«Necesitamos la ayuda de todos para competir»

– ¿Cómo entró en el mundo del hockey patines?

– Es una cosa curiosa, ya que nunca he jugado a hockey patines. Fue mi hijo Oier quien me metió el gusanillo en el cuerpo. Él jugaba en el Mundaiz. No le gustaba el fútbol y optó por este deporte. A mí, en cambio, me encanta. Soy muy futbolero, de la Real.

– La temporada pasada, el Mundaiz consiguió un hito al ascender a la Liga Bronce, que podría compararse con la Segunda B.

– Jugamos en el Gasca contra el Guruzeta de Barakaldo, el Oberena de Pamplona y el Burgos. Cuajamos una temporada redonda. Ganamos la Liga Norte, la Copa de Euskadi y la Final Four. La guinda fue el ascenso.

– ¿Y ahora, qué diferencias han encontrado en esta categoría?

– La exigencia es mucho mayor. Antes nos conocíamos todos, jugábamos unos contra otros desde pequeños. Ahora, los campos son distintos y los rivales, también. Los chavales están muy ilusionados. Tenemos un grupo formado por jugadores de entre 20 y 24 años, pero también hay tres jugadores de cerca de 40. El más joven es Nicolás Sandonis, de 18. Y el más veterano Asier Galea, de 39. Es el capitán del equipo. Fue alumno de Mundaiz y ahora es profesor de Primaria.

– ¿A qué aspiran?

– Nuestro objetivo es mantenernos. Sería muy bonito porque este año se cumple el 50 aniversario de la fundación del equipo, pero está complicado. El salto de categoría es muy grande. Jugamos gente del colegio actual junto con antiguos alumnos de Mundaiz. No tenemos fichajes. En cambio, otros equipos sí tienen cada temporada. A los que llegan les dan trabajo. Para nosotros, conseguir el ascenso ya ha sido un éxito.

– Ahora, en esta categoría, los desplazamientos son más lejos y los costos aumentan...

– Tenemos que desplazarnos a Bilbao, Santander, Gijón, A Coruña, Vigo o Lugo. Eso cuesta un dinero. Los jugadores se pagan ellos mismos la cuota anual por jugar que asciende a 600 euros. Las comidas también se las pagan ellos. El resto del dinero lo logramos mediante rifas los días de partido a un euro y pancartas en el Gasca. La camiseta lleva publicidad en todas partes. Recibimos también ayudas por parte de la Diputación y del Ayuntamiento de Donostia. No son muy grandes, pero siempre vienen bien. Además, en Santo Tomás contamos con un puesto para vender txistorra y sidra. El año pasado nos tocó en la plaza de Gipuzkoa y éste estamos en la de Sarriegi. Logramos 2.000 euros limpios de beneficios. Vamos siempre en autobus. Cuando nos toca desplazarnos a Galicia, el club Donostiarra de remo nos cede una furgoneta de nueve plazas y también va un coche a parte. Nos cobra un precio de chiste, 150 euros todo el fin de semana. La gasolina corre por nuestra cuenta.

– Juegan en el Gasca...

– Es la única pista cubierta en Donostia donde podemos hacerlo. Las vallas están machacadas con el paso del tiempo. No vendría mal un cambio. Antes jugábamos en Mundaiz al aire libre. Ahora han hecho una pista que está cubierta solo la mitad, pero no es reglamentaria.

– Entonces, urge un pabellón como el comer...

– Eso sería lo ideal. Así dispondríamos de más horas para entrenar de las que tenemos ahora en el Gasca. Ahora tenemos que repartírnoslas con el balonmano y el baloncesto, que tiene prioridad para utilizar la pista. Entrenamos dos días a la semana allí y los miércoles en Mundaiz.

– ¿Cuánta gente va a verles cada partido?

– Unas 150 personas. El 90% son familiares de los jugadores de categorías inferiores o amigos de los jugadores. La entrada es gratuita. Contamos con un presupuesto de 25.000 euros y tenemos que buscar el dinero hasta debajo de las piedras. Cualquier ayuda es bienvenida .

– ¿Qué les diría para que se animen a jugar?

– Que es un deporte que engancha, rápido, ágil. El equilibrio con los patines es increíble y los niños disfrutan mucho jugando.