Intza Lizarazu
La jugadora azkoitiarra pone punto y final a su carrera deportiva, una trayectoria ligada al Iraurgi
El final de la temporada del Domusa Teknik ISB ha estado marcado por la emoción y los sentimientos encontrados que supone despedir a su capitana. ... Intza Lizarazu (Azkoitia, 1991) pone punto y final a su carrera deportiva, una trayectoria ligada al Iraurgi. El club le sorprendió con un reconocimiento a una jugadora que lo ha dado todo por un club con el que ha crecido de la mano.
– ¿Ha podido asimilar todo lo ocurrido en la despedida?
– La verdad que no me lo esperaba para nada que fuera ese día, me montaron una fiesta que no me esperaba y la verdad que fue muy emocionante y pues súper agradecida. Han pasado dos semanas y he tenido tiempo para asimilar todo. Estoy tranquila, en paz y viviendo la vida un poquito.
– Una nueva vida. ¿Qué va a hacer ahora que antes no podía?
– Lo primero, descansar un poquito. Salir un poco de la rutina de baloncesto y aprovechar para estar un poquito con los míos, para viajar. Pero no me voy a olvidar del baloncesto, soy bastante friki en ese sentido.
– Despedirse del club de su vida no ha tenido que ser nada fácil.
– No, además creo que hasta que no llega el momento no eres del todo consciente del recorrido, de todo lo vivido... Luego empiezas a pensar y valoras todavía un poco más de hasta dónde has llegado y de lo que has conseguido.
– ¿Se puede decir que ha ido dando pasos a la vez que el club, de la mano ?
– Sí, yo digo siempre que ha sido un proceso natural. Empecé de txiki y he pasado por todas las categorías. He vivido ascensos, algún que otro descenso pasando por todas las categorías que existen.
«Es súper importante que los niños tengan referentes, que las txikis vean en nosotras un espejo en el que mirarse»
– Que haya tantos niños y niñas en la comarca que quieran seguir jugando a basket, ¿es uno de los éxitos del club?
– Se está trabajando muy bien, seriamente, sobre todo con la cantera. Los más pequeños son el futuro, y la verdad que no es porque sea mi club, pero ponemos mucho énfasis en esas etapas.
– Las niñas tienen jugadoras referentes. ¿Usted las tuvo?
– No, nosotras no las teníamos porque el basket femenino hace diez años no tenía tanto éxito ni tanto boom. Ahora ya poco a poco se están consiguiendo cosas, se está visibilizando mucho más, nos están dando más espacio. Es súper importante que haya referentes, que los txikis vean en nosotras un espejo en el que mirarse.
– ¿Por qué este año era el indicado para colgar las botas?
– Llevaba tiempo pensándolo, reflexionando, visualizando ese momento de verbalizar que lo iba a dejar. El año pasado hicimos una súper buena temporada, y personalmente hice una buena fase de ascenso. Por eso este año dejo el equipo y al club donde se merecen y creo que físicamente y mentalmente fuerte. Estoy bien, creo que era el momento indicado.
– Es profesora, ¿cómo ha llevado el compaginar todo?
– Para meterte en este berenjenal del baloncesto te tiene que gustar un montón. Es verdad que es muy sacrificado, dejas muchas cosas de lado pero lo que te da el deporte colectivo yo creo que es la leche. El ambiente, entrenar, ese vestuario de amigas.
– Ha habido partidos en los que decían que se te escuchaba más que incluso al entrenador.
– (Risas) Sí, yo creo que esa es mi esencia. Expreso un montón mis sentimientos al jugar y es verdad que es una cosa que no puedo ni controlar, me sale así.
– ¿Lo hará ahora desde la grada?
– ¡Claro! Aunque creo que voy a sufrir más por dentro, me tocará estar callada y vivirlo claramente de otra manera.
– Siempre ha dicho que nunca se ha considerado una jugadora de calidad pero sí con pasión, garra y carácter.
– Sí, lo digo con total sinceridad porque pienso que es así. Algunas tienen la suerte de tener mucho talento, en mi caso ha sido un poquito al revés. He tenido que trabajar a diario, y gracias al carácter y la pasión que le he puesto he podido llegar a donde he llegado.
– ¿Qué va a echar más de menos?
– Hasta los viajes en autobús (Risas). Aprovechaba para desconectar, para dormir, para leer, para estar un poco conmigo misma y la verdad que eran viajes largos pero que aprovechamos para estar con las compañeras y también conmigo misma. Necesitaba desconectar y probar cosas diferentes. Aunque reconozco que ya he echo de menos todo. El grupo, las compañeras, el ir a entrenar... Pero la verdad es que estoy bien.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.