Vingegaard destaca que la Ertzaintza «ha hecho un gran trabajo»
El líder de la Vuelta se lamenta de que «quería dedicarle la victoria a mi hijo por su primer cumpleaños, pero no pudo ser»
Jonas Vingegaard se quedó con una espina clavada en Bilbao. El danés, líder de La Vuelta, confesó al término de la undécima etapa que soñaba con dedicarle el triunfo a su hijo, que cumplía un año este miércoles. Sin embargo, los incidentes registrados en el recorrido por las protestas contra Israel y la decisión de la organización de detener la etapa a falta de tres kilómetros impidieron que pudiera disputar la victoria. «Está claro que queríamos ganar hoy. Es el cumpleaños de mi hijo y quería dedicarle esta victoria. Hemos trabajado todo el día para ello y, al final, no hemos tenido opción. No hemos podido disputar la etapa. Una pena, la verdad», lamentó.
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Más allá de la decepción deportiva, el danés elogió el desempeño de la Ertzaintza: «Creo que la Policía ha hecho un gran trabajo. En el primer paso por meta ya vimos cierta agitación, incluso algún conato en el segundo paso por el Vivero. Durante toda la etapa hemos estado tranquilos, pero al final no había garantías».
En lo puramente deportivo, Vingegaard vivió un pulso intenso en el Alto de Pike, donde respondió al ataque de Tom Pidcock. El británico, explosivo en las rampas más duras, llegó a abrir hueco, aunque el danés lo neutralizó en la parte final del puerto. Juntos coronaron con unos segundos de ventaja que lograron mantener en el descenso, antes de que la organización neutralizara la etapa a tres kilómetros de meta.
«No tenía sentido pelear entre nosotros»
«Pidcock atacó y tuve que seguirle. Colaboramos bien para ampliar diferencias sobre los favoritos, pero al no haber ganador de etapa no tenía sentido pelear más entre nosotros», explicó el jefe del Visma, que se permitió un apunte con humor: «Aunque sea en broma, como yo he pasado primero por esa meta virtual, moralmente me considero el ganador».
Vingegaard no quiso olvidarse de su equipo, que trabajó desde la salida para mantener la fuga controlada. «Ha sido fantástico el trabajo de todos. Hoy todo el mundo quería estar delante, y los compañeros se han vaciado. El ojo es para ellos», dijo, dejando también un guiño a su hijo: «Aunque no pude dedicarle la victoria, quizá mañana le llegue el regalo con un día de retraso».
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