«Es la etapa más difícil propuesta como inicio en los últimos 50 años»

La etapa de hoy es apta para meter fuego a la carrera con un trazado de 182 kilómetros plagado de subidas y un terrible muro final. Lo dice Thierry Gouvenou, director técnico del Tour. Y va más allá. «En los últimos 50 años es seguramente la etapa más difícil propuesta a los corredores para el inicio de la ronda», concluye. La jornada se complica sobre todo en los últimos cuarenta kilómetros con tres subidas: alto de Morga (3,9 kilómetros al 4,1%), alto de Vivero (4,2 al 7,3%) y alto de Pike (2 al 10%), situado a menos de diez de la meta.

Gouvenou espera acción de inicio. «El último kilómetro del alto de Pike tiene rampas de hasta el 20% y recuerda al muro de Huy. Es probable que haya una gran pelea y se prevé que en ella estén los grandes favoritos», pronostica. Lo que tiene claro es que el objetivo de la organización se va a cumplir, es decir, que «desde la primera etapa los grandes líderes tendrán que dar lo mejor de sí mismos. Hay que estar preparado y afrontar esta primera jornada como si fuera una clásica porque hay mucho que perder en una etapa que presenta 3.300 metros de desnivel».

No va a pillar desprevenido a nadie. Los participantes han inspeccionado entre el jueves y ayer los kilómetros de esta etapa. Michal Kwiatkowski (Ineos), que tiene fuerza para ejercer la portavocía –ha corrido ya ocho Tours–, fue tajante ayer al expresar su opinión. «La primera etapa de esta edición supone uno de los más duros inicios que ha tenido la carrera francesa en su historia».

Tan violento ve el final Mikel Landa (Bahrain), que se autodescarta para la disputa de la etapa. «Pike es un muro de dos kilómetros muy duro que va a seleccionar el grupo de los que se puedan jugar la victoria en meta. La baza del equipo es Pello Bilbao y ojalá yo esté cerca», se sinceró. Eso sí, en cuanto al objetivo global del Tour fue ambicioso. Buscará el podio de París, con lo que conseguiría «cerrar el círculo».

El aludido, por su parte, tiene los pies en el suelo. «Es muy difícil porque están los mejores ciclistas del mundo. Hay corredores más fuertes, pero ninguno iguala mi motivación», aseguró Pello Bilbao. El de Gernika tiene una lectura clara de lo que puede ocurrir hoy. «Aunque sea una jornada nerviosa y haya ataques, veo difícil que alguien se marche antes de Pike Bidea porque al haber tantos intereses la carrera va a ir atada. En cambio, con un buen ataque en el muro final, si no hay armonía en el grupo de atrás, un corredor o un grupo podría llegar. El descenso hasta Bilbao es muy pedaleable por carreteras anchas».

Hasta lo ha soñado. Ganar y vestirse de amarillo en casa sería «un escenario que ni en mis mejores sueños podría imaginar».