Tres delanteros para una txapela

Ekhi Iradi fue sin duda el nombre propio de la mañana. El delantero oiartzuarra tiró del carro cuando venían mal dadas. Asumió la responsabilidad en primera persona, y también el riesgo que conllevaba, para lograr junto a Oiartzabal una victoria con la que pocos contaban.

Leitza entró pisando el acelerador (1-6). La pegada de Ugartemendia, un zaguero notable que defendió una barbaridad cuando fue preciso, mantuvo a Iradi fuera de juego al inicio y junto a Bidart metieron presión a Oiartzabal, que regaló demasiada pelota y fue perdiendo confianza a medida que avanzaba el partido.

Iradi intentó echarle un capote a su compañero quitándole pelota y entrando a rematar de aire con agresividad, lo que hizo que Oiartzun se mantuviera en el partido (6-7), pero cuatro errores consecutivos de su compañero volvieron a propiciar el despegue navarro (6-11). La máxima diferencia se alcanzó con el 9-15 después de que Bidart lograra su segundo tanto de saque, pero lo que parecía ser una autopista hacia el triunfo de Leitza se transformó en un vía crucis del que no salió vivo.

Iradi tuvo unos minutos de gran inspiración y comenzó a terminar el tanto con una facilidad inusual. Hizo daño con la volea, pero también con el gancho. Enredó a Bidart, movió a Ugartemendia y el marcador se apretó (16-16). Un nuevo gancho del delantero guipuzcoano puso a Oiartzun por delante (19-18), lo que no lograba desde el 1-0. Oiartzabal entregó otras dos pelotas más, pero Iradi puso a Oiartzun a un paso del triunfo con una volea y un pelotazo atrás.

La exhibición defensiva de Ugartemendia en el siguiente tanto impidió de primeras el triunfo guipuzcoano después de un tanto donde se cruzaron 28 pelotazos. Pero es que con 21-21 hicieron falta 34 más para que Oiartzun lograra la victoria de la manera más inesperada. En el peloteo, Oiartzabal llevó a buena dos pelotas que pusieron el corazón en un puño a los aficionados oiartzuarras, pero Unax firmó el tanto definitivo con un derechazo desde el ancho que encontró pared y que hizo imposible que Ugartemendia la llevara a buena.

Con el punto logrado en cadetes, la txapela apuntaba a Oiartzun ya que sin en juveniles podía haber dudas sobre el signo de la victoria, no sucedía lo mismo en sénior, donde el favoritismo era claramente guipuzcoano.

No hizo falta esperar al último partido porque en juveniles el poderío de Manex Olaitz fue devastador. El oiartzuarra hizo trizas al joven Oinatz Alkorta con su saque y notablemente secundado por Aitor Etxeberria buscaron constantemente al zaguero leitzarra para lograr una cómoda victoria por 22-6.

En sénior, y con Unax Landa, el zaguero de moda, en la reserva y Mikel Leonet en su lugar, Oihan Etxeberria se bastó para someter a Leitza por 22-9 y firmar una txapela inmaculada porque ni en las semifinales ni en la final Oiartzun ha perdido un partido.