Larrañaga enseña sus credenciales con una txapela

Mikel Larrañaga se proclamó ayer en el polideportivo Antzizar de Beasain campeón de Gipuzkoa de aizkolaris por tercera vez en su carrera deportiva. El azpeitiarra era favorito para llevarse el título y, aunque le costó, pudo sumar la txapela a las conseguidas en 2014 y 2016. Además, le valió como presentación para el Sherpa.ai Txapelketa Nagusia que se disputará el próximo domingo en Bilbao.

No hubo sorpresas en Beasain y la clasificación terminó más o menos en orden al favoritismo de cada contendiente. Larrañaga aventajó en 54 segundos a Eneko Otaño, subcampeón, mientras Julen Alberdi 'Txikia IV' terminó tercero a casi cinco minutos. El defensor del título de 2019 no pudo seguir el ritmo de sus dos rivales. Ugaitz Mugertza, campeón en 2018, se clasificó cuarto a 57 segundos de Txikia, con Iñaki Azurmendi, quinto, a un minuto y cuatro segundos de Mugertza y Jexuxmari Mujika cerrando la final, ya lejos de los otros cinco.

El trabajo a realizar por los aizkolaris era el corte de diez troncos separados en seis lotes y cuatro kanaerdikos (troncos de 54 pulgadas), cuatro troncos de 60 pulgadas y dos oinbikos (troncos de 72 pulgadas). El campeón tardó 29 minutos y 37 segundos en cortarlos, realizando la mejor marca desde 2016, cuando el propio Larrañaga necesitó nueve segundos menos (29:28) para terminar. Solo hay otro campeón en en las últimas diez ediciones, la de 2012 con Joseba Otaegi (27:01), con mejor marca.

Esta victoria tiene un valor doble, debido a la cercanía del campeonato más importante. Tres de los seis finalistas, los tres primeros de ayer, se enfrentarán en Bilbao y pudieron ver dónde se encuentran. Además, les sirvió para afinar todavía más la forma. El resultado y el transcurso del campeonato dejó detalles significativos.

Se sabía que Eneko Otaño estaba experimentando un crecimiento paulatino y ayer en Beasain puso contra las cuerdas a un Larrañaga que veía que el de Beizama lo tenía pegado o por delante en gran parte de la final. Solo en el último tronco, cuando ya estaba decidido el ganador, pudo aumentar la ventaja casi al minuto, pero en el transcurso de los nueve troncos anteriores ambos se movieron en pocos segundos de ventaja.

En el primer kanaerdiko, los tres favoritos casi lo cortaron al unísono y en el segundo se sumó a la fiesta Mugertza, que se adelantaba a todos con Mujika pisándole los talones, al igual que Txikia, Otaño -con problemas con una aizkora- y Larrañaga. La 'normalidad' volvió en el tercer tronco. Txikia IV era el primero con cuatro segundos de ventaja sobre Otaño y Larrañaga, que terminaban a la vez. Mujika perdía comba y Azurmendi empezaba a acercarse también a Mugertza II.

En el cuarto tronco Larrañaga se ponía en cabeza, pero la ventaja era exigua, tres segundos a Otaño y nueve segundos al azkoitiarra Txikia IV. Los oinbikos una vez más separaron el grano de la paja y el duelo, ya quedó en un mano a mano entre Larrañaga y Otaño.

En el quinto, primer oinbiko, Larrañaga seguía primero, pero no lograba escaparase y el marcaje era total. A mitad de trabajo el tiempo era de 13:50 con nueve segundos a favor del azpeitiarra y era Txikia quien ya perdía más terreno, 1:15 respecto a la cabeza.

En el segundo oinbiko, Otaño era quien recuperaba el primer puesto con catorce segundos de ventaja y la final ganaba en emoción. Cuatro segundos, a favor del beizamarra, les separaban en el séptimo tronco, pero el octavo fue clave. El de Azpeitia recuperaba el primer puesto, por quince segundos, y no lo abandonaba hasta el final. Ambos demostraron estar en forma.

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