Un maillot amarillo y una victoria sin un plan definido
Ben Healy logra el liderato como premio a su generosidad y Simon Yates culmina la fuga con un poderoso ataque a 2 kilómetros
Hay objetivos que necesitan de un plan minucioso y pormenorizado y otros que surgen conforme se van desarrollando los acontecimientos. Ayer ni el maillot amarillo ... de Ben Healy ni la victoria de etapa de Simon Yates estaban en el guion del Education First y del Visma, pero la enorme generosidad del irlandés y la ambición del británico depararon un desenlace tan inesperado como merecido.
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Todo fue fruto de una fuga que comenzó a gestar Campenaerts (Visma) casi de salida, que alentó Alaphilippe (Tudor) y a la que Healy (EF) dio vuelo con un derroche gigantesco que tuvo como premio el amarillo que hereda de un Pogacar que mantuvo la mirada a los Visma y puso incluso en aprietos a Vingegaard a poco más de un kilómetro de la meta. Perder el maillot de líder era lo de menos.
Lenny Martinez y su abuelo
«Todos los franceses tienen ganas de hacer algo hoy», dijo Julen Alaphilippe antes de ponerse en marcha el 14 de julio, fiesta nacional francesa. Campenaerts atacó casi de salida y se llevó a Mohoric, pero fue el propio Alaphilippe quien en el kilómetro 3 gestó la que iba a ser la escapada de la jornada. El ciclista del Tudor inició en solitario la primera ascensión del día que coronaron en cabeza una veintena de corredores liderados por otro francés, Lenny Martinez (Bahrein) que tenía un doble objetivo en su cabeza: lograr el maillot de puntos rojos que su abuelo Mariano Martínez lució en París hace 47 años; y otro más ambicioso, emular al ciclista burgalés que dos años después ganó un 14 de julio en Morzine. Consiguió el primero.
«Me centraré en el maillot de lunares e intentaré conservarlo hasta el final, pero con Pogacar es complicado»
Lenny Martinez
Líder de la Montaña
A la escapada de veinte corredores se fueron sumando posteriormente ciclistas como Simon Yates o Pablo Castrillo hasta conformar un grupo de 28 unidades de mucho nivel en el que había siete ganadores de etapa en el Tour, entre ellos Ben Healy, vencedor el jueves en Normandia.
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En la Côte de Charade el grupo de fugados comenzó a perder unidades para quedarse en 18 y superada la Côte de Berzet la posibilidad de que Healy –a 3'55'' en la general– pudiera vestir de amarillo comenzó a tomar cuerpo. Fue entonces cuando el irlandés asumió la responsabilidad de la fuga y junto a su compañero Alex Baudin tiraron del grupo para evitar que la diferencia bajara, logrando alcanzar casi los seis minutos de renta a 40 kilómetros de meta.
Superado el Col de la Croix Morand, y con Baudin cediendo, Healy lanzó un ataque y se llevó a O'Connor y Woods. Pero como no hubo colaboración llegaron Yates, Simmons (Lidl), Arensman (Ineos), Blackmore (Israel) y Storer (Tudor).
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«Es un verdadero cuento de hadas, un sueño hecho realidad. De ahora en adelante me centraré en la clasificación general»
Ben Healy
Líder de la General
Por detrás Visma aceleró con Kuss y Jorgenson. El norteamericano atacó pero Pogacar respondió en primera persona. Por delante Healy tiraba sin recibir relevo, consciente de que el premio final, aunque no fuera la victoria, merecía la pena. Yates lanzó un primer ataque al pie del puerto final y un segundo a poco más de dos kilómetros. Arensman, a cinco segundos, no le perdió de vista, pero no pudo reducir el hueco y el de Mánchester levantó los brazos sin agobios. A medio minuto entró Healy que no perdió de vista el crono.
Por detrás aceleró primero Evenepoel y luego Pogacar, que se llevó a Vinegaard a rueda. Por unos segundos el danés pareció ceder, pero no lo hizo y ante la imposibilidad de soltarle el esloveno cedió en su esfuerzo, lo que permitió que varios corredores llegaran por detrás y que Healy vistiera de amarillo. El primer irlandés desde que Stephen Roche lo lograra en 1987.
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