Al menos 30 guipuzcoanos afectados por una estafa internacional de criptomonedas

Juan, un seudónimo, es uno de los guipuzcoanos que cayó en esta estafa. Él perdió 21.250 euros. «Lo cuento y digo, ¿cómo pude hacer esto?», comienza el hombre que reconoce que no ha contado ni a su mujer ni amigos, «por vergüenza», que fue engañado por este entramado criminal. «Todo parecía muy profesional. Era un trato muy personal, muy humano. Me topé con una página web que aseguraba una rentabilidad del 60% y empecé invirtiendo 250 euros. Me llamaban regularmente por lo que al principio no sospeché nada».

El método de la trampa de este grupo criminal afincado en Europa del este era extremadamente sofisticado. El anzuelo se echaba a través de páginas web. Aprovechándose del 'boom' de las criptomonedas en 2020, estos estafadores prometían rentabilidades muy altas con pequeñas inversiones en la moneda digital. Una vez la persona afectada se daba de alta en la página web de los estafadores, uno de los teleoperadores –que siempre era el mismo para cada usuario– se ponía rápidamente en contacto vía telefónica con la persona interesada.

Los estafadores de criptomonedas operaban desde los denominados 'Call centers' o plantas de teleoperadores repartido por Europa. En algunas, como la de Kiev, trabajaban más de 800 personas. Uno de estos teleoperadores era quien se encargaba de llamar diariamente al guipuzcoano Juan para que siguiera 'invirtiendo'. Cuanta más gente conseguía estafar dicho teleoperador, mayor era la comisión que se llevaba. «Era constante. Me preguntaban por mi familia y amigos. Tenían todo el tiempo del mundo para hablar conmigo».

La última inversión y más potente de este guipuzcoano fue de 20.000 euros. Una transferencia que tardó una semana en llegar a una cuenta ubicada en Ucrania. «No piensas mal. Y luego, vas viendo en la web las rentabilidades que tienes y te confías. Cuando me di cuenta ya era demasiado tarde». Este hombre guipuzcoano trató de recuperar el dinero intentando engañar a los propios estafadores, tal y como le habían recomendado. «Ya sabía que no podía recuperar todo, pero traté de decirles que quería retirar la mitad pero seguir invirtiendo. Ahí me dijeron que no se podía recuperar el dinero».

La Guardia Civil y los Mossos d'Esquadra, en colaboración de policías de varios países, desarticularon a principios de este noviembre un grupo criminal que operaba desde Albania, Georgia, Ucrania y Macedonia del Norte, en la que detuvieron a dos personas, pero hay otros tres huidos, entre ellos un alto asesor de Defensa de Albania. El balance son 15 'call centers' desmantelados (6 Albania, 5 Georgia, 3 Ucrania,1 en Macedonia el Norte), cerca de 500 aparatos electrónicos intervenidos, y 340.000 euros en efectivo, pero mucho más –no especificaron cuánto– en cuentas bloqueadas por toda Europa.