ELA defiende la «confrontación sindical y democrática ante una izquierda a la deriva»
Mitxel Lakuntza, que se presenta a la reelección como secretario general en el XVI Congreso que culmina hoy, hace gala de «la huelga como instrumento para lograr más y mejores convenios»
El secretario general de ELA, Mitxel Lakuntza, que se postula para su reelección en el XVI Congreso que está celebrando la central nacionalista en Bilbao ... ayer y hoy, defendió la estrategia de la central que aboga por la confrontación sindical y también democrática con la que logra «mejores convenios» y también «confrontar distintos intereses con los partidos políticos» ante lo que califica como «deriva de la izquierda».
Lakuntza incidió en esta línea estratégica de la central en la presentación del informe de gestión del comité ejecutivo (2021-2025) que fue refrendado por unanimidad. Un informe que marca también la senda para los próximos cuatro años, ya que mantendrá los ejes fundamentales que han caracterizado esta última legislatura. De hecho, el Congreso lleva por título 'Langileria antolatu, gizartea eraldatu' (Organizar a la clase trabajadora, transformar la sociedad). El objetivo es organizar a la clase trabajadora como agente activo y transformador para conseguir una sociedad más justa. Incluso, la segunda parte del lema es 'Más sindicato, más vida'.
El Congreso de ELA apoya por unanimidadel Informe de Gestión prsentado ayer por su secretario general
El secretario general de ELA aseguró que aunque los gobiernos de Gasteiz e Iruña han cambiado, no así sus políticas, que tachó de «neoliberales». Ypuso como ejemplo la política fiscal. «El reparto de la riqueza es cada vez más injusto», remarcó.
Y es que, a su entender, los «políticos gobiernan para las grandes empresas dejando de lado los intereses de la ciudadanía». Lakuntza se mostró muy crítico con el papel de la izquierda, tanto en lo que respecta a la fiscalidad en Euskadi, que ha salido adelante con el apoyo de Elkarrekin Podemos, recordó, como con EH Bildu, a la que acusa de «carecer de compromiso alguno para construir una alternativa».
En este punto le acusa de apoyar unos «presupuestos neoliberales en las diputaciones de Bizkaia y Araba», y de tibieza respecto a la transición energética o el salario mínimo, ya que sus declaraciones al respecto «carecen de contenido de calado y son meramente simbólicas, al igual que ocurrió con el acuerdo sobre la Ley de Educación», remarca. Ante esto Lakuntza aboga por la confrontación democrática, «porque eso es hacer política, confrontar distintos intereses».
También arremetió contra el PNV, a quien le reprocha haber quitado los impuestos a las grandes empresas energética. «Se ha arrodillado ante Petronor. El origen de los problemas políticos de este país reside en la dependencia total a los poderes económicos».
Valoró el haber recuperado la interlocución con el Gobierno Vasco, once años después, pero lamentó que «no ha habido cambios sustanciales y que los problemas estructurales continúan». La secretaria general adjunta, Amaia Munoa, abogó, por su parte, por abrir el debate sobre el estatus político en aras a garantizar los derechos de la clase trabajadora.
Acusa al Gobierno de Gasteiz de buscar los «acuerdos más baratos con otros sindicatos, como en Educación o la Ertzaintza»
En este sentido, Munoa hizo gala del «aumento exponencial de las movilizaciones en el periodo intercongresual» y se mostró muy orgullosa de ser parte de «este espacio de contrapoder».
Todo ello en defensa de los sectores más precarizados. Ypuso por ejemplo la propuesta para un Salario Mínimo Interprofesional que responda a las necesidades de las personas. ELA defiende que sea de 1.795 euros, el 65% del PIB, aunque en la propuesta conjunta con LAB para atraer a Confebask a la mesa de negociación la rebajó a 1.500 euros para que fuera más factible.
Una vez más, la central defendió la huelga como instrumento para conseguir «más y mejores convenios». Indicó que de media firma 250 convenios cada año. Y criticó al Gobierno Vasco por «buscar los acuerdos más baratos», como, a su entender, ha ocurrido en la Educación pública o en la Ertzaintza, no suscritos por ELA.
Finalmente, defendió que la «legitimidad de la central para la confrontación democrática» se la dan las elecciones sindicales, al ser el sindicato mayoritario en la CAV con el 40%, y rondar el 23% en Navarra.
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