La cancha se le queda pequeña a Mariezkurrena

Iztueta fue el claro objetivo de los colorados. No fue una sorpresa. Le buscaron con insistencia desde el primer pelotazo y, aunque en los primeros tantos seguramente acusó cierto nerviosismo, lo que permitió un primer despegue (4-1), lo cierto es que el tolosarra se mantuvo firme, con algunos pelotazos verdaderamente meritorios.

Con el novato pegado al rebote, lo lógico es que Artola hubiera sacado partido de ese dominio, pero el de Alegia optó más por seguir castigando al joven zaguero que por terminar el tanto y como Iztueta regaló poco, los colorados nunca llegaron a romper el choque.

Parecieron hacerlo cuando con 9-5 Artola sumó dos tantos de saque consecutivos que dieron al de Alegia y a Mariezkurrena su máxima ventaja (11-5). Sin embargo Laso, que en numerosas ocasiones se descolgó hasta los cuadros cinco y seis para quitarle trabajo a Iztueta, decidió pasar al ataque y cambiar el ritmo del partido.

Llegaron entonces sus mejores minutos. Recuperó el saque con un gran gancho; con otro, en una acción de saque-remate, recortó un poco más las distancias; con dos precisas dejadas avisó de que había partido (11-9); y con tres tantos de saque consecutivos –en dos de ellos Mariezkurrena pudo hacer mucho más– le dio la primera ventaja a los azules (11-12).

Laso estaba encendido y aunque tras siete tantos consecutivos falló al devolver un gancho de Artola que había leído a la perfección, hizo un nuevo tanto con una dejada al txoko (12-13) logrando la que sería su última ventaja en el partido.

Artola y Mariezkurrena cambiaron entonces de pelota aprovechando que recuperaron el saque tras un pelotazo arriba de Iztueta y encadenaron un parcial de 8-0 que fue definitivo. Mariezkurrena siguió mandando en la cancha como quien gobierna un barco, Artola cambió a modo ataque y Laso mostró cierta debilidad fallando en ese parcial tres remates claros.

Un buen pelotazo atrás del de Bizkarreta cortó la sangría y abrió una puerta a la esperanza que él mismo se cerró con un nuevo error al enviar un gancho al colchón inferior. Artola olió la sangre y después de mandar a Laso a la contracancha tras ejecutar un gancho, remató al medio de la cancha, donde ni el navarro ni Iztueta pudieron llegar.

Mariezkurrena, liberando tensión, soltó un grito mientras apretaba los puños. Un coloso: «Me he encontrado muy bien, con sensaciones que no había tenido nunca. Muy cómodo y físicamente muy bien. Ha sido un tarde redonda». Si sigue así...