Manomanista

Iker Iriarte, guía de Iñaki Artola y guía de turistas

Alegiarra de 39 años –«cumpliré 40 en agosto»– y afincado en Zaldibia, aparcó las ilusiones depositadas en la pelota para buscarse otra salida profesional. Hasta que «hace quince años empecé como guía turístico, un trabajo que también es un estilo de vida. Pasó entre 100 y 120 días al año fuera de casa, la mayoría entre junio y septiembre, cuando la mayoría está de vacaciones. Hago lo que me gusta y me siento un privilegiado».

«Gracias a mi profesión he estado en el norte de África, en Laponia, en el norte de Europa...», relata Iriarte. «Antes de la pandemia viajábamos más a América. He visitado Ternua, Canadá y países suramericanos. Ahora me muevo más por Europa. Existe una red de guías a la que pertenezco y las agencias recurren a nosotros. También colaboro con grupos de gente que organiza viajes por su cuenta».

Está de viaje esta semana. «Partimos el viernes y el sábado estábamos en Baviera, en Alemania». El partido del domingo entre Altuna III y Darío lo vio «en Viena a través del móvil. Hace quince años habría sido imposible. Ahora lo permite la tecnología y es una gozada. Me voy a perder la elección de material y algún entrenamiento de Artola al que me habría gustado acudir, pero regreso el sábado y el domingo estaré en la silla en la semifinal del Atano III».

Lleva ocho meses como botillero del alegitarra. «Somos del mismo barrio, Larraitz, y siempre he mantenido relación tanto con Iñaki como con su hermano Mikel, su anterior botillero. Compartimos aficiones. Mikel acababa de ser padre, estaba atareado en la organización del Campeonato de Gipuzkoa de bertsolaris y me plantearon ser botillero de Iñaki. Les dije que sí porque somos amigos. Si me hubieran pedido ayudarle a mover un mueble, también habría ido. No podía decirles que no».

Su debut fue con «la victoria por 22-21 ante Agirre en Aoiz en el Campeonato del Cuatro y Medio». Nervios y tensión desde el primer día. «No lo paso mal en la silla», confiesa Iriarte. «Hombre, me ha tocado la buena época de Artola. Verle gozar sobre la cancha, con las manos bien y sin ningún contratiempo físico da tranquilidad. Al margen de ganar o perder, le veo a gusto. Ya hay otros sitios peores para sufrir».

No es la primera vez que desempeña la labor de botillero. «Sí, con Ugaitz Renobales. Yo acababa de dejar la pelota. somos de la misma cuadrilla y me lo propuso. Era su mejor época como pelotari. Jugó contra Urrutikoetxea en el cuatro y medio de Elgeta. Desde entonces no había vuelto a ser botillero».

Nuevo preparador, nuevo botillero... ¿Y nueva mentalidad? Iker Iriarte relativiza la influencia de los cambios. «Pienso que con Axier Arteaga ha dado un paso adelante. El botillero, desde luego, no ha influido tanto. Nos olvidamos de que Iñaki ya fue finalista del Manomanista hace tres años, si bien una lesión le impidió disputarla. En 2019 jugó la final del cuatro y medio navarro contra Altuna III. Ganó el Masters de 2020 con Rezusta y también se ha impuesto en varios torneos de verano. No comparto la visión de los medios. Artola no era tan malo antes ni tampoco es tan bueno ahora. Nadie le ha tocado con una varita mágica. La gran diferencia reside quizá en que los últimos meses está jugando con los de arriba todo el tiempo y eso te retroalimenta».

Iker Iriarte, entre cuya polivalencia figura la de gai-jartzaile en festivales de bertsolaris, señala con modestia y sinceridad que «Iñaki tiene a su lado gente que entiende de pelota más que yo. Lo más valioso que le ofrezco es tiempo y compañía. Conmigo habla de política, de feminismo, de literatura, de música, de bertsolarismo... De todo menos de pelota». Pagaría por escuchar esas conversaciones.

La trayectoria de los últimos meses y cuatro victorias en el Manomanista ante Peña II, Ezkurdia, Elordi y Zabala, por este orden, avalan a Artola con vistas a la semifinal del domingo contra Altuna III, «mal contrario», según Iker Iriarte. «Cuesta mucho hacerle 22 tantos. Lo comprobamos contra Darío. Si supiera la fórmula para llegar a 22 contra Jokin, se la diría a Iñaki. Pero no la sé. Es un partido especial. También para mí, que debo al Zazpi Iturri de Amezketa mi trayectoria como pelotari. Conozco a la familia Altuna, a sus amigos, a Jokin...».

Amezketa contra Alegia. Euliak (moscas, mote de los amezketarras) eta txintxarriak (cencerros, el de los alegitarras) aurrez aurre. «No mantenemos el pique de los tiempos de Pernando Amezketarra, pero será una tarde para recordar», apunta Iriarte. Quedan ocho canchas disponibles.