El Real Unión, con la miel en los labios

El fútbol ofrece cada cierto tiempo sorpresas como la que aspiraba a conseguir ayer el Real Unión pero lo normal es que se acabe imponiendo la lógica. Los irundarras necesitaban ganar al Tudelano y que le favoreciesen tres resultados más para entrar en playoff pero no se acabó cumpliendo ninguno de ellos.

El sábado estuvo lejos de transcurrir tal y como hubiese deseado el aficionado txuribeltz pero la jornada mereció la pena. Al menos al comienzo. El gusanillo que sintieron en el estómago todos los presentes en el Stadium Gal con el pitido inicial, sabiendo que los suyos podían estar a noventa minutos de volver a una fase de ascenso ocho años después, debe ser motivo de orgullo para toda la parroquia unionista en la primera edición de la renovada división de bronce.

La necesidad del Real Unión frente a un Tudelano descendido no se tradujo en dominio local en el arranque. Todo lo contrario. Las primeras ocasiones fueron para los riberos, que pusieron a prueba a Irazusta por mediación de Caballero y Gualda.

Los de Aitor Zulaika se empezaron a desperezar gracias a una buena jugada individual de Carlos Bravo, que regateó a su par dentro del área y obligó a Pellegrino a intervenir con el pie. Instantes después, un centro de Oyarzun acabó envenenándose e impactó en el larguero. El guardameta argentino de los tudelanos continuaría su idilio con la madera en el minuto 25. Esta vez fue Núñez el que estrelló la pelota en el poste tras un voleón espectacular.

El 1-0 era cuestión de tiempo y llegó pasada la media hora. Oyarzun botó con su habitual buen pie una falta lateral y el posterior testarazo de Bravo se convirtió en el tanto inaugural. Los unionistas no se detuvieron ahí y cuatro minutos después Rivero aprovechó en el segundo palo un buen centro de Santos desde la derecha. Pellegrino detuvo el primer disparo del cántabro pero no pudo hacer nada en el rechace.

El choque, que parecía ya visto para sentencia, terminó de estarlo con el 3-0. Sánchez se deshizo de cuantos rivales le salieron al paso y acabó siendo derribado dentro del área por Cavafe. Rivero, con su habitual temple, transformó la pena máxima.

Para entonces la atención de todos ya se centraba en lo que sucedía en el resto de encuentros de los rivales directos. Los de Irun se encontraban en ese momento a un gol, el de la Cultural Leonesa, de colarse como quintos al playoff. Esa ilusión, se desvaneció al inicio de la segunda mitad.

El tanto de la UD Logroñés en el Reino de León comenzó a apagar el sueño de la fase de ascenso para los de Zulaika y sentó como un jarro de agua fría al graderío irundarra, consciente del resultado. Después llegó el gol de Unionistas en Riazor, que enterró definitivamente las opciones del conjunto txuribeltz.

Poco importaba ya lo que sucedía sobre el césped del Stadium Gal, donde Gualda redujo distancias para el Tudelano. El Real Unión terminó la liga con la miel en los labios, octavo a dos puntos de los puestos de premio. Duele que se haya quedado tan cerca.

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