Muguruza, a un paso de la triple corona en Melbourne

Casi tres años después de imponerse a Venus Williams en la hierba londinense; apenas dos meses después de renovar por completo su equipo de trabajo con la contratación de Conchita Martínez; a principios de temporada; tras sufrir un proceso vírico apenar unos días antes de que diera comienzo el Abierto de Australia y cuando muy pocos contaban con ella, quizá ni la propia Garbiñe Muguruza, la de Caracas está a un paso de conseguir su particular triple corona levantando el trofeo de campeona de Australia en la Rod Laver Arena, la pista central del torneo australiano.

Pocos podían haber imaginado tras aquel rosco que le endosó la estadounidense Shelby Rogers en primera ronda, que la española podría llegar donde ha llegado en este primer grande del año. Aquejada de un virus que le hizo abandonar en los cuartos de final de Hobart, Muguruza aterrizaba en el país oceánico con más dudas que certezas. Algo desorientada en su primer partido, como afirmó la propia tenista, se fue reponiendo partido tras partido, elevando su tenis conforme iba avanzando eliminatorias.

Su condición de no cabeza de serie hizo que a las primeras de cambios Muguruza encontrara grandes escollos en su camino. Tras vencer a la local Ajla Tomljanović en segunda ronda, donde se dejó un set, Garbiñe tuvo su primer test serio ante la ucraniana Elina Svitolina, quinta cabeza de serie, y a la que barrió de la pista sin ningún miramiento. La holandesa Kiki Bertens, la rusa Anastasia Pavliuchenkova y la rumana y exnúmero uno del mundo, Simona Halep, ha sido las víctimas de la hispano-venezolana en su camino hacia la gran final de esta mañana.

Sofia Kenin es el último obstáculo que separa a la tenista de padre guipuzcoano de levantar su tercer grande, el primero en tierras australianas. La estadounidense, de 21 años, es un lobo con piel de cordero. Novata en estas lindes, ha firmado un torneo sensacional, cargándose por el camino a jugadoras como Ashleigh Barty, actual número uno del ranking WTA e ídolo local a la que venció en dos mangas para desolación de la afición aussie que abarrotaba la pista central de Melbourne Park. Coco Gauff, otra de las grandes sensaciones que ha dejado el Open de Australia, tampoco pudo con la finalista norteamericana. Kenin es la primera estadounidense, sin contar Serena Williams, en alcanzar la final en Melbourne desde Lindsay Davenport en 2005. Además es la finalista más joven desde 2008.

No será la primera vez que Garbiñe Muguruza y Sofia Kenin se vean las caras en una pista de tenis. Ambas jugadoras ya se midieron en el Abierto de Pekín la temporada pasada y con victoria para la americana por 6-0, 2-6 y 6-2. Si bien es cierto que aquella Garbiñe tiene poco o nada que ver con la actual finalista del Abierto australiano, la experiencia es un grado y la que fuera número uno del mundo se enfrenta a su cuarta final de Grand Slam (perdió la de Wimbledon 2015 ante Serena Williams). El partido, además, supone un doble premio para la tenista de origen guipuzcoano. De vencer, a parte de la alegría que supondría levantar un nuevo Grand Slam, habría que sumarle un gran ascenso por parte de Muguruza en el ranking WTA. Tras una larga travesía por el desierto de más de dos años, la nacida en Caracas ascendería del puesto 32 al 11, rozando de nuevo el Top 10.

Históricamente, Australia no es una plaza que haya dejado buenos recuerdos en la Armada. Tan solo Rafa Nadal ha sido capaz, en 2009, de morder el trofeo australiano. Garbiñe podría convertirse en la segunda tenista en derribar esa barrera y en lograr algo que ni Arantxa Sánchez Vicario ni Conchita Martínez, su actual entrenadora, pudieron conseguir: ganar en Australia y vencer en tres Grand Slam diferentes.