«Simone Biles es un caso excepcional»

Paloma del Río analiza el 'Biles II', su salto más difícil que ya ha ejecutado en París y con el que este sábado consiguió su tercer oro en los Juegos

Jueves, 1 de agosto 2024

Otra medalla más para Simone Biles. Y ya van unas cuantas. La estadounidense sumó este sábado su tercer oro en París, y el séptimo ... de su carrera, al arrebatarle la corona olímpica de la prueba de salto a la brasileña Rebeca Andrade, vencedora en Tokio y vigente campeona mundial, que se colgó la plata. Tras su 'aterrizaje', sabía que le había salido bien ese primer salto, su 'Biles II'.

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Los Juegos Olímpicos congregan a centenares de deportistas, a muchos de los mejores especialistas mundiales y, entre ellos, a unas poquitas leyendas. Una de ellas es sin duda la gimnasta de Ohio, una mujer que a sus 27 años atesora más de 100 medallas entre mundiales y Juegos Olímpicos, que la convierten en la más laureada de todos los tiempos.

Coleccionista compulsiva de metales, el legado de Biles no va a ser tanto sus títulos como su aportación a la gimnasia artística ya que la estadounidense cuenta con cinco epónimos, elementos técnicos que llevan su nombre en reconocimiento a su innovación. Y en París amenaza con uno más en las asimétricas. «Estamos ante un caso excepcional, impresionante», afirma a este periódico la periodista Paloma del Río, la voz de la gimnasia durante décadas en TVE y que estos días disfruta desde Laredo de la cita parisina.

El pasado domingo, durante la clasificación femenina del concurso completo, Simone Biles ejecutó en la prueba el 'Biles II', el salto de mayor dificultad del código de la gimnasia artística femenina actual y que realizó hace menos de un año en el Mundial de Amberes.

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Un salto increíble

Se trata de un Yurchenko con dos rotaciones y media en el eje transversal en posición carpada, un salto que ninguna otra gimnasta se ha atrevido ni tan siquiera a intentar. «Ahora mismo no veo otra gimnasta capaz de replicar este salto», asegura Del Río, que disecciona para este periódico este icónico salto.

«Primero se hace una carrera de 25 metros, que es lo máximo que pueden hacer las gimnastas», comienza explicando la periodista. «La entrada en Yurchenko es lo que en el colegio todos hemos conocido por voltereta lateral. Esa es la primera fase del salto hasta que coloca las manos en el potro». Hasta ahí todo más o menos bien. Ahora viene lo complicado. «Una vez coloca las manos en el potro, la gimnasta tiene que hacer un esfuerzo grande de impulsión para despedirse hacia arriba y coger la máxima altura posible, lo que posteriormente le permitirá hacer la segunda fase del vuelo, que es donde está la dificultad», prosigue Palomas del Río. «Ella coloca entonces su cuerpo en forma de carpa, formando un ángulo de 90 grados, y hace un doble mortal atrás», explica.

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«Ahora mismo no veo otra gimnasta capaz de replicar este salto»

Paloma del Río

Periodista

La Federación Internacional de Gimnasia anunció tras la cita de Amberes que el 'Biles II' entraría en el código de puntuación con la nota más alta de partida de toda la gimnasia femenina, un 6,4 con el que superaba el 6,0 del 'Produnova' o 'salto de la muerte'. Biles obtuvo en París una nota de 15.266 por su aterrizaje imperfecto.

«El salto tuvo pegas porque cuando aterrizó tuvo que dar un paso grande con uno de los pies para poder estabilizarse y eso fue debido a la potencia de salto que llevaba y a la velocidad», analiza Paloma del Río. «En esa carrera de 25 metros la gimnasta tiene que coger toda la velocidad posible para luego transformarla en altura en el momento del apoyo de las manos en el caballo», indica Paloma del Río.

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«Como es un salto muy complicado, necesita coger mucha altura y su centro de gravedad, que está en las caderas, se fue muy alto», describe. «Si vemos las imágenes laterales del salto y congelamos el momento en el que está arriba del todo en ese ángulo de 90 grados, vemos que su centro de gravedad está casi dos metros por encima del caballo, lo que le permite hacer esos dos mortales atrás completos», cuenta la periodista, todavía impresionada.

«Pero luego eso hay que frenarlo y eso también tiene sus inconvenientes porque toda esa potencia que ha cogido en la carrera y la repulsión con los brazos hay que frenarlo. Por eso tuvo que dar ese paso atrás», analiza.

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Paloma del Río se deshace en elogios rememorando el momento de la frenada del salto: «Ese paso podría ser un pasito, pero por un pasito te quitan 0,10 y a ella le debieron quitar alguna décima más. Pero es que el salto es tan complicado...Fue una bestialidad».

«Los saltos tienen tres fases: la carrera, la repulsión y el aterrizaje. La carrera son unos tres segundos y todo lo demás se hace en unos ¿dos segundos?», se pregunta Del Río. «Es que en menos de seis segundos esta chica hace esas barbaridades porque tiene una potencia muscular, tanto de piernas como de brazos, brutal. Y no solo en el potro, también en suelo», destaca.

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«Hay elementos que hace en suelo que en categoría masculina solamente los hacen dos o tres hombres. Y mira que hay gimnastas. Son elementos que no están ni siquiera al alcance de la gimnasia masculina porque hay que ser muy preciso y muy potente para poder hacer lo que ella hace», admite.

Laurent Landi, su entrenador, es uno de los grandes 'culpables' de hacer de Biles una gimnasta única. «Consigue que lo imposible sea posible y no tengo ni idea de cómo lo logra», ha asegurado Biles, que reconoce que la primera vez que le propuso hacer este salto «mi primera reacción fue un no. Él tuvo que empujarme hasta que yo me sintiera preparada y entonces ya fue como: 'Ok, realmente no es tan complicado'».

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El sexto epónimo

Ayer volvió a competir en la final de potro y ejecutó su 'Biles II'. No obstante, será hoy cuando la gimnasta estadounidense amplíe su leyenda logrando su sexto epónimo en la final de asimétricas. Se trata de una variación de un elemento que lleva el nombre del canadiense Wilhelm Weiler y que Biles ha realizado durante gran parte de su carrera. El Comité Técnico de la FIG le otorgó un valor de dificultad E en una escala de la A a la J, lo que significa que vale 0,5.

Antes de los Juegos Olímpicos, la gimnasta presentó ante la Federación Internacional de Gimnasia una técnica original en las barras asimétricas que, si consigue llevar a cabo en París, logrará que este movimiento lleve su nombre. Sería su sexto epónimo y se situaría a solo uno de la bielorrusa Nellie Kim, que tiene siete. A sus 27 años, Biles es, fuera de toda duda, una de las deportistas más grandes.

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