Un monstruo viene a ver a Criere, Erostarbe y González
La ola de Teahupo'o, en Tahití, en la que compiten desde el sábado los tres guipuzcoanos clasificados, está considerada como la más temible del mundo
Iker Valverde
Jueves, 25 de julio 2024, 02:00
En la otra punta del mundo están ya afincados los surfistas que debutarán en competición el sábado. Aislados del resto de olímpicos en Tahití, a ... 13.000 kilómetros de la torre Eiffel, sin poder participar en el desfile inaugural ni convivir con otros deportistas.
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Todo es distinto para Andy Criere, Nadia Erostarbe y Janire González Etxabarri porque al no haber camas suficientes en la isla para todos los surfistas, están alojados en un crucero fondeado en la bahía, el 'Aranui 5', y tendrán su propio acto inaugural de los Juegos en la intimidad. El objetivo, sobrevivir a la ola de Teahupo'o, conocida por ser la más temible del panorama mundial, y, si se puede, luchar por una medalla. Con ellos, Aritz Aranburu, quien ejerce de entrenador por ser un gran conocedor de esta ola, en la que llegó a ganar en una manga a Kelly Slater en una prueba del circuito mundial.
Situada en el Pacífico Sur, Teahupo'o recoge el nombre de quien fuera un sanguinario rey tahitiano que coleccionaba calaveras. Teahupo'o significa muro de calaveras así que está casi todo dicho. Es un lugar sagrado, místico y respetado por los tahitianos.
La ola se forma en lo que llaman el paso de Teahupo'o, una estrecha franja que conecta la laguna de Tahití con el océano abierto. El agua baja con fuerza desde las montañas hasta desembocar en la bahía. Esa corriente choca con el muro de coral levantando la ola surfeable más peligrosa del mundo.
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Es una ola muy grande, con un labio enorme y con una potencia descomunal. Su tubo no tiene parangón. La ola succiona el agua de la orilla y deja casi descubierto el coral, con el peligro que supone en caso de una caída. Es tanta el agua que absorbe que el recorrido del surfista se hace por debajo del nivel del mar. La profundidad en el lugar del take off –el momento en el que el surfista se pone de pie– es mínima, sólo hay uno o dos metros de agua sobre el arrecife. La pared de agua puede alcanzar fácil los diez metros. En Teahupoo gana quien mejor tubea. No es una ola para maniobrar y hacer virguerías como pueden ser las de playa.
Que se sepa, la ola de Teahupo'o se ha cobrado cinco vidas y muchas más lesiones de gravedad. Es por eso que el casco es casi obligatorio. En 2011 y 2022 se llegó a decretar el Código Rojo. En esas ocasiones las olas superaban los diez metros de altura.
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Bajo la belleza de este espectacular lugar en la Polinesia Francesa se esconde un reto de máxima dificultad para los tres guipuzcoanos. La diferencia con el resto de olas hace difícil pronosticar resultados y adjudicar favoritismos. Tahití será, eso sí, entre el sábado y el miércoles, más guipuzcoano que nunca.
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