Laboral Kutxa confirma una desaceleración y no descarta una recesión si Rusia corta el gas

La inflación, empujada por el coste de la energía, ha desabaratado la recuperación económica en Euskadi que prevía para este año la vuelta a los niveles previos a la pandemia. Así lo ha reconocido el director de Desarrollo de Negocio de Laboral Kutxa, Ibon Urgoiti, en la presentación del Informe sobre la Economía Vasca de la entidad. Urgoiti ha reconocido que los precios «están dando al traste con las expectativas que teníamos hace escasos meses» generando un problema que es «una amenaza para el crecimiento de la economía este año». Así, la cooperativa de crédito ha rebajado su previsión de crecimiento para este 2022 del 6% que fijó a finales del pasado año al 3,6%. Una tasa que rebaja aún más el 4,5% que el Gobierno vasco actualizó a finales de marzo para recoger el impacto de la invasión rusa de Ucrania.

Para el próximo año, 2023, la previsión de crecimiento de Euskadi es de un 2,7% del PIB. La cifra de la entidad es muy inferior a la que ha fijado el Ejecutivo autonómico para elaborar sus Presupuestos del año que viene y que está en el 4,1%. Son diferencias cuantitativas de calibre que difieren del discurso del consejero de Economía y Hacienda del Gobierno vasco, Pedro Azpiazu, que reivindicaba este miércoles un «crecimiento sólido» de la economía vasca.

Además, tanto en este 2022, como en 2023, la previsión de crecimiento para Euskadi está por debajo de la del conjunto de España. En 2022, son de 3,6%, por un 4% en el resto del país; y para 2023 se prevé para España un 3,2%, por ese 2,7% para Euskadi. Si bien es cierto que la recuperación en 2021 fue más alta en País Vasco, con un crecimiento del 5,6%, por el 5,1% del conjunto del país.

El director del departamento de Estudios Económicos de Laboral Kutxa, Joseba Madariaga, ha reconocido que los precios, que en el avance del mes de junio publicado este miércoles alcanzaron un histórico 10,2%, junto a la subida de tipos de interés anunciada por el Banco Central Europeo, «han desacelerado el crecimiento» y, «aunque es difícil», no descarta un escenario de recesión económica, «si confluye más de un hecho», como que «Rusia corte el suministro de gas a Europa, que sería un shock muy grave» y que el BCE hiciera un giro más agresivo en su política monetaria con mayores subidas en los tipos de interés.

Aún así, Madariaga ha querido destacar que la economía vasca cuenta con tres elementos fuertes en sus bases para soportar la situación. Por un lado, que todavía Euskadi tiene recorrido para recuperar los niveles previos a la pandemia. Y es que el PIB vasco todavía está 3,8 puntos por debajo de 2019, lo que confirma que la recuperación plena se va más allá de este año. Por otra parte, el responsable del análisis económico de Laboral Kutxa ha hecho referencia a que las empresas vascas, tras la crisis financiera de 2008, presentan unas cuentas más saneadas para soportar esta crisis. Y por último, que el mercado laboral, con un récord de cotizantes en Euskadi -986.436 vascos-, mantiene el ritmo hasta ahora. «Hay una fase de crecimiento iniciada que tiene que terminarse, aunque, evidentemente hay riesgos», ha señalado.

Además, y a pesar de que el índice de confianza de los hogares se ha frenado entrando en negativo, las empresas todavía mantienen su proyectos inversores para el futuro. Urgoiti, el director de Desarrollo de Negocio de la entidad, ha señalado que la mora se mantiene a la baja, especialmente entre las familias, que cumplen puntualmente con el pago de sus créditos. En las empresas, salvo sectores muy concretos, también mantiene la tendencia.

En cuanto al escenario inflacionista que ha provocado el frenazo a la recuperación, la entidad financiera prevé que se mantenga la tendencia en las tasas hasta finales de año, con una previsión de IPC para este 2022 del 7,6% en Euskadi, aunque advierte que la bajada de los precios subyacentes -los referidos a los productos sin contar el coste de la energía y los productos frescos- seguirán altos hasta, al menos, el primer trimestre del año que viene.

En cuanto a los tipos de interés, Laboral Kutxa da por descontado que se irán al 2% en menos de un año, ya que a la subida anunciada por el regulador para julio de 25 puntos, prevén en otoño otras dos con acumulado de 75 puntos y, ya en 2023, 25 puntos por trimestre.

Uno de los riesgos para el futuro económico, según ha explicado Madariaga, es la inflación de segunda ronda. Ya que la espiral inflacionista podría llevar en un endurecimiento de los tipos de interés que, dada «la debilidad de las cuentas públicas» en España, «nos hace muy sensibles a esos movimientos como se ha visto recientemente con la prima de riesgo».

Además, y sobre los aumentos salariales, el responsable del área de estudios económicos de Laboral Kutxa, ha insistido en que «la inflación hay que pagarla entre todos. Deberíamos repercutirla de manera progresiva», recordando la necesidad del 'pacto de rentas'. En este sentido, ha recordado que las revisiones salariales en Alemania se están firmando en un 3% tanto para este año, como para el 2023.

En cuanto a la información del Informe Económico sobre el 2021, la entidad financiera atestigua un crecimiento económico en Euskadi del 5,6% con una variación al alza en los precios del 6,4%. Por sectores fue la industria el que mejor comportamiento reflejó con una variación del 8,5%, seguida de los servicios que crecieron un 5%. En cambio, la construcción y la agricultura fueron los más estancandos con un 2,4% y un 1,8% respectivamente.

En cuanto al empleo, la industria sigue liderando la capacidad de ocupación, con un 30% de los trabajadores en 2021, lo que supuso incrementarlos un 7% hasta alcanzar los 203.000. La construcción, en cambio perdió un 11% de los empleados y cerró el año con 45.000 trabajadores, por los 8.100 del sector primario.

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