La eficiencia y el ahorro, la mejor tarifa eléctrica
La mejor manera de hacer frente a los disparados precios de la energía es seguir una serie de pequeños consejos que lograrán reducir las facturas de luz y gas
Jorge Murcia
Viernes, 20 de enero 2017, 11:45
En estos días de precios energéticos disparados, conviene revisar nuestras tarifas de luz y gas para comprobar que se ajustan a nuestras necesidades. Con ser un paso necesario, quizá no sea el más importante a la hora de conseguir reducir la factura energética. Porque la eficiencia y el ahorro pueden convertirse en la mejor tarifa energética. Y basta con seguir una serie de consejos.
Publicidad
¿Cómo regular la temperatura?
«Una máxima fundamental que no debemos olvidar es que la calefacción no se usa para pasar calor, sino para no pasar frío», advierte José Manuel Borque, responsable del sector terciario del Ente Vasco de la Energía (EVE). Grado arriba grado abajo, lo aconsejable es fijar el máximo nivel del termostato en los 21. Cabe recordar que por cada grado de más que programemos aumenta la factura energética en un 7%. De todas formas, se puede elevar algo más la temperatura en el baño y en las estancias donde pasamos más tiempo. Por el contrario, en las estancias vacías se recomienda cerrar la llave de los radiadores, para que ese 7% se convierta en ahorro.
En lo que no acaba de haber consenso es en qué hacer por la noche: ¿dejar o no puesta la calefacción? La Asociación Española del Gas (Sedigas) recomienda no apagarla, «porque de lo contrario habrá que 'remontar' esa pérdida de calor por la mañana». Sin embargo, el EVE sí apuesta por tenerla desconectada. O al menos reducir la temperatura hasta los 17 o 19 grados, «excepto en zonas muy frías o viviendas sin aislamiento». En cuanto al tiempo de ventilación de las estancias, no se considera necesario superar los diez minutos. De lo contrario, la casa se enfriará enseguida y el coste de volver a calentarla se comerá cualquier ahorro que podamos haber conseguido por otras vías. Por último, y siempre que sea posible, deberemos aprovechar al máximo la luz del sol para caldear las estancias.
El aislamiento, un punto clave
Contar con un buen aislamiento en nuestros hogares es una garantía de ahorro. A la hora de buscar una vivienda, uno de los mil y un aspectos que deberemos tener en cuenta es el certificado de eficiencia energética del edificio (o la casa, si es unifamiliar), que se mide en función de la cantidad teórica de CO2 que se emite a la atmósfera para satisfacer su demanda de energía. El certificado clasifica a los inmuebles de la A a la G, de mayor a menor eficiencia energética.
En el caso de que ya dispongamos una vivienda, se pueden realizar pequeñas reformas que ayuden a mantenerla en las mejores condiciones climáticas. Según un estudio de Danosa, empresa especializada en aislamientos térmicos, se puede perder hasta un 20% de energía por un mal aislamiento: por las ventanas se escapa hasta un 30%, un 25% por los muros, y un 2% a través del suelo. Por eso es fundamental contar con doble ventana, o bien una sola que tenga doble cristal, o marcos con rotura de puente térmico.
Publicidad
Y si, por las razones que fueran, no tenemos posibilidad de hacer reformas en casa, sí que podemos adoptar una serie de sencillos hábitos que ayudan a guardar mejor el calor. Por ejemplo, bajar las persianas al anochecer. O que las cajas que las guardan estén convenientemente aisladas. O tapar con silicona o masilla las rendijas por donde pudiera colarse el aire.
Electrodomésticos: instrucciones de uso
Los electrodomésticos son responsables de una gran parte de nuestro consumo eléctrico. Por eso es importante realizar no sólo una adecuada compra: es tan o más importante el uso que hagamos de ellos. Como norma general, es conveniente adquirir aquellos etiquetados con la A, que es la máxima calificación de eficiencia energética. Sí, son más caros, pero en poco tiempo su coste quedará amortizado por el ahorro de energía que suponen.
Publicidad
-El frigorífico: es el electrodoméstico que más energía consume, aproximadamente un 30% del total. Varias pautas nos ayudarán a reducir ese gasto. En primer lugar, y por simple cuestión de lógica, no comprar uno más grande que el que se necesita. Después, hay que mantener el frigorífico en un sitio fresco y ventilado, lejos de otras fuentes de calor (cocina, horno, luz solar). Y ajustar su temperatura (y la del congelador) a las que marque el fabricante: como horquilla genérica, entre 6 y 8 grados en el primer caso, y entre -12 y -18 para el segundo.
Cuando los tengamos abiertos, que sea el menor tiempo posible. En cuanto al congelador, es importante no permitir que la capa de hielo supere los 4-5 milímetros de espesor. Así se puede ahorrar hasta un 30%. Los frigoríficos nofrost evitan la formación de hielo mediante una corriente de aire por lo que son muy recomendables desde el punto de vista energético. Tampoco hay que meter alimentos calientes dentro de la nevera: mejor que se enfríen fuera. Y cuando se vayan a descongelarlos, en la nevera. Es otra forma de conseguir una fuente de frío extra que no tendrá que producir el frigorífico.
Publicidad
-La lavadora: Otro de los aparatos con más gasto energético. Por eso hay que procurar que trabaje a carga completa. Algunas de ellas tienen programas de media carga que reducen su consumo. Y siempre que se pueda, lavar con agua fría. A la hora de secar la ropa, el centrifugado consume menos que una secadora. No hay que olvidar tampoco limpiar regularmente el filtro.
-El lavavajillas: Un consejo que vale lo mismo que para el frigorífico: usarlo a carga completa. Si está a meda es mejor activar los programas cortos o económicos. Si se necesita aclarar el agua antes de meter la vajilla. Mejor con agua fría. Siempre que se pueda, utilizar los programas económicos o de baja temperatura.
Publicidad
-La cocina: es mejor que el fondo de los recipientes que utilizamos para cocinar sea algo superior a la zona de cocción para que la llama no rebase. En las vitrocerámicas es una buena idea usar menaje con fondo grueso difusor para lograr una temperatura más homogénea. Otro consejo, aunque a veces puede colisionar contra los preceptos de buena cocina, es utilizar ollas a presión superrápidas, que apenas tienen pérdidas de vapor durante la cocción. Al necesitar menos tiempo para cocinar el alimento, consume menos energía. Evidentemente si se tapa la olla durante el proceso, también se conseguirá ahorrar. En el caso de las cocinas eléctricas, siempre que no sean de inducción, se pueden apagar cinco minutos antes para aprovechar el calor residual.
-El horno: un mandamiento universal es el de no abrir su puerta más de lo estrictamente necesario, ya que se puede perder hasta un 20% de la energía acumulada en el interior. Y para cocciones superiores a una hora por lo general no es necesario precalentarlo. Como con la vitrocerámica convencional, se puede apagar antes de tiempo. Los hornos de convención favorecen la distribución uniforme del calor por el horno. Así se ahorra tiempo y energía.
Noticia Patrocinada
-El microondas: muchas veces se puede usar en lugar del horno. En términos de tiempo y energía, el ahorro puede suponer hasta el 60%.
-Otros electrodomésticos: esa lucecita roja que de los aparatos electrónicos en 'stand by', cuyo coste habitualmente despreciamos (o más bien, desconocemos), puede suponer un 15% de energía gastada adicional. Una buena opción es enchufar varios electrodomésticos a bases de conexión múltiple (ladrón) con interruptores. Al desconectarlo, se apagan todos los aparatos. En cuanto al ordenador, es aconsejable desactivarlo en ausencias de más de 30 minutos. En los de sobremesa se puede apagar la panalla cuando no se vaya a utilizar el ordenador, aún en periodos cortos, ya que es el componente del ordenador que más consume.
-Los calefactores: la opción más eficiente y económica es la del gas natural, muy por encima de los radiadores eléctricos, que además de requerir una gran potencia instalada, guardan menos el calor. Hay otras fuentes de energía que van ganando terreno, sobre todo en las viviendas unifamiliares, como es la biomasa, que también tiene un menor coste tanto económico como por supuesto medioambiental que los combustibles fósiles.
Publicidad
En todo caso, siempre hay que mantener las fuentes de calor en buenas condiciones. En lo que se refiere a los radiadores, es recomendable purgarlos antes de la temporada de frío, para eliminar posibles burbujas de aire que se puedan formar en los circuitos. También aconsejan no taparlos, porque el aire tiene que circular para realizar bien su función. Y, muy importante, mantener a punto las calderas, ya que cualquier anomalía o suciedad que afecte a los engranajes redundará no sólo en la seguridad, sino también en el rendimiento de la instalación y por consiguiente, en un mayor gasto.
¿Calefacción central o individual?
Aquel que tenga calefacción central en su edificio siempre tiene la opción de cerrar la manilla de los radiadores cuando empiece a sudar la gota gorda. Una medida que de momento repercutirá sólo en el consumo global de todo el edificio. Pero en poco más de un año también permitirá reducir la factura individual de cada vivienda. Porque a partir del 1 de enero de 2017 el ordenamiento jurídico español tendrá que haber traspuesto una directiva europea sobre eficiencia energética que obliga a que cada casa pague por su consumo real de calefacción, aire acondicionado o agua. Y no, como sucede actualmente, en función de un criterio de superficie de la vivienda.
Publicidad
La iluminación
Las bombillas incandescentes parecen cosa de la época pre-industrial, pero todavía subsisten en muchos hogares. Nunca es tarde para cambiarlas por otras de bajo consumo (por ejemplo, las LED) que requieren hasta un 80% menos de energía que las incandescentes y las halógenas. Son ideales para estancias donde se usen durante largo tiempo y tengan pocos encendidos. En sitios en los que se necesite mucha luz y esté iluminados durante mucho tiempo, mejor tubos fluorescentes. Otra manera complementaria de ahorrar luz es pintar las paredes y techos con colores claros. Y limpiar de vez en cuando las lámparas y tulipas, pues la suciedad resta luz. Sin olvidar que uno de los más eficaces aparatos para ahorrar energía es el interruptor. Sobre todo cuando se apaga.
Suscríbete los 2 primeros meses gratis
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión