El boom de las comunidades energéticas irrumpe en Gipuzkoa

Gipuzkoa se ha puesto las pilas ante la crisis energética, con el corte del gas por Rusia como última consecuencia, provocada por la Guerra de Ucrania y la inflación. Y para cargarlas empieza a utilizar ya energía renovable y de kilómetro cero. 45 municipios del territorio, la mitad más uno, están inmersos, en mayor o menor grado, en proyectos de comunidades energéticas para generar electricidad a través de paneles fotovoltaicos solares. En su mayoría son localidades de menos de 5.000 habitantes, pero poco a poco, con el impulso de la Diputación foral y el Gobierno Vasco, se van sumando municipios más grandes como Eibar, Pasaia o Errenteria. En Donostia también hay en marcha un par de proyectos para constituir comunidades energéticas.

Tres de ellas, en Orexa, Larraul y Zumarraga, ya están funcionado a pleno rendimiento y generando electricidad a vecinos a través de las placas fotovoltaicas. El objetivo de la Diputación es que en una década los 88 municipios de Gipuzkoa hayan creado su propia comunidad. Todo un boom que nació antes de que la Guerra de Ucrania provocara una crisis energética, y que confía en afianzarse para aligerar una factura de la luz que no termina de rebajarse. El mapa de las comunidades energéticas de Gipuzkoa es algo complejo al intervenir distintas instituciones y cooperativas, que a su vez, a pesar de ser iniciativas privadas, cuentan con ayudas públicas y fondos europeos, otro de los pilares para el desarrollo de esta estrategia.

Las pioneras son Orexa, independiente con ayuda institucional y que genera el 70% de la electricidad que necesita, y Larraul y Zumarraga, bajo el paraguas foral. En este último caso, al ser un municipio más grande, por ahora genera solo el 25% de lo que necesitan. Diputación apadrina además a un total de 21 municipios de menos de 5.000 habitantes, en su mayoría de la comarca de Tolosaldea. El ente foral ha destinado de momento 3,5 millones de euros, de los cuales un millón vienen de fondos europeos, y recientemente ha aprobado otros 400.000 euros más de ayudas para crear otras catorce comunidades energéticas nuevas, muchas de creación independiente, en municipios como Eibar, Errenteria, Andoain, Pasaia o la propia Donostia en la zona de Berio. Se agrupan bajo la denominación TEK (Tokiko Energia Komunitateak).

El Gobierno Vasco, a través de Ente Vasco de la Energía (EVE) sostiene algunas de las más importantes bajo la marca Ekiola, como en la propia Donostia o en el Valle de Leintz, que agrupa a Arrasate y los municipios de la zona. Urretxu o Zumaia son otras bajo el paraguas del EVE. Todas ellas están constituyéndose para entrar en funcionamiento en los próximos meses. Algunas lograrán arrancar este año y otras quizás tarden algo más. Además, existen varias iniciativas autónomas en distintos municipios, que cuentan con ayudas tanto forales como del Ejecutivo autonómico, entre las que destacan Hernani (Enherkom) o Azpeitia (Argindar). Se prevé otra en Leitza, en Navarra.

La idea es recoger la energía solar a través de las placas y la distribuyen por la red general para que llegue a los hogares y comercios suscritos, que deben estar ubicados en un radio cercano a la instalación, que suele rondar los 500 metros. Diputación calcula que para este año se beneficien un total de 5.000 familias en el conjunto de comunidades energéticas, tanto las suyas como las de otras entidades.

Gobierno Vasco y Diputación de Gipuzkoa trabajan de la mano en las comunidades energética. El diputado foral de Medio Ambiente, José Ignacio Asensio, explica que prevé más medidas como el 'district heating' (calefacción urbana a través de un centro de energía) como alternativa al suministro de calefacción y agua caliente, que se está impulsan do en Beasain. Asensio defiende que estas medidas «luchan contra el cambio climático y la pobreza energética».

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