El doctor Agustín Álvarez fallece a los 80 años

Por su consulta de la calle Ramón María Lili de Donostia pasaron durante décadas numerosos deportistas de diferentes disciplinas para recabar primero su sabia opinión y luego ponerse en sus manos para recuperarse de los problemas físicos que atravesaban y les impedían desarrollar su trabajo en sus respectivos equipos.

El doctor Agustín Álvarez supo granjearse la amistad de los deportistas durante muchos años gracias a su buen hacer. Amable en el trato, siempre intentaba transmitir a sus pacientes, y también a sus más allegados, el lado positivo de las cosas. Su alegría era contagiosa.

«Agustín era un gran profesional y, sobre todo, una buena persona», declara Vicente Areta, quien coincidió con él durante casi cinco lustros en la junta directiva del Atlético San Sebastián. «Viajaba con los diferentes equipos y siempre estaba dispuesto a echar una mano, daba igual que fuese un sábado o un domingo. Era único y se hacía querer».

Areta añade que «no tenía horas. Ponía siempre por delante a sus pacientes antes que a su familia. Era un enamorado de su profesión, a la que dedicó prácticamente toda su vida. Gozaba de un merecido prestigio ganado en base a muchos años de trabajo. Su gran pasión era el baloncesto. Quienes le conocimos vamos a echarle de menos».

Los funerales tendrán lugar ese jueves, a las 17.00 horas, en la parroquia Santo Cristo Gurutzeaga del barrio donostiarra de Aiete. Goian bego.