La precisión de Hoover rompe la igualdad y da la primera victoria al Juaristi Iraurgi

El equipo de Trifon Poch ratificó las malas sensaciones que dejó en el amistoso que disputó en septiembre en Artaleku y el Juaristi Iraurgi, con un buen partido pero sin brillanteces ni exhibiciones, tuvo relativamente controlado el encuentro en el duelo entre los dos farolillos rojos de la competición. Tal es el panorama, que Mikel Odriozola pidió a gritos con 94-85 y unos ocho segundos por jugarse atacar y tratar de meter canasta para ampliar el averaje para el partido de vuelta, pero Hoover, quien tenía en sus manos el balón, tan solo estaba pensando en el presente y en disfrutar del partidazo que acababa de completar. No sabía de lo que le estaban hablando.

El escolta estadounidense fue el mejor de la tarde con los 27 puntos que anotó en 29 minutos. Sin abusar del tiro –50% de acierto, 8 de 16– lideró al Juaristi y estuvo entonado desde el principio, vital porque es en el primer cuarto donde se decidió gran parte del devenir del enfrentamiento. Inauguró el marcador con un triple y metió seis puntos más para castigar la defensa asturiana y ayudar a que los urolatarras ganaran por primera vez este curso el período inicial (25-15).

Los parciales del resto de cuartos dejan claro el guion que tuvo el partido los siguientes treinta minutos: 23-23, 20-20 y 26-27. Hoover continuó anotando de manera regular y a pesar de un tramo del segundo cuarto en el que el Juaristi cometió hasta tres pérdidas consideradas 'tontas' de manera consecutiva –Maconda quedó marcado como un jugador de condiciones atléticas muy buenas pero de lectura de juego mejorable– y Oviedo se pusiera a cinco, esa fue la diferencia más pequeña que hubo hasta el último minuto. Ninguno de los dos se impuso claramente sobre la pista. Ni el Juaristi terminaba de romper el partido aprovechando el bajo acierto exterior del rival, ni el Oviedo era capaz de endosar un parcial a los azpeiti-azkoitiarras, que, esta vez sí, fueron bastante regulares durante los cuarenta minutos.

La renta guipuzcoana osciló entre los nueve y catorce puntos en el tercer cuarto y gran parte del último, hasta que desaprovechó el lujo de terminar con tranquilidad cuando ganaba 86-72 a falta de tres minutos y se metió en líos que, sin sentir el riesgo real de dejar escapar el triunfo, sí que puso nervioso a más de uno. Dos pérdidas y tres triples consecutivos del Oviedo les hicieron soñar, pero con 89-85, 51 segundos por jugarse y dinámica favorable, los de Poch optaron por entrar en el juego de los tiros libres de manera poco comprensible, permitiendo al Juaristi –no metió una canasta en juego los últimos tres minutos– sumar de forma sencilla desde la línea de 4,60 metros y certificar la primera victoria del curso para afrontar el futuro con mayor tranquilidad.