsol, dio el paso. Y lo hizo pensando en todo el perímetro de la sostenibilidad, no como en Alemania.
-Aquellas palabras de Brufau sonaron a crítica al coche eléctrico.
-No. Lo que dijo fue que no se puede hacer un ejercicio cínico, y que la movilidad eléctrica no se puede apoyar en energía de origen basada en el carbón. Volvemos a la descarbonización. La apuesta por el EVE (dueño hoy del 50% de Ibil) como socio respondía a su prestigio y a la fortaleza tecnológica e industrial de nuestro país. Ibil despliega infraestructuras de recarga, y lo hace a pulmón y sin propaganda; no toma la movilidad como márketing sino como un elemento industrial, y eso las empresas de nuestro país lo saben. Eso es hacer y hacerlo bien. Esa es la simbiosis cultural que tiene Antonio Brufau con Euskadi. Y, que no se nos olvide, todo lo que hace Ibil lo hace con tecnología de aquí.
-¿Cómo ve la actual política energética vasca?
-Para mí, tiene un desafío, que es la consolidación de la historia empresarial que ha hecho que dispongamos hoy de esta fortaleza. Tenemos que tener bien aprendida la lección de donde venimos y adaptarse a los nuevos entornos. Hay que lograr que en 2030 sigamos siendo alguien.
-¿Qué le sugiere la estrategia Mubil de la Diputación Foral de Gipuzkoa? ¿Participarán en este proyecto Petronor o Repsol?
-Yo, realmente, no sé lo que es eso. Lo único que sé es que un centro tecnológico relevante para nosotros y por el que hemos apostado fuerte, que es Cidetec, está participando en la operación. Nosotros tenemos una plataforma tecnológica, una fortaleza industrial y una musculatura financiera que está siempre al servicio del desarrollo del país. Somos actores en Tecnalia, en Vicomtech, en Graphenea... Y siempre estamos abiertos.
-¿Somos conscientes en Euskadi de la potencia de tiro de nuestros centros tecnológicos?
-No. Hablaré solo de Tecnalia, que ha sido para mí un gran descubrimiento, con personas con grandísimas capacidades técnológicas y con gran entusiasmo. A veces, esas capacidades de excelencia, no tienen la sedimentación que debiera. Tecnalia tiene que convertirse en un proyecto sólido en el renacimiento tecnológico europeo. Petronor y Repsol han puesto en valor las capacidades de nuestros centros. ¿Por qué? Por que vemos valor. Esa gente excelente necesita grandes proyectos internacionales, no limitaciones geográficas.
-¿Va a participar Tecnalia en el consorcio de centros tecnológicos del Gobierno Vasco?
-Sí. Así lo ha decicido el último patronato.
-¿Aún a pesar de perder cierta soberanía, quizás?
-Las soberanías no existen. Existen los proyectos. Si alguien piensa en soberanías en el contexto internacional actual, está muerto. Lo que sí existe son las fortalezas. Si eres fuerte, eres algo; si no eres fuerte, por muy soberano que seas, no eres nada ni nadie.
-En Euskadi nos pasamos la vida mirando la posición relativa en la estadística sobre innovación e I+D. ¿Perdemos el tiempo?
-Normalmente, esas estadísticas son el opio necesario para no hacer lo que hay que hacer. Hay que ser riguroso. Hay que ver si estamos o no, si creamos productos potentes en términos europeos o no. La uniformización a la baja te lleva al autoconvencimiento de que eres el mejor o de los buenos. En estos momentos hay que decir que ni somos buenos, ni somos malos. Somos lo que somos porque venimos de una tradición sólida que hay que alimentar de manera seria.
-¿Qué le parece la idea del Gobierno Vasco de generalizar en Euskadi el modelo de EPSV de empleo de Geroa?
-Todo lo que sea corresponsabilizar en las empresas me parece bien. La idea me parece excelente. Todo lo que sea tener músculo financiero, me parece bien. Lo que siempre digo es ¿hacia dónde va enfocado ese músculo? Y pongo el dedo en la llaga. Ese modelo lleva detrás la responsabilidad en la rentabilidad y en las inversiones a realizar con ese dinero. La política industrial no nos va llegar del cielo, la tenemos que hacer nosotros. Hablo de trabajar juntos, de 'elkar lanean', de invertir en el futuro industrial y tecnológico aquí. Igual, más de uno y más de dos que no lo quieren tienen un fondo de pensiones privado que invierte su Shell en lugar de, por ejemplo, en Repsol... Bien, pero si se hace país con ello.
-¿Participará Petronor en el fondo público-privado que impulsa el Gobierno Vasco para impulsar a empresas locales?
-Yo no puedo hablar de cosas que, en cualquier caso, corresponderían al consejo. Lo que digo es que somos pequeños como país y nos necesitamos todos. !Todos! ¡Nadie sobra!
-Bajo ese prisma, ¿está garantizado el 14% de Petronor que controla Kutxabank? ¿Teme que la refinería siga el mismo camino que Iberdrola, Ingeteam, CAF o Euskaltel, donde el banco ha reducido su peso?
-Mis conocimiento oficiales son que la posición de Kutxabank en Petronor es sólida. El banco es soberano y tomará la decisión que le corresponda. Lo que sí puedo decir es que, 'sensu contrario', el accionista mayorista no es que sea sólida, es que es 'su' posición, con lo que Petronor tiene gran futuro. Las relaciones con el accionista minoritario son excelentes -las mías con su presidente también son espléndidas- y creo que su posición esá firmemente amarrada. Dicho esto, es libre de tomar sus decisiones.
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