Thomas y Simon Yates, máximos favoritos del Giro

Entre los hombres para la clasificación general solo hay uno que parte con un Tour en las piernas: Miguel Ángel López (Astana). A pesar de su nefasta contrarreloj final e incomprensible conformismo en la decimoctava etapa, demostró ser uno de los más fuertes en la montaña. Podrá aprovechar su buen estado de forma los primeros días para moverse y quizás ganar alguna etapa, pero teniendo en cuenta que viene de la ronda gala y que en las cronos llanas va más lento que el segundero, será una pieza interesante para su líder de equipo: Jakob Fuglsang.

El danés ha sido uno de los corredores más destacados en la reanudación de la temporada. Sumó su segundo monumento con la victoria en Lombardía –ganó la Lieja el año pasado– y fue quinto en la Strade Bianche, segundo en el Tour de Polonia y quinto en los pasados mundiales. Fuglsang es un habitual en los puestos punteros en las clásicas y vueltas de una semana. Sin embargo, esa fiabilidad se viene abajo en las carreras de tres semanas. A sus 35 años y con catorce grandes vueltas a sus espaldas, su mejor resultado es un séptimo puesto en el Tour de Francia de 2013, a doce minutos del ganador.

El gran cambio del recorrido del Giro respecto al del Tour es que hay tres contrarrelojes que suman 64.9 kilómetros. Esta circunstancia favorece a Geraint Thomas (Ineos), único especialista entre los favoritos. El británico se quedó fuera del Tour de Francia por su mal estado de forma. Quizás le vino demasiado pronto el gran objetivo de la temporada para su equipo, pero parece que llega puntual a la cita italiana. Fue segundo en la Tirreno-Adriático y cuarto en los campeonatos del mundo de contrarreloj. Su pasado como ganador del Tour de 2018 le coloca en lo más alto de la quiniela de favoritos.

También un habitual en llegar el primero a los altos es su compatriota Simon Yates (Mitchelton). Se presenta como el mejor escalador del Giro de Italia en una edición en la que se coronan el Stelvio (a 2.758 metros de altitud), Colle dell'Agnello (2.744), Col d'Izoard (2.360) y Colle Sestriere (2.035). Yates ya conoce lo que es vestir de rosa, lo hizo en 2018. Lo dio todo en cada jornada a pesar de ser el líder y pagó el esfuerzo en la decimonovena etapa, el día que Chris Froome atacó a 80 de meta. Vuelve al asalto del Giro con una Vuelta bajo los brazos y dos gregarios de lujo a su lado: Jack Haig y Lucas Hamilton.

Steven Kruijswijk (Jumbo-Visma) llega al Giro de rebote. Una caída en el Dauphiné evitó su participación en el Tour, pero al mismo tiempo le brinda la oportunidad de resarcirse de 2016, cuando un bloque de nieve congeló cuando era líder todas sus opciones de victoria. El neerlandés no será el corredor más espectacular, pero destaca por su regularidad. Con esa táctica ha sido siete veces top-10 en las grandes vueltas, incluido un tercer puesto en el Tour del año pasado.

Vincenzo Nibali (Trek) es la gran esperanza local. El Tiburón del Estrecho siempre está entre los mejores, pero le va a faltar algo más que pasión para sumar su tercer Giro. Sus últimos resultados –19º en la Tirreno, por ejemplo–, no son esperanzadores.

Fuera de este quinteto de favoritos, intentarán dar la sorpresa Wilko Kelderman (Sunweb) y Rafal Majka (Bora). Los jóvenes están dominando el ciclismo actual y el portugués de 22 años Joao Almeida (Deceuninck) puede ser el abanderado de esta nueva generación en el Giro de Italia.