Ver 22 fotos
Iker Vicente mantiene su idilio con Tolosa
El aizkolari de Otsagabia se impuso con claridad en la plaza de toros de Tolosa a Julen Alberdi 'Txikia IV' y se llevó los 14.000 euros en juego
San Sebastián
Sábado, 27 de abril 2024, 19:35
Iker Vicente dejó este sábado las cosas claras en Tolosa. El aizkolari de Otsagabia no dio opción al azkoitiarra Julen Alberdi 'Txikia IV', a quien ... derrotó con claridad en el desafío que enfrentó este sábado a ambos aizkolaris, con 14.000 euros en juego. El coso tolosarra es terreno abonado para el navarro. Allí también batió en 2020 al errezildarra Xabier Orbegozo 'Arria V' en un duelo con ocho troncos de 60 pulgadas y doce kanaerdikos. Los 14.000 euros fueron a parar a la cuenta corriente del navarro. Vicente volvió a Tolosa al año siguiente para enfrentarse en otro desafío al azpeitiarra Mikel Larrañaga. Ese día, el trabajo consistió en el corte de doce kanaerdikos y seis oinbikos, con 14.000 euros en juego. Ganó también el navarro y volvió a celebrarlo a lo grande.
Publicidad
Su última víctima fue este sábado el azkoitiarra Julen Alberdi 'Txikia IV', quien tuvo que rendirse ante la evidencia a pesar de darlo todo y dejarse el alma en cada golpe. Vicente fue más y mejor. El navarro se impuso con un tiempo de 51 minutos y 5 segundos, mientras que el azkoitiarra, que acabó con calambres en las manos por el esfuerzo realizado, paró el reloj en 1h01.32. Diez minutos de diferencia separaron a uno y otro. Demasiado como para pensar que la igualdad iba a mantenerse hasta el final.
La estrategia de uno y otro fue distinta. Vicente comenzó enfrentándose a cuatro troncos de 60 pulgadas, mientras que 'Txikia IV' optó por medirse primero a los de 54 pulgadas. El azkoitiarra concluyó esta primera tanda en 7:09, mientras que el de Otsagabia acabó en 7:58. 51 segundos de renta para el guipuzcoano. Las espadas estaban en todo lo alto.
A continuación fue Julen Alberdi quien se las vio con cuatro troncos de 60 pulgadas, mientras que Vicente lo hacía con los de 54. El guipuzcoano finalizó esa parte del trabajo en 19:09, mientras que Vicente, con una madera menos exigente en cuanto a diámetro, concluyó en 16 minutos exactos. Le había dado la vuelta. En la primera referencia importante, el desafío comenzaba a decantarse a favor del navarro, vigente campeón de Euskal Herria.
Publicidad
Aún así, Alberdi siguió intentando recortar distancias. Tenía diez kanaerdikos por delante para darle la vuelta a la tortilla. No era tarea sencilla. El guipuzcoano se dejó el alma en cada corte, dio todo lo que llevaba dentro y concluyó esa exigente y dura fase en 45 minutos y 38 segundos. Vicente, mientras tanto, optó por intercalar en ese misma fase del desafío maderas de ambos tamaños. Primero se enfrentó a tres troncos de 54 pulgadas, siguió con otros cuatro de 60 y concluyó esa parte frente a otros tres de 54. A esas alturas del desafío, a falta de cuatro troncos para la conclusión, Vicente estableció un tiempo de 40:40, frente a los 45:38 de 'Txikia IV', con el añadido de que los cuatro troncos que le restaban a ambos para concluir la apuesta eran de un diámetro menor los del navarro que los del guipuzcoano. Vicente tenía que medirse a cuatro troncos de 54 pulgadas y Alberdi al mismo número de troncos, pero de 60 pulgadas.
Diferencia notoria
El desafío estaba prácticamente decantado a estas alturas a favor del aizkolari navarro, que sólo tenía que administrar su renta para acabar imponiéndose. Pero el gen competitivo de Vicente le permitió seguir aumentando la ventaja. 'Txikia IV' ya había entregado la cuchara. En cada tronco, Vicente le ganó más de un minuto a su rival, hasta los diez que les separaron al final del desafío. Ambos aizkolaris pasaron por el preceptivo control antidopaje antes de reunirse con los suyos.
Publicidad
Iker Vicente se fue a celebrarlo con sus amigos, los que habitualmente le ayudan cuando compite, en torno a una mesa. La cena se alargó hasta que el cuerpo dijo basta. Por unas horas, el de Otsagabia se olvidó de la dieta, de las horas metidas en el gimnasio para llegar a la cita en el mejor estado de forma posible, de la madera cortada en los últimos meses, de las gotas de sudor que han corrido por su frente todos esos días. Era momento de disfrutar, de decir adiós a la dieta y a todo. La juerga fue completa. La ocasión lo merecía.
2.500 espectadores dieron color y calor al coso tolosarra
La lluvia estuvo cerca de echar por tierra la cita tolosarra. Desde primera hora de la mañana se produjeron precipitaciones en toda Gipuzkoa, lo que provocó que surgieran algunas dudas a la hora de llevar a cabo el reto. A primera hora de la tarde, el cielo, que antes estaba encapotado, dio paso a los claros y apareció el sol. Por si acaso, los organizadores colocaron una carpa para proteger a los aizkolaris y a la madera de la lluvia. 2.500 espectadores se dieron cita en las gradas. Hubo seguidores de ambos aizkolaris llegados a Tolosa en autobuses y coches particulares. El ambiente fue el de las grandes ocasiones, pero sólo podía ganar uno de los dos bandos. La alegría fue por barrios y al final los que más disfrutaron fueron los seguidores del de Otsagabia.
Suscríbete los 2 primeros meses gratis
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión