Alex Aranburu ya piensa en el Mundial

No se trata, por tanto, de una lesión grave, así que su programa inmediato de carreras no debería de estar en riesgo. Ayer mismo regresó a casa en avión para comenzar con la recuperación. Tendrá que estar cuatro días en reposo antes de poder volver a los entrenamientos.

La caída se produjo en la bajada que conducía a la meta de Rincón de la Victoria. Aranburu arriesgaba para intentar volver al grupo que a la postre se jugaría la segunda plaza de la etapa tras Storer (DSM) cuando en una de las primeras curvas del descenso se le fue la bici. Logró alcanzar la meta, aunque las señales de la caída eran visibles. El examen médico posterior determinó que no tenía sentido continuar en carrera.

El arrasatearra Iván Velasco, uno de los responsables técnicos del Astana, reconoce que Aranburu «se ha ido de la Vuelta con pena, porque quedaban etapas bonitas para él. Pero también tiene en mente el Mundial y otras carreras, así que era consciente de que lo mejor en este momento es recuperarse. El parón le puede venir hasta bien, para luego retomar los entrenamientos con normalidad».

Velasco confirma que el ezkiotarra «estaba muy bien. La recuperación después del Tour fue buena. Tuvo una semana muy tranquila, con solo dos o tres entrenamientos, y luego pudo hacer una preparación para la Vuelta con todos los esfuerzos del Tour asimilados. Llegaba muy bien, como se vio en la contrarreloj y en la primera etapa en línea. Pero estas cosas vienen así y hay que saber aceptarlas».

Ahora enfocará lo que resta de temporada al Campeonato del Mundo, que tendrá lugar el domingo 26 de septiembre en Flandes y para el que el seleccionador, Pascual Momparler, le ha designado como líder. Aranburu está completando una temporada de máximo nivel. Lleva 65 días de competición, con una victoria, la que logró en la etapa de la Itzulia con meta en Sestao.

Empezó en febrero en el Tour de la Provence y, desde entonces, solo ha corrido las mejores carreras del calendario, al encadenar Het Nieuwsblad, Kuurne-Bruselas-Kuurne, Strade Bianche, Tirreno-Adriático, Milán-San Remo, GP Indurain, Itzulia, Amstel Gold Race, Flecha Valona, Lieja-Bastogne-Lieja, Dauphiné, Campeonato de España y Tour de Francia.

El salto de calidad que ha dado el ezkiotarra esta temporada, a los 25 años, ha sido notorio. De ahí que se haya convertido en un corredor cotizado y, a falta de la confirmación oficial, vaya a incorporarse a la disciplina del equipo Movistar, en un movimiento que se da por hecho desde hace tiempo pero no se ha anunciado aún formalmente.

La formación telefónica, que está ofreciendo un buen nivel en la Vuelta, necesita dar un giro a su trayectoria de los últimos años y un perfil como el de Aranburu puede venirle muy bien. De ahí el interés de los técnicos, con el beratarra Patxi Vila a la cabeza, para hacerse con sus servicios, lo mismo que con los de Gorka Izagirre, a la espera de lo que suceda con su hermano Ion. Movistar se desprende de Marc Soler, rumbo al UAE, y en principio seguirá contando un año más con Alejandro Valverde, retirado de la Vuelta también por caída.

Aranburu ya descansa en Ezkio antes de retomar los entrenamientos para un Mundial que se anuncia duro, con el recorrido típico lleno de cotas de las carreras de Flandes, donde los Van Aert (Jumbo), Van der Poel (Alpecin), Alaphilippe (Deceuninck), Roglic (Jumbo) y Pogacar (UAE) volverán a ser los grandes favoritos.

Alex Aranburu no fue el único en retirarse ayer. Jasper Philipsen (Alpecin), ganador de las etapas de Burgos y Albacete, se levantó con fiebre y tampoco tomó la salida.

Sí lo hizo Simon Carr (EF) –ganador en Ordizia en 2020–, pero las caídas que ha sufrido los últimos días le pasaron factura y optó por bajarse de la bici. Quedan en carrera 168 de los 184 corredores que salieron de Burgos.