Una reflexión sobre los resultados de Tokio

Ahora que ya han acabado los JJ OO de Tokio 2020, unas reflexiones sobre los resultados de España y una comparación con países de nuestro entorno. ¿Hemos tenido una actuación acorde a nuestro potencial? España consigue un total de 17 medallas (3 oros, 8 platas y 6 bronces) y 42 diplomas. En la línea a las últimas ediciones. Atenas 2004: 20 medallas (3 oros); Pekín 2008: 19 medallas (5 oros); Londres 2012: 18 medallas (4 oros); Río de Janeiro 2016: 17 medallas (7 oros). Bien es cierto que han faltado grandes referentes que podrían haber sumado (Carolina Marín, Rahm, Orlando Ortega, Nadal...).

Y no podemos olvidar tampoco que, a nivel de finalistas, los nuestros han tenido un rendimiento excepcional. Con un poco de suerte alguno de los 4º puestos podría haber sido bronce.

El problema viene al comparar nuestros resultados con otros países de PIB similar o inferior (Brasil 21 medallas/ 7 oros; Australia, 46/17; Países Bajos 36/10; N. Zelanda 20/7) o países de nuestro entorno como Francia (33/10), Italia (40/10), Alemania (37/10) o Gran Bretaña (65/22). ¿Qué hacen ellos bien o nosotros mal? ¿Es sólo una cuestión de dinero? El comité olímpico español tiene una dotación anual inferior a 10 millones de euros. El CONI 40 millones (+360 millones de la sociedad estatal Salud y Deporte), UK 400 millones y en Australia, 150 millones.

Nuestros deportistas olímpicos, en muchos casos, dependen del plan ADO, que este año han sido 42 millones (sostenido por el COE, CSD, RTVE y empresas privadas). En otros países exitosos el modelo es distinto.

¿Deben financiarse los deportistas olímpicos con dinero público? Yo siempre he creído que los JJOO son el escaparate ideal para la juventud. Y realmente cada medalla nos sale relativamente barata. Sacamos petróleo comparados con otros países. En España hay talento deportivo y la posibilidad de triunfar en muchas disciplinas: hay buenos técnicos y buenas instalaciones (aunque no en todos los sitios).

Incluso a nivel científico, somos una de las grandes potencias mundiales -única disciplina científica donde España cuela 18 facultades entre las 300 mejores del mundo-, quinto país por detrás de EEUU, Gran Bretaña, Canadá y Australia. Además, con 5.000 millones, fuimos el tercer país europeo que realizó una mayor inversión pública en deporte (gasto en servicios deportivos, subvenciones a deportistas y clubes, inversión en equipamiento, etc.), solo por detrás de Francia y Alemania.

Sin embargo, y es mi opinión personal, en España tenemos un 'lastre' inmenso que es el fútbol, que atrae a la gran mayoría de potenciales deportistas de nuestro país como un agujero negro. Que acapara los talentos físicos. Que monopoliza la cobertura mediática y la inversión.

¿Dónde están muchos de los potenciales talentos españoles de atletismo, gimnasia, natación, halterofilia, piragüismo, remo...? Seguramente jugando al fútbol, o peor aún, no haciendo nada jugando a la play y comiendo doritos. No sé ni cómo, ni si es posible, pero si se quieren mejorar los números de España en los JJOO hay que empezar a tejer una red que apoye a esas disciplinas minoritarias olvidadas. Un buen nadador, un buen gimnasta pueden por sí solos dar un puñado de medallas en unos mismos Juegos.

Y ya sé que alguno dirá que los niños jueguen a lo que quieran y que el deporte de élite y la competición es el mismo diablo. Pero si los jóvenes pudieran probar otras disciplinas, muchos caerían enamorados de ellas. Y la competición, para quien es competitivo, es el paraíso.

Quizá podríamos empezar por un plan que al menos dé a conocer otras las disciplinas deportivas en los colegios (por ejemplo por jornadas de las distintas federaciones en las horas de educación física), para que los niños vean que hay más que fútbol, tenis y baloncesto. O al menos exigiendo que la televisión pública y otros medios públicos que den cobertura a otros deportes y den a conocer a nuestros deportistas no solo cuando llegan los JJ OO.

Un futbolista, un tenista nivel ATP, un jugador de baloncesto top... tienen su futuro asegurado. Un medallista olímpico de esgrima no. Si queremos que alguien apueste su juventud por el sueño olímpico, quizá el plan ADO no sea suficiente y habría que estudiar otros modelos

Dicho esto, mi enhorabuena y admiración a todos los españoles que han estado en los JJ OO, a sus entrenadores y a quienes les ayudaron a hacerlo posible. También a los que lo intentaron y no pudieron conseguirlo. Toca empezar a trabajar para París 2024.

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