Motos desata la tormenta perfecta
El donostiarra insufla energía y confianza a sus compañeros, que en una gran segunda parte bailan al son de Hanzlik, Varela y Korsantia
Siete puntos de diferencia. En la valoración, 34 más el Gipuzkoa Basket que su oponente. Quiere eso decir que jugó rematadamente mejor, a pesar de ... que el partido se decidiera al final y que hubo que sufrir. Como sufrió el protagonista del choque. A Mikel Motos se le subió la bola, recibió dos golpes en la cara de Mwema y Richardson pero se mantuvo en pie. Desató la tormenta perfecta porque sus estadísticas no engañan: nueve puntos, seis rebotes, cuatro asistencias y dos robos de balón. Y lo más importante, metió una marcha más en defensa que contagió a sus compañeros. Primero, para remontar y después para certificar un triunfo sabrosísimo, ante uno de los mejores equipos hasta el momento de la liga con jugadores diferenciales, que le deben ayudar a escapar definitivamente de abajo.
No es fácil hacer lo que firmó el jugador de Aiete. Porque tuvo que defender a Walker, el jugador exterior más entonado de los alicantinos, pero sumó en todas las facetas. Punteando tiros, tocando rebotes, robando bolas. 'Así es mucho más fácil', pensaron sus compañeros. Y se pusieron a bailar.
Inveready Gipuzkoa Basket
Zubizarreta (0), Maiza (2), McGhie (9), Korsantia (10) y Nicolau (9) -quinteto inicial- Varela (12), Hanzlik (8), Motos (9), Ansorregi (7) y Ngom (10)T3:9/38 T2:18/29 TL:14/16 REB:37ASIS:18 ROB:7 PERD:9 VAL:96
77
-
70
Alicante
Torres (10), Walker (21),Richardson (9), Tamba (3) y Larsen (16) -quinteto inicial- Llorente (0),Aris (5), Jordá (0), Mendikote (4), Mwema (0) y Coulibaly (2) T3:3/15 T2:19/41 TL:23/30 REB:31ASIS:8 ROB:5 PERD:9 VAL:62
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Parciales 21-14, 35-39 (descanso) 55-56 y 77-70 (final)
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Árbitros Zamora, Ibáñez y Aranzana. Sin eliminados.
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Incidencias
Y eso que la música no pegaba con el repertorio que tenía ensayado el Gipuzkoa Basket. A falta de 1:15 para acabar el tercer cuarto, el Alicante ganaba por siete, 49-56, llevando el partido muy serio, explotando a sus mejores jugadores y atacando hacia el aro con facilidad.
El único pero al equipo de Perelló fue que amenazó poco desde fuera –solo lanzó quince triples por 38 el GBC– y en cuanto los de Sergio García vieron aro, comenzó al fiesta. Canasta más adicional de Ngom y triple de Hanzlik, dejaron un esperanzador 55-56 antes del cuarto de la verdad. Y el checo quería más y por eso el primer balón que le llegó, lo metió también desde 6,75, 58-56. El GBC ya estaba por delante y tenía a Mikel Motos. Poca broma con eso.
Varela se olvidó del jet-lag que provoca venir desde Chile dos días antes y arrancó una sinfonía deliciosa, primero con triples y después con pases. Ansorregi, el soldado universal de Azkoitia, se unió a la fiesta y eso derivó en poner patas arriba el choque, 69-62 (min. 35).
La puntilla
Lo mejor que se puede decir de un equipo es que todo suman. Y así fue. 'Zubi' jugó con mucho dolor, Maiza repartió pases, McGhie clavó sus triples, Ngom quitó las telarañas del techo y Nicolau siempre está. Todos sumaron y Sergio movió las fichas con maestría. Todos le dieron algo y en el momento de acierto, que llegó, se tiraron a tumba abierta a por la victoria.
Apretó, por supuesto, el Alicante que se puso a rebufo, 71-68, pero no le dio para poner el DRS y rebasar a los guipuzcoanos. La grada apretó, sabiendo que el partido se jugaba ahí. Y se juntaron un chileno y un georgiano para, con una canasta de Korsantia, y cuatro tiros libres dejar el partido visto para sentencia antes de que Mikel Motos realizara su última obra de arte.
Sacar un falta en ataque y retirarse al banquillo ovacionado por público y compañeros. No es para menos. Cualquiera no desata una tormenta perfecta para que se surfee la victoria.
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