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La victoria lograda por el IDK Euskotren ante el Casademont Zaragoza es importante por muchos motivos. Las de Azu Muguruza suman la quinta victoria liguera que supone salir del atasco clasificatorio en el que varios equipos están estancados. Es sin duda valiosa en lo anímico, ... ya que ganar a uno de los todopoderosos de la liga supone una inyección de moral que sin duda la escuadra donostiarra necesita para coger impulso en una temporada demasiado irregular. Era el primer partido de la segunda vuelta, por lo que debe ser una declaración de intenciones para lo que resta. El IDK tiene una segunda oportunidad para enderezar el rumbo.
Además, si algo hizo bien el equipo fue saber aprovechar los momentos buenos y mantener la calma cuando no lo fueron tanto. Más aún cuando el partido está enmarcado antes de la eliminatoria europea frente al Sassari este miércoles (20.00 horas) en el Gasca en el que necesitan remontar 10 puntos para pasar a la siguiente fase.
Las de Ibaeta recuperan con este triunfo las buenas sensaciones ante el Zaragoza, que llevaba siete jornadas sin perder antes de jugar en Donostia. El conjunto guipuzcoano hizo los deberes durante todo el duelo pero le tocó sufrir hasta el final. Unos últimos segundos de infarto pudieron amargar el día a las locales. La tuvo el Zaragoza para forzar la prórroga y ponerse por delante, pero las de Muguruza mantuvieron la calma y no fallaron para terminar de rubricar una merecida victoria.
Idk Euskotren
Cornelius (14), Classens (6), Buch (11), Pendande (16), Massey (5) -quinteto inicial- Prieto (5), Becker (5), González (6), Halvarsoon (8). T3:5/17 T2:19/38 T1:23/24 REB:28ASIS:15 PERD:15 ROB:8 TAP:0 FAL:21.
76
-
72
Casademont Zaragoza
Ortiz (5), Mané (3), Atkinson (23), Mawuli (9), Gatling (9) - quintento nicial- Flores (0), Pueyo (7), Nystrom (0), Brcaninovic (9).T3:4/21 T2:25/46 T1:10/15 REB:28ASIS:8 PERD:13 ROB:8 TAP:1 FAL:19.
Parciales: 25-27, 42-40 (descanso)54-52 y 76-72 (final).
Árbitros: Juan Ramón Hurtado Almansa, María Ángeles García Crespo y Manuel Andrés Seijo Vázquez. Sin eliminadas.
Arrancó el partido en el Gasca con un triple de Laura Cornelius que abrió el marcador, pero no tardó Gatling en igualar el encuentro con una canasta con tiro adicional. La estadounidense hizo valer su poderío físico para frenar al IDK y ceder el protagonismo a su compañera Atkinson. Consiguió poner a las suyas por delante, y a partir de ese momento dio un recital del que disfrutaron los más de cien aficionados maños que con sus camisetas rojas se apoderaron de parte del graderío. Las de Ibaeta no le perdían el pulso al encuentro, con Pendande especialmente inspirada en ataque para terminar los primeros 10 minutos con un igualado 25-27 en el marcador.
González consiguió empatar el partido nada más empezar el segundo cuarto y le pasó el testigo a Cornelius. Sus 11 puntos en el segundo periodo dieron oxígeno al IDK que llegó a ponerse 9 arriba en el marcador tras un triple de la neerlandesa (40-31). La reacción del Zaragoza no se hizo esperar y a punto de llegar el descanso Gatling consiguió empatar el choque, pero partiendo de una sólida defensa el IDK consiguió que Niyah Becker tuviera en sus manos la posibilidad de recuperar la ventaja. La canadiense no lo logró, 42-40.
Tras el paso por vestuarios el encuentro se igualó con hasta cinco empates en el tercer cuarto. Brcaninovic logró la ventaja para las mañas (50-52), pero Becker y Claessens se encargaron de que las donostiarras llegasen a los diez últimos minutos por delante, 54-52.
Quedaba lo más complicado, sostener el resultado hasta el final. Dos canastas consecutivas de Halvarsson a falta de cinco minutos para el final pusieron el 66-58. Un parcial en contra de 0-9 terminó con Atkinson igualando primero y aventajando a las suyas después. No se pusieron nerviosas y a falta de dos minutos el IDK ganaba de cuatro, 71-67.
Los últimos minutos fueron de infarto. Tuvo tres tiros libres Mawuli para empatar el choque (74-71), falló los dos primeros y anotó el tercero con las gradas del Gasca apretando sin cesar. Tras una falta personal a Rosó Buch, esta fue a la línea de tiros libres y fue implacable, 76-72. Parecía que el tiempo no se terminaba nunca en el Gasca. En una última jugada el Casademont se la jugó con un triple que no entró, y que de poco hubiera servido, pero el Gasca lo celebró por lo que suponía. Una victoria y un buen sabor de boca que dejó en una plantilla que necesitaba volver a sonreír.
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