Altuna III conjunta la ilusión de un chaval y el porte del veterano

El último tanto de la segunda semifinal del Torneo de La Blanca resume lo que Jokin Altuna ofreció la noche del sábado en el Ogueta de Vitoria. Los adversarios, que perdían 12-21, habían reducido ligeramente su desventaja a seis tantos, 15-21. Observó un atisbo de reacción.

En lugar de esperar acontecimientos y un nuevo error de los adversarios, el de Amezketa decidió cortar por lo sano. Como las figuras. Si anteriormente había cogido las riendas del juego para conducirlo a donde le convenía, esta vez no fue menos. Movió la pelota a todas las esquinas. Paró en el txoko, descolocó a la pareja rival, pegó de zurda una especie de sotamano-besagain que provocó una devolución de volea apurada de Ezkurdia y puso fin al tanto con otra parada en el txoko inalcanzable para el de Arbizu y Rezusta, desplazados de sus sitios naturales y con demasiados metros cuadrados de cancha por cubrir.

Antes, con un Zabaleta dubitativo y tímido para soltar el brazo derecho como acostumbra -al igual que dos días antes en Bera en su reaparición tras diez días de ausencia-, Jokin Altuna sostuvo en pie el duelo ante Ezkurdia y un Rezusta muy superior en pegada. Llevaban ya 333 pelotazos a buena en el 7-7. Muchos. Ezkurdia no acababa de aprovechar el dominio claro de su zaguero.

Altuna III y Zabaleta encontraron en el cestaño la pelota baja que les convenía. Y bien que se notó. El chaval amezketarra firmó cuatro tantos consecutivos de remate, incluidas dos cortadas de derecha pegadas con brío e intención. Castigó los ganchos en semifallo de Ezkurdia. Una tacada de diez tantos permitió a los azules adelantarse 7-17 y adquirir una ventaja considerable. Si en los primeros catorce tantos habían dado más de 300 pelotazos, en los diez siguientes no llegaron ni a cien: 89.

Ezkurdia no acabó de reconducir su juego y bajó el rendimiento de Rezusta, incómodo con esa pelota. Zabaleta subió su nivel de confianza... sin llegar a parecerse al pelotari de poderosa derecha que ha impresionado en los frontones.

Jokin Altuna, autor de un partido muy completó, conjuntó la ilusión de un pelotari de 20 años todavía nuevo en estas lides con un empaque impropio de un chaval de esa edad pero característicos de los manistas que actúan con sentido común y saben elegir qué hacer en cada momento.

Este chaval aprende. Ahora bien, le hará falta todo eso y la recuperación de la derecha de Zabaleta para hacer frente a Olaizola II y Untoria en la final del Torneo de La Blanca esta noche en el Ogueta de Vitoria. ETB1 emite en directo un festival anunciado para las 22.00.