La final se calienta también en Gipuzkoa
Representantes de la afición francesa y argentina viven la previa del desenlace del Mundial en DV Gunea y anuncian celebraciones por todo lo alto este domingo en nuestro territorio
Dos países orientan su radar sentimental este domingo hacia Qatar. El derecho a portar el cartel de campeón del mundo durante los próximos días apetece ... hasta a quien aborrece el fútbol. Para quien lo vive apasionadamente, no cabe mayor fuente de felicidad. Argentina y Francia, Francia y Argentina exportan su orgullo por todo el planeta. También desde Gipuzkoa. Sus gentes alimentan la ilusión previa a la final del Mundial de este domingo (16.00 horas) dentro y fuera de sus fronteras. Nuestro territorio acoge a 1.066 franceses y 929 argentinos, el 0,15 y 0,13% de la población total respectivamente. La cercanía geográfica con los primeros y la histórica relación familiar con los segundos hace que haya más estallidos de júbilo que los habituales en nuestro entorno ante un partido de esta naturaleza.
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La previa se ha jugado también en DV Gunea, donde una representación de las dos aficiones ha proyectado una mezcla de predicciones y deseos ante la mismísima Copa del Mundo.
Xabier Ortuño agita el sentimiento de la bandera francesa mientras Nicolás Carrera encarna el entusiasmo argentino. Ambos acarician la ansiada Copa emocionalmente y literalmente en las instalaciones de DV. Se aprecia más serenidad en el invitado galo, lo que contrasta con la indisimulada fogosidad de su adversario albiceleste. La metáfora de lo que los dos equipos transmiten en las horas previas al gran duelo.
Xabier nació en San Sebastián pero ha vivido «toda la vida» en Francia hasta que ha vuelto por trabajo. Es profesor de francés y dirige la academia 'Oui' en Donostia. Nicolás lleva dos décadas entre guipuzcoanos. En realidad, ninguno de los dos ha dejado nunca su país por mucho que diga su dirección postal. Este sábado se unen desde Gipuzkoa a sus millones de compatriotas por una causa que trasciende lo deportivo.
Una de las acompañantes del protagonista argentino, Andrea Lardet, deja que brote el discurso del corazón antes de que hable su amigo. «Este partido es de pura pasión. No lo puedo explicar. Veo un vídeo sobre la previa y se me eriza la piel –lo constatamos en directo– solo de imaginarme el momento». Su forofismo es parte de la educación en Argentina. «Yo crecí con esto. Mi hermano me llevaba en hombros a ver el fútbol. Veíamos los partidos en el colegio. Allí se paran las clases cuando juega la selección. Tengo una hija de cuatro años y le estoy inculcando eso mismo». Se le saltan las lágrimas y tiene que detener su musical alocución en cuanto en la conversación se plantea, como mera hipótesis, una victoria de los de Messi. «La última vez que ganamos un Campeonato del Mundo (1986) yo tenía cuatro años, era muy pequeña para ser consciente. Ahora sería como vivirlo por primera vez», estalla con las manos en la cabeza.
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Guarda mejor la compostura Xabier. Describe la emoción con palabras, no con su expresión corporal. Pero el fuego arde por dentro. «Claro que los franceses también lo vivimos con pasión. Sentimos el fútbol como ellos o más. Además, sería una hazaña conseguir dos Campeonatos del Mundo consecutivos, más una Eurocopa de por medio. ¡Sería un éxito! Si conseguimos ganar otra vez, que yo creo que sí, lograremos dar un golpe encima de la mesa en el fútbol mundial y nos tomarían aún más en serio de lo que ya nos toman».
«Lo sentimos como los argentinos o más y queremos dar un golpe encima de la mesa del fútbol mundial»
Xabier Ortuño | Francés (academia Oui)
Sería una equivocación pensar que una victoria francesa conllevaría una celebración más silenciosa. «Sí que los argentinos son más explosivos, pero también lo sentimos mucho nosotros y hasta en el pueblo más pequeño va a haber una fiesta monumental si gana Francia. Yo voy a quedar con unos amigos, iremos a un bar en Hendaia a hacer el calentamiento desde pronto y lo viviremos todos juntos, con música, cantando todos los goles, como cualquier hincha, a tope».
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En todo caso, la fiesta francesa sí se presume más diseminada por pequeños nichos de ciudadanos del país vecino que la que se desataría si gana Argentina. En este caso, la locura y la arraigada cultura de movilización de los sudamericanos promete una reacción ruidosa. La convocatoria está hecha. «Hemos quedado para hacer un banderazo a las 12.00 horas en el Puerto, donde estaremos con camisetas, fuegos artificiales, bombos y demás instrumentos», anuncia Nicolás, portavoz de la agrupación 'Argentinos Unidos', cuyo punto de encuentro habitual es el bar Tendido Cinco del barrio de Gros. «Si ganamos, banderazo también después por la Parte Vieja para festejarlo tocando bombos. ¡El lunes no se trabaja! ¡Fiesta y carnaval!».
No todo es Messi
Los invitados se adentran también en el análisis estrictamente deportivo de la final. El representante argentino empieza por reconocer que «no todo depende de la inspiración de Messi. Es el equipo entero el que funciona. Sabemos que Messi es el mejor del mundo. Lo sabe todo el mundo. Pero la clave es que el equipo está unido. Si seguimos en la misma línea, ganamos». El factor anímico influirá también a los jugadores, pero ahí dicen partir con ventaja los argentinos. «Hay que meter un gol rápido. Si lo hacemos, ellos se apagan. Si pasara lo contrario, Argentina ya sabe y asume que tiene que luchar hasta el final. Nos ha costado ocho años llegar a otra final». Ni los precedentes les intimidan. «Esta vez va a ser diferente al partido que Francia nos ganó 4-3 el año pasado. Teníamos gente de más edad. Ahora ha entrado juventud en la selección. Hay más garra, más ganas, muchos huevos, como decimos acá. Francia lo tiene difícil y lo sabe».
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«Este año tenemos más huevos, como decimos acá, y Francia lo tiene difícil; si ganamos, fiesta y carnaval por la Parte Vieja»
Nicolás Carrera | Argentino (Argentinos Unidos)
Desde la calma replica Xabier. «Creo que si jugamos como hasta ahora, vamos a ganar. Hay un equipo muy completo. Apuesto por un 3-0, con dos goles de Griezmann y uno de Mbappé. De lo que estoy seguro es de que no va a haber prórroga porque hay mucha dinamita en ambos conjuntos». Este profesor tiene alguna apuesta que otra con sus alumnos y considera, más allá de las tomaduras de pelo que se prestan en estos casos, que «aquí son más los que quieren que gane Francia».
Las dos delegaciones se despiden con respeto y educación, valores que desean que imperen también entre las aficiones en Qatar, Francia, Argentina y, también, pueblos y barrios de Gipuzkoa. El centro de Donostia se va a llevar la palma de los festejos si Argentina gana mientras que Irun será el municipio que más note la victoria francesa.
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