Julen Aginagalde | Exjugador del CD Bidasoa
«En la grada siempre lo he pasado fatal, ahora tendré que adaptarme»El pivote bidasotarra ha decidido poner fin a una trayectoria impecable colgando el número 13 que le ha acompañado durante toda su carrera
Iris Moreno
irun.
Lunes, 12 de junio 2023, 02:00
Ha sido y será uno de los mejores jugadores de la historia del balonmano, aunque no le gusten ese tipo de etiquetas «porque es un ... deporte de equipo». Tras veinticuatro años de éxitos, Julen Aginagalde, pone punto y final a su carrera deportiva. Se despidió en Artaleku, donde empezó a jugar siendo un niño en los descansos de los partidos de su hermano. Allí comenzó a soñar con sus primeros pasos como profesional y también se retiró viendo como el número 13 de su camiseta quedará colgado para siempre en la pared del pabellón que le ha visto crecer.
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– ¿Ha tenido tiempo de asimilar que ya no es jugador de balonmano?
– Creo que todavía no. Era una decisión muy meditada, pero en mi cabeza aún pueden parecer unas vacaciones de fin de temporada. Bueno, vacaciones tampoco porque el mismo lunes ya estaba en la oficina. Cuando empiece la pretemporada será diferente. Con el nuevo equipo aquí entrenando, al verles competir igual será más complicado.
– ¿Le va a costar quedarse quieto en la oficina?
– Por ahora me estoy adaptando bien. Si estás muy mentalizado de que viene un cambio, luego solo es adaptarlo. Voy a echar de menos la competición, pero son muchos años, con viajes, y en ese aspecto el cuerpo me pedía un poquito de calma. Una vez acaba algo hay que saber dar el siguiente paso adelante.
– ¿Han sido días de repasar todo lo conseguido?
– Creo que con el tiempo me daré cuenta realmente de todo lo que han supuesto todos estos años, aún no. Muchos de los partidos importantes, en los que he ganado medallas o títulos, no los he visto nunca. Me los guardo en vídeo para algún día poder hacerlo.
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«Voy a echar de menos la competición, pero son muchos años, con viajes, y en ese aspecto el cuerpo me pedía ya un poquito de calma»
– Ahora tendrá más tiempo para verlos.
– Por ahora no lo haré. Llegará un momento en el que el cuerpo me lo pida, pero por ahora no. Los dejo guardados. Estarán ahí para poder verlos algún día.
– ¿Qué sintió al ver cómo retiraban su camiseta?
– Valoro y agradezco mucho la despedida, fue increíble. Impresiona verla ahí. Menos mal que desde la oficina no se ve directamente, da un poquito de vértigo por todos los grandes jugadores que han pasado. Yo he visto ganar aquí en Artaleku una Copa de Europa.
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– ¿Se ha planteado qué pensaría ahora ese niño que empezó a jugar en esta pista?
– No se imaginaría nada de esto, imposible. Ya los primeros pasos eran increíbles. Llegar al primer equipo, debutar, luego jugar, tener minutos... Ha sido bueno ir paso a paso, siempre he tenido sueños pero nunca he llegado a creerme del todo a dónde podía llegar. El ir paso a paso me ha hecho llegar hasta donde he llegado.
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– ¿Cuáles son sus primeros recuerdos en el balonmano?
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– Viendo a mi hermano jugar. Bajaba en el descanso o al acabar el partido. En la ikastola también, en los recreos en el frontón. Con unos balones bastante duros, tengo el recuerdo de esa textura, eran duros, ásperos... Ahí yo creo que me empecé a enganchar.
«Está prácticamente cerrada. Siempre hay que estar mirando el mercado, pero teníamos claro qué íbamos a reforzar»
– ¿Es fácil conectar con la ilusión de esos primeros momentos?
– Si, la ilusión hay que mantenerla siempre, y así ha sido hasta ahora. Sino es complicado jugar tantos años. Cada vez que llegaba la pretemporada había que reilusionarse con el equipo que había para seguir con los objetivos.
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– Y de ahí a ser nombrado mejor pivote del mundo...
– No me gustan ese tipo de etiquetas, estoy cansado de que haya que destacar siempre a uno. ¿Por qué hay que elegir? Hay grandísimos pivotes, y solo con estar entre ellos me doy por satisfecho. Estoy un poco cansado de esas etiquetas que se ponen hoy en día, de hecho, no las suelo contar en mi palmares, esto es un deporte de equipo.
«Siempre he tenido sueños pero nunca he llegado a creerme del todo a dónde podía llegar. Ha sido bueno ir paso a paso»
– Los títulos marcan la carrera pero, ¿hay otros momentos que quizá en lo personal le han marcado más?
– La última temporada aquí antes de irme, por ejemplo, éramos un equipo joven pero con responsabilidad. En Ciudad Real hicimos una temporada perfecta. Pero cuando me preguntan por los partidos más importantes siempre me quedo con la final de la Champions, la medalla olímpica y el primer título con León. Porque fue el primero y siempre es especial.
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– ¿Han sido su gol y su medalla más especial?
– Sí, como gol sí. Hay victorias o partidos muy importantes, pero como gol, el que nos dio la Champions siempre quedará marcado. La no clasificación para Río fue dura. Pero pensándolo ahora, si no hubiéramos perdido aquello, creo que no hubiéramos conseguido lo que vino después, Tokio. Es un tópico que de los errores se aprende pero yo te puedo decir que es así. Sin ese error, no hubiéramos sacado ese hambre, ni ese objetivo tan claro.
– Fue una motivación.
– La derrota para clasificarnos hay que meterla también entre los partidos más importantes, no solo cuentan las victorias. He perdido muchísimos más partidos de los que he ganado, la gente no se da cuenta. Para ganar hay que haber aprendido de las derrotas. Es un aprendizaje total, el de perder muchos partidos para luego poder ganar títulos.
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– ¿Cómo de complicado fue dar el paso de salir de Irun?
– En casa se está muy bien, muy cómodo, pero llegó el momento. Para mi el ir al Ademar, que venía de ganar la Recopa de Europa era lo máximo. Pensaba que era el techo al que podía llegar y lo quería intentar. Luego se ha ido todo dando paso a paso. El cambio de ir a Polonia fue un shock. Otro país, con una situación personal especial que tenía en ese momento, no fue fácil pero no me arrepentí en ningún momento. Fui muy feliz allí.
«Tenemos muy claro que lo primero que tenemos que hacer es mirar en casa, habrá momentos de riesgo, de apostar»
– Pero decidió antes de terminar volver a casa. ¿Tuvo miedo por la pandemia de no volver a disfrutar con la afición?
– Si, la verdad que sí. El primer año fue muy complicado. Siempre había soñado con volver a jugar en un Artaleku lleno. Llegar y ver esto vacío, sin saber hasta cuando, fueron momentos de incertidumbre. Fue muy duro. Nadie sabía cómo iba a quedar el mundo después de eso.
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– ¿Quién ha sido la persona que más ha marcado su carrera?
– Es complicado nombrar solo a uno, he tenido la suerte de tener a los mejores entrenadores. Pero el que quizá más, por el tiempo que he pasado con él, y con el que más me puedo identificar es Talant Dujshebaev.
– ¿La presión desde la grada será diferente?
– Sí, y los nervios me imagino que también. He disfrutado muchísimo jugando, y he controlado los nervios, pero en la grada siempre lo he pasado fatal, ahora tendré que adaptarme.
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– Ahora que tendrá más tiempo, ¿tiene algún viaje pendiente que vaya a hacer?
– Quiero irme de vacaciones en una época que no sea temporada alta. Sí que me apetece, quiero unas vacaciones sin mucho calor y sin masificaciones que es lo que me ha tocado hasta ahora. No tengo nada exótico planeado. Quiero estar más tiempo con la familia los fines de semana. Es lo que más me apetece ahora.
«La idea es que todos los jugadores puedan defender y atacar. Hacer una plantilla más eficiente en ese aspecto»
– ¿Tienen interés sus hijos por el balonmano?
– El mayor es muy futbolero. El mediano hasta ahora no le hacía mucho caso al balón pero últimamente se ha interesado, una pena que lo haga justo ahora que acabo yo. Y la niña aún es pequeña.
– ¿Le ha pedido algún consejo a su homólogo, Roberto Olabe?
– Me encantaría. Tengo en mente poder juntarme con él en Zubieta. Le comenté a Gurutz que podía ser interesante. A un nivel muy diferente, pero siempre estoy dispuesto a aprender.
– Como txuri-urdin, ahora tendrá tiempo de disfrutar de la Real jugando la Champions.
– Soy socio y tengo muchas ganas de ver partidos europeos en casa. Hasta ahora siempre coincidía con nuestros viajes y ahora podré hacerlo.
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– Las fiestas de San Marcial siempre han sido especiales para usted.
– Siempre, como cada año tengo muchas ganas. En cuanto acabe el campus el día de San Pedro, es el arranque oficial para mí.
– ¿Le queda algún sueño por cumplir?
– Deportivamente hacerlo lo mejor posible en el nuevo rol. Ojalá lo pueda hacer bien, iré con toda la humildad que se pueda, y sabiendo que más allá de mi figura, lo importante es el club.
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