Pelota | Campeonato de Parejas

El mal de Elordi, epidemia en 24 horas

Jon Ander Peña y Jon Mariezkurrena, nuevos pacientes, lo han pagado con la eliminación tras caer 22-16 ante Jokin Altuna y Xabi Tolosa, mejores a la hora de manejar la situación. Quién sabe cuál será el origen de los calambres en las piernas sufridos una semana antes por Xabi Tolosa. Quizá sea el mismo. O no. Lo bueno para la pareja guipuzcoana de Aspe es que han acertado con el remedio. El amezketarra está vacunado.

Al contrario que a Peña II y a Mariezkurrena II, Elordi dispone de una segunda oportunidad para curar una enfermedad deportiva que presenta distintas variantes. En su caso, le oprimió tanto que acabó en la lista de desaparecidos del sábado en Pamplona.

Jon Ander Peña se desordenó en Eibar. Ya le ha ocurrido otras veces. Empieza con las chapas, sigue con pelotazos por encima del fleje de la pared izquierda, falla en defensa de zurda y en el ancho de derecha. Cuando eso ocurre, la mejor opción es rectificar sobre la marcha. Posee cualidades para ello. Sin embargo, insiste en el plan inicial.

Jon Mariezkurrena pecó de blando. Dominar tanto exige un punto de constancia que le faltó en este compromiso de envergadura. Mandó arriba de zurda el 1-0 y sus seis siguientes errores fueron de derecha, mano de nuevo poderosa con la que bombardeó a Xabi Tolosa en un buen número de tantos. Aguantó el de Anoeta, titular de una buena zurda.

«Estoy triste y muy enfadado», confesó el zaguero de Berriozar. «Ellos han hecho pocos tantos. Mandábamos en el peloteo y terminaba con algún fallo nuestro».

Sumaron quince pelotas perdidas entre los dos azules: ocho el delantero y siete el zaguero. Tamaña concesión recorta a la pareja contraria la distancia hasta el tanto 22. Entre los dos colorados, por contra, cedieron cinco, un tercio. La diferencia, significativa, corrobora por dónde discurrió el encuentro.

Contribuyeron Altuna III y Tolosa, cómo no, a que los de Baiko se sintieran incómodos. Entró el amezketarra de aire con la zurda desde lejos para explotar posibles debilidades defensivas de Peña II y para mover en la medida de lo posible a Mariezkurrena. Quería arrebatarle las riendas del peloteo. También empleó el sotamano con similar intención. Ahora bien, resulta imposible discernir si el plan bien ejecutado por la pareja colorada influyó más o menos que las nuevas variantes del mal de Elordi.

Una pelota oscura y rápida en el suelo puesta en juego por los ganadores tras el 7 iguales trajo de cabeza a Peña II y Mariezkurrena II. Siete de los ocho tantos entre el 6-7 y el 14-7 llegaron como consecuencia de errores propios repartidos entre ambos.

Ajustó por fin Jon Mariezkurrena el punto de mira y su dominio empezó a ser eficaz. También Peña acertó en tres ganchos. El partido tomó otro cariz. Hasta tal punto que recortaron la desventaja para acercarse a tres tantos, 17-14, preludio de un largo y duro intercambio de 60 pelotazos. Tolosa devolvió todas desde zonas cercanas al rebote y Mariezkurrena, encendido el piloto de reserva del depósito, falló un sotamano forzado por Altuna.

«Uno de los tantos claves», apuntó Tolosa. «Hemos tenido que defender mucho. Podía haber supuesto el 17-15 y ha significado el 18-14. Hemos ido al descanso y de vuelta a la cancha dos tantos rápidos han sido nuestros».

Los calambres de siete días antes en el Ogueta parecen agua pasada. «El miércoles ya hice un poco de físico con normalidad y sin ninguna molestia. No he sentido nada durante el partido. He estado bien de piernas, aunque al principio temía darle más a la pelota y que me pasara lo mismo que en Vitoria. Me he ido soltando». Después de Mariezkurrena llega Zabaleta.