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Los Springboks bailan el indlamu en el primer Nueva Zelanda-Sudáfrica de la historia, en 1921. TE ARA
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Haka o indlamu

La final del Mundial de rugby mañana entre Nueva Zelanda y Sudáfrica es una rivalidad de más de un siglo de historia

Nueva Zelanda y Sudáfrica juegan la final del Mundial de rugby mañana en París (21.00 horas-TF1 y Movistar). Hoy, Inglaterra y Argentina buscan ... el tercer puesto, en el mismo escenario y hora. La final será el partido número 106 entre los All Blacks y los Springboks, una de las rivalidades más antiguas de la historia del deporte, que comenzó en 1921 con la gira de los africanos por las dos islas oceánicas.

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Fueron tres partidos. En una época en que hacer un viaje así costaba semanas, los dos equipos no se conocían pero se temían por las historias que surcaban el océano Índico. Sudáfrica, en agradecimiento por la hospitalidad, realizó ante sus rivales un baile zulú, el idlamu, en los primeros partidos. Los All Blacks respondieron en el tercero –que acabó con un legendario empate a cero– en Athletic Park, en Wellington, con una haka, una de las primeras en su tierra, ya que la reservaban desde 1905 para sus giras por el extranjero. Hoy la ejecutan en todos sus partidos. Los sudafricanos bailaron el indlamu hasta 1937, antes de que el apartheid, desde 1948, lo eliminara. Después del primer partido, un periodista sudafricano envió un cable a su diario en el que mostraba su asombro porque el público, blanco fundamentalmente, animase y jalease a un equipo con jugadores de piel oscura.

El apartheid marcó una ruptura entre los dos rivales. Los All Blacks acudían a las giras por Sudáfrica sin jugadores maoríes, asumiendo las leyes racistas, lo que generaba un rechazo social creciente. Desde los años 60, las visitas del los 'boks' se tornaron cada vez más polémicas y la policía neozelandesa utilizó por primera vez en su historia material antidisturbios en 1981 para sofocar las protestas por la llegada del equipo sudafricano. Ni las guerras de los Bóers, donde Nueva Zelanda luchó junto a Inglaterra, habían creado tanto resentimiento. Ese año, el capitán de los All Blacks, Graham Mourie, se negó a participar. Las manifestaciones fueron virulentas, hasta el punto de que antes del segundo test Sudáfrica durmió en los vestuarios de Athletic Park por seguridad.

Sudáfrica había sido expulsada de la FIFA en 1963 y del movimiento olímpico en 1964. Aunque la federación internacional de rugby le mantuvo durante todo el periodo del apartheid, desde la gira de 1981 los Springboks no volvieron a jugar un partido internacional hasta 1992, y fueron los All Blacks los que rompieron el bloqueo en el mítico Ellis Park de Johannesburgo, en plena ebullición del proceso que conduciría a la abolición del apartheid.

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La de mañana será la segunda final del Mundial en la que se enfrentan, tras la famosa de 1995 en Ellis Park, con Nelson Mandela vestido con la camiseta de los Springboks, hasta entonces símbolo mayor de la opresión contra los ciudadanos negros. Ganó Sudáfrica 15-12. Los dos equipos suman tres títulos y sea cual sea el resultado se confirmará el dominio del hemisferio sur. Es una forma de hablar, porque no hay un solo rugby del hemisferio sur. De hecho, el partido será un choque de estilos opuestos: el juego de movimiento y búsqueda del espacio libre de los oceánicos frente al gusto por el choque y la supremacía física de los africanos. Haka o indlamu. París tiene la palabra.

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