«Siento que he abierto un camino para el resto de mujeres»

Rebeca Aramburu (San Sebastián, 1993) es una de las ruedas a seguir en el drift. Ha demostrado talento y personalidad para brillar en un mundo en el que por número predomina el hombre. Con 40 mil seguidores en Instagram será siempre la pionera, aquella que puso «la semilla».

– Para los que no conozcan qué es el drift, ¿cómo lo definiría?

– Es una modalidad del mundo del motor en la que no se va contra el crono, no se nos miden los tiempos. Se rueda en circuito y se cogen X curvas seguidas. Se elige un tramo y no se rueda en todo el circuito como tal. Los jueces dictan por dónde tenemos que pasar los pilotos acercándonos con el coche y esos puntos se llaman 'clipping point'. ¿Cómo se evalúa? Los propios jueces dictaminan cómo de espectacular o atractiva haya sido la pasada.

– ¿Y cómo se ejecuta la pasada?

– Desde que empiezas los tramos tienes que ir derrapando con el coche, no te puedes salir de pista, ni hacer un cero, ni ponerte recto porque todo eso penaliza. La trazada tiene que ser limpia y el coche tiene que ir de costado, pero a la vez la forma de conducir tiene que ser bonita, no puedes hacer correcciones.

– ¿Y el formato de competición?

– Cada piloto hace tres pasadas de las que solo dos son puntuables. Cada piloto se queda con su mejor puntuación y es entonces cuando se forma una lista de clasificados. Después llegan las batallas, que son eliminatorias. Uno sale por delante y su rival por detrás imitando todo lo que haga su contrincante. Y luego viceversa; se turnan, hay que hacer la trazada de tu rival de manera impoluta, acercándote lo máximo posible al otro coche, pero obviamente sin chocarte.

– No tiene la emoción de una carrera con adelantamientos. ¿Dónde reside la adrenalina?

– Pues yo creo que tiene más emoción. Un piloto de Fórmula Uno puede arreglar su error adelantando de nuevo en la siguiente vuelta. Aquí no, si fallas, estás fuera. Tienes una pasada y lo tienes que bordar, por lo que la emoción es mayor.

– ¿Qué calendario tiene?

– También hago subidas como la que he hecho este fin de semana en Aia, donde sí vas contra el crono. Aunque yo subo dando espectáculo y no compitiendo por tiempos, tengo que mejorar en ese sentido. Pero en el drift mi objetivo es el nuevo Campeonato de España que se celebra el 2 y 3 de abril en el circuito del Jarama, en Madrid.

– ¿De dónde viene su afición por el drift?

– En mi familia siempre han sido de coches. Mi abuelo tenía coches antiguos de carreras, motos y siempre nos hemos dedicado a la automoción con la empresa familiar. De pequeña me regalaron una moto de monte y me empecé a enganchar. Y al drift pues llegué de casualidad. Fui con un amigo que competía, empecé a dar vueltas con su coche y me enganché, a la segunda ya fui con mi coche.

– Por lo que veo en sus redes, está muy unida a su aita.

– Sí. Hemos formado un equipo en la que la cabeza pensante es mi padre, sin él todo sería un desastre. En el equipo está mi padre, dos amigos que son ingenieros mecánicos y otro amigo que se llama Borja que es el encargado de grabar todo y generar contenido audiovisual para redes.

– Es la primera mujer en ganar una prueba del Campeonato de España y quedó tercera en el torneo. ¿Qué supone?

– A día de hoy no me lo creo. He descubierto lo que me apasiona. Lo probé en 2014, empecé a competir en 2016 y gané por primera vez en 2017. Cuando el speaker dijo «Rebeca Aramburu, la primera mujer en ganar una prueba de drift» pues me volví loca. Al año siguiente quedé tercera en el torneo, cerca del segundo. Siento que he abierto camino para todas las mujeres que vienen por detrás. Ya he demostrado que se puede; no se necesita un coche potente ni ser un hombre que mida dos metros. Con ganas y esfuerzo gané a todos. Dejé la semilla y ahora las demás tienen que demostrar.

– En un mundo como el del drift en el que predomina en número el hombre, ¿cómo se siente?

– A mi siempre me han tratado bien, aunque sí que es cierto que la gente me admira mucho más por ser mujer. Pero no entiendo por qué. Hay otros deportes en los que la fuerza es más necesaria, pero dentro del coche no sabes si hay un hombre o una mujer. Es una persona que conduce y que lo hará o mejor o peor, pero no lo determina el sexo.

– ¿Se ha sentido alguna vez discriminada en las carreras?

– Sí es cierto que cuando empecé a competir había pilotos que ni me saludaban, pero empecé a ganarles y me gané su respeto. Venían a saludarme, me felicitaban... pero no creo que fuese únicamente por ser mujer, sino porque era la nueva. No es que me miraran por encima del hombro, es como si no existiera porque no era competencia para ellos.

– ¿Del drift se puede vivir?

– Imposible. Yo para el último evento llevé 28 ruedas; si cada una de ellas me sale a 30 euros, pues calcula. Las inscripciones a las carreras también son caras, unos 200 euros. A día de hoy puedo correr porque tengo buenos patrocinadores detrás que me suministran todas las piezas. Gasto más de lo que ingreso.

– ¿Qué sueño tiene por cumplir?

– Yo me siento tranquila. Ya he hecho la aportación a este deporte siendo mujer, me siento parte de la historia. Pero si corro es porque quiero ganar, me encantaría, pero el objetivo es poder correr sin que me suponga un gasto.

– ¿Cómo es el ambiente en una carrera?

– Hay mucha afición. Yo llevo merchandising propio como camisetas, pegatinas, pósters... es una locura. Cuando llego al box hay gente en la cola que quiere pasar un rato conmigo y conocerme. Hay gente que se hace una foto conmigo y está temblando. Les digo que soy de carne y hueso como ellos. No me acostumbro.