«Un becario se sorprendió cuando vio que escuchábamos sus propuestas»

- ¿Cómo tienen que ser estas transformaciones?

- Virginia Amilibia: Toda empresa que piense en su futuro, necesita una transformación. Pero no siempre tiene que ser radical. Algunas compañías sí requieren de cambios profundos, pero a otras con pequeños les puede servir. Eso sí, siempre deben ser pasos que le ayuden a avanzar y que a la larga resulten sustanciales.

- ¿De qué manera tiene una empresa que construir su estrategia?

- Iratxe Pascual: Hay tres grandes cuestiones que debe incluir toda estrategia. En primer lugar, necesita cuestionarse todas las tendencias transversales que hay hoy en día: ciberseguridad, digitalización, big data, inteligencia colectiva... Por otro lado, hay que plantearse que los equipos, clientes, proveedores, etcétera contribuyan en la reflexión estratégica. Nosotras consideramos que cuanto más participativo sea el proceso mejor será el resultado. Eso sí, luego las decisiones finales las debe tomar el responsable. Por último, hay que pasar de la percepción a los datos reales y objetivos, porque aportan seguridad y certeza a la situación de la empresa. Nos asombra que siga habiendo empresas pequeñas y medianas en las que la estrategia únicamente está en la cabeza del director.

-¿Cuál tiene que ser el resultado de este proceso?

- I.P.: Una estrategia ambiciosa, pero realista. Además, debe existir equilibrio entre oportunidad y capacidad.

- ¿Cómo ayudan en nGloba a implantar estas estrategias?

- V.A.: Primero analizamos a las personas que componen los equipos: liderazgo, capacidades, talento... Evaluamos cómo es la organización, porque nos va a dar la pista de cómo hay que organizar la estrategia para que pueda ser ejecutada por las personas que la conforman. También tenemos que identificar la cultura de la organización y el talento. Con todo ello, vemos cuáles son los mejores pasos a seguir e informamos a todas las personas de cómo hacerlo.

- ¿Cuáles son las resistencias que se encuentran por parte de las empresas a la hora de implantar las estrategias?

- V.A.: La más importante suele estar relacionada con que la gente desconoce lo que se le pide para llevar a cabo ese cambio. Hay falta de información, y no suele ser bidireccional. Otro de los problemas que tenemos está en la relación de los equipos con los líderes. Muchas personas no tienen claro si se quieren implicar o si se fían del director.

- Para llevar a cabo estos cambios se requiere contar con talento, ¿cómo se encuentra en los equipos de la empresa?

- V.A.: Todo el mundo tiene talento. A veces no está identificado o bien ubicado. El talento no solo es formación, también engloba una capa de actitud, creatividad y compromiso hacia un proyecto. Muchas veces las empresas lo tienen dormido, porque no permiten a sus trabajadores que participen. Por eso, hay que preguntar a los equipos y socializar los retos para que el talento aflore. Las empresas tienen que ofrecer experiencias a sus trabajadores.

- ¿Qué les hace diferentes a otras consultorías?

- I.P.: Aportamos una metodología propia que continuamente renovamos, por lo que ya ofrecemos algo que un directivo no tiene. A su vez, nosotras hemos sido directivas, por lo que ya conocemos la forma de actuar y pensar de las personas que ocupan estos cargo de responsabilidad. Y, por otro lado, tenemos capacidad para ayudar a implantar las estrategias.

- ¿Cuáles son los retos que tienen por delante?

- I.P.: Somos una organización atípica que trabaja por objetivos. No exigimos que la gente venga a la oficina o complete un horario. Nos unen nuestros valores. Por eso, nuestra idea es seguir creciendo en Euskadi y en Madrid, y que esto no nos haga perder la esencia.

- ¿Qué les llevó a unir fuerzas y a fundar esta empresa?

- I.P.: El azar, momentos de vida parecidos y una visión en común. Las dos trabajábamos como freelance. Virginia estaba más especializada en el área de personas y yo en la estrategia. Observamos que una sin la otra no tenían sentido. Somos perfiles complementarios. Y ambas queríamos hacer una organización distinta a lo habitual.

- ¿Qué dificultades se han encontrado en este camino?

- V.A.: Todos los días hay dificultades, pero las entendemos como oportunidades. Nuestra mayor dificultad es encontrar profesionales que quieran trabajar en un modelo organizativo no convencional que les exige más compromiso.

- ¿Qué les motiva a seguir para adelante?

- I.P.: Me gusta sentir que cuando hemos intervenido en un cliente algo positivo ha sucedido. Me motiva que las empresas nos tengan en cuenta y revertir la situación de una persona que lo esté pasando mal al frente de su organización.

- ¿Qué experiencia les ha marcado?

- V.A.: Yo guardo especial recuerdo de un becario que nada más incorporarse nos hizo replantearnos nuestra propia esencia. Esa persona se quedó sorprendida porque le habíamos escuchado. Le dijimos que cómo no le íbamos a hacer caso si trabajaba con nosotras y era parte del equipo.

- I.P.: Para mí fue importante un trabajo que hicimos en una empresa de Girona. Aprendí que los límites de una empresa los marca el propio director general. En esa organización el director hablaba de que quería un cambio radical, pero a la hora de hacerlo todo el equipo se involucró menos él.

- ¿Cuál les gustaría que fuera la situación de nGloba en unos años?

- I.P.: Me gustaría que nGloba se consolidase como una organización con un modelo de relaciones nuevo, un equipo de unas 20 o 30 personas muy cohesionado, con la esencia actual, energía positiva y una presencia nacional relevante.

- V.A.: Yo tengo en mente dejar un legado de estructura empresarial diferente a lo que hay ahora, que aporte un valor a las empresas y sirva de tractora para los cambios.