Nerea Arruti: «Si les pica el gusanillo de la aizkora o la piedra, que prueben y se animen»
La urnietarra Nerea Arruti, campeona de Gipuzkoa de aizkolaris, insta a las mujeres a practicar herri kirolak: «Estamos dispuestas a ayudarles en lo que sea»
Nerea Arruti revalidó el pasado domingo en Aia el título de campeona de Gipuzkoa de aizkolaris, pero apenas tiene tiempo para disfrutarlo. Mañana a partir ... de las 12.00, esta vez en la Kalegoen plaza de Elgoibar, se enfrenta a un nuevo reto, el Campeonato de Euskadi. En caso de lluvia -las predicciones meteorológicas anuncian riesgo de precipitaciones en Gipuzkoa-, tendrá lugar en el polideportivo Olaizaga. El trabajo a realizar consiste en el corte de dos troncos de 36 pulgadas, dos de 45 y dos kanaerdikos.
Sus rivales son Nerea Sorondo, Oihana Fernández de Barrena, Ane Zapirain, Malen Barrenetxea y Maika Ariztegi. De todas ellas, la urnietarra destaca a «Nerea Sorondo, que lleva muchos años ganando txapelas, aunque todas las rivales serán difíciles de batir». A su entender, «en una final puede pasar cualquier cosa. Todo depende del día que tengas».
La jornada de Aia fue redonda para sus intereses. Se llevó la txapela guipuzcoana con absoluta justicia. Marcó un tiempo de 14:07, mientras que su más inmediata perseguidora, Oihana Fernández de Barrena, concluyó el trabajo en 19:14 y Zapirain, tercera, neceesitó 20:00.
«Empecé un poco cruzada», confiesa Arruti. «En el primer tronco me salieron unos nudos y se complicó todo. Puede pasarle a cualquiera. Luego me encontré mejor. Llevaba ventaja y me relajé. Pude disfrutar, algo que no suele ser habitual, y menos en un campeonato».
«También hice judo; participé en varios campeonatos de España, pero no llegué a ganar ninguno»
Tiene 33 años. Estudió Ingeniería Mecánica en la Universidad del País Vasco en Donostia y posteriormente completó un máster en Mondragon Unibersitatea. En la actualidad trabaja en Aia, en la empresa Arregi, que se dedica a la fabricación de buzones y de sistemas de seguridad. Es directora de producción.
Nerea Arruti se entrena con la aizkora en Leitza bajo la tutela de Gabriel Saralegi, hermano de Mieltxo. Los ensayos con la piedra los lleva a cabo en Astigarraga con 'Luxarbe'. «Normalmente, trabajo dos días a la semana con la aizkora y dedico otro a la piedra. No me da la vida para más. ¿Competir? Lo hago como hobby. No me lo tomo como otros deportistas. Me entreno lo que puedo», asegura.
«Hacía judo antes de dedicarme a la aizkora y a las piedras. Estuve compitiendo desde los seis años hasta los 21 -añade-. Participé en varios campeonatos de España, desde categoría júnior hasta sénior, pero no gané ninguno. Todos los años quedaba segunda o tercera. También competí en la Copa de Europa, en Portugal y en Francia, pero eso fue hace muchos años».
Curiosamente, hace dos años, en noviembre, se decantó por el herri kirolak. Se inició casi por casualidad. «Estaba entrenando crossfit y varias harrijasotzailes de la selección guipuzcoana vinieron al gimnasio donde estábamos para enseñarnos cómo se levantaban las piedras. Me dijeron que probara y me gustó. Antes también había practicado pentatlón».
«Un día me pegué un buen tajo en la rodilla con el hacha. Me dieron cuatro puntos internos y otros ocho externos»
Desde el primer momento recibió el beneplácito de su familia. «Fui dos días a levantar piedras y más tarde me dediqué a la aizkora. A mi aita, Joseba, siempre le han gustado las pruebas de herri kirolak. En cambio, a la ama le daba miedo al principio cuando me veía con la aizkora. Temía que pudiese hacerme una avería. Una vez me hice una bien gorda. Entrenando, me di un buen tajo en la rodilla con el hacha. Me llevé un buen susto. Tuvieron que darme cuatro puntos internos y ocho externos. Me ha quedado como recuerdo una buena cicatriz».
Abrise paso
Poco a poco las mujeres se abren paso paso en las distintas disciplinas del herri kirolak. «En aizkora, cada vez está entrando más gente a competir. Es cierto que presenta mayores complicaciones que otras disciplinas. Da un poco de miedo, pero es una modalidad preciosa. También hay muchas harrijasotzailes nuevas. Ahora se trabaja la cantera y en el futuro habrá más. Es un deporte bonito de ver para el espectador, entretenido. Existe variedad de piedras».
Antaño, era un deporte exclusivamente masculino. Afortunadamente, ha evolucionado al igual que la sociedad. «Ahora mismo existe un boom en la práctica del herri kirolak. Estoy sorprendida por toda la gente que viene a competir. Hace dos años éramos tres 'peladas'. Animo a las mujeres a que vengan a competir. Que prueben, que se atrevan también con la aizkora, no solo con la piedra. Cuantas más seamos, aumentarán la calidad y el nivel. Las mujeres somos capaces de competir igual de bien o mejor que los hombres. La que prueba, repite».
«Intento no rendirme nunca, pero hay algunos días en los que la cabeza puede más que el cuerpo»
Ahora bien, la cuantía de los premios no se corresponde con el esfuerzo y la dedicación tanto en las competiciones como en los entrenamientos. «Desgraciadamente sucede eso y la diferencia es mayor en mujeres. Quizá Iker Vicente es el único que puede vivir de esto. En la aizkora, por ejemplo, todo el dinero que ganamos lo destinamos a comprar material. Cada hacha cuesta como mínimo 300 euros. Tengo pocas, cinco o seis. La más cara me la compró el aita. A lo largo del año utilizo todas, junto a las que me deja mi entrenador. Para competir utilizo cuatro y en exhibiciones, el resto. Son de material autóctono y alguna, australiana. Ya me gustaría a Australia a competir como hizo Iker Vicente. Y luego, además, también hay que pagar la madera... El último lote provenía de Leitza».
Aún así, considera que «merece la pena tanto esfuerzo. A mí me ha cambiado la vida. Ahora estoy disfrutando del deporte. Siempre he sido muy exigente conmigo misma. Estoy disfrutando del deporte, de la gente. Es bonito ver cómo te animan en una plaza. También hay pique entre nosotras, pero sano. Nos animamos unas a otras. Somos cuatro y si no nos echamos una mano unas a otras, se va todo al garete. Las que vengan por detrás son las que tendrán que tirar del carro en el futuro».
Aumento del nivel
Presume un futuro halagüeño a las pruebas de herri kirolak. «Cada vez viene más gente a vernos competir y el nivel ha subido mucho de unos años a esta parte. En países como Australia, la aizkora es un deporte que cuenta con sus propios seguidores según las regiones donde se practica. Y respecto al levantamiento de piedra, en la Semana Grande de Donostia vino a competir un norteamericano -Ryan Richard Stewart- con la Igeldoko Harria. Le dio una pájara. No todo es salir, levantar la piedra y ya está. Hay que entrenarse mucho previamente», avisa a los recién iniciados.
Aumenta también el abanico de competiciones. «Cada vez hay más pruebas y tienen mayor repercusión en los medios de comunicación. El pentatlón femenino empezó a organizarse hace dos años. En la última edición nos apuntamos cinco, pero tres fueron baja a última hora y la prueba tuvo que suspenderse».
«Todo el dinero que ganamos en la aizkora lo invertimos en material; cada hacha cuesta 300 euros»
Es competitiva por naturaleza. «Sí, intento no rendirme nunca, pero hay días en los que la cabeza puede más que el cuerpo. Además, las mujeres tenemos un inconveniente respecto a los hombres, la menstruación. Y eso nos limita a la hora de competir», señala.
En 2021 participó en el concurso de aventuras y supervivencia de Euskal Telebista 'El conquistador del fin del mundo'. «Tuve que abandonar, me salió un papiloma en el pie y me cogió el nervio. Fue justo antes de la unificación entre ambos equipos. No guardo un buen recuerdo de mi paso por el concurso».
Nerea Arruti es pareja del pelotari Aitor Elordi, vigente campeón del Manomanista. «Sí, llevamos un tiempecillo juntos. Ganó la txapela después de mucho esfuerzo y sacrificio. Comenzó perdiendo ante Jokin Altuna, pero luego le dio la vuelta al marcador y pudo ganarle».
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