De 'El proceso de Burgos' a 'Patria': un festival pegado a la realidad vasca
La programación del certamen donostiarra ha recogido a lo largo de su historia buena parte de la producción fílmica sobre el 'conflicto vasco'
La inclusión del documental 'Gregorio Ordóñez, el asesinato que despertó la rebelión contra ETA', realizado por El Diario Vasco, se enmarca dentro de la larga ... tradición del Festival de Cine de servir de escaparate a buena parte de la producción cinematográfica que, de una forma u otra, se ha acercado al 'conflicto vasco'. Desde aquel lejano 1981 en el que 'La fuga de Segovia' de Imanol Uribe se llevó el Premio de la Crítica del Festival Internacional de Cine de San Sebastián y el aún más lejano 1979 en el que fue galardonado el reparto de 'El proceso de Burgos', muchas han sido las películas que han abordado desde el documental o desde la ficción las consecuencias del llamado conflicto vasco. De hecho, ha sido voluntad expresa del certamen permanecer pegada a la realidad más próxima, por desagradable y dolorosa que fuera y por controvertidos que fueran estos acercamientos.
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Ausencias y presencias
Si el año pasado la ausencia en la programación de la luego taquillera y multipremiada en los Goya 'La infiltrada' ya generó un cierto runrún, este año las variaciones sobre el mismo tema que Agustín Díaz Yanes ha firmado bajo el título de 'Un fantasma en la batalla' sí estará en la Sección Oficial, aunque fuera de concurso. En 2023 la tormenta se desató cuando el Zinemaldia programó la proyección de 'No me llame Ternera', la entrevista que Jordi Évole grabó con el exdirigente de ETA José Antonio Urrutikoetxea. El mero anuncio se leyó por parte de algunos sectores en clave de 'blanqueamiento' de ETA y exigieron su retirada del certamen, mientras que otros colectivos, como Covite, se abstuvieron de opinar hasta ver el documental y cuando lo hicieron, apoyaron su inclusión en la programación. Su posterior paso por Netflix acalló las críticas y puso fin a la polémica.
No fue la primera película cuya retirada del Festival se pidió incluso cuando aún nadie la había visto. El caso más sonado fue el de 'La pelota vasca-La piel contra la piedra', de Julio Medem, en el que el cineasta donostiarra recogió testimonios de políticos, víctimas de ETA y de los GAL o personalidades de la Cultura, en un intento de ofrecer un retrato poliédrico del país. Hubo tres participantes que pidieron la retirada de la película de sus intervenciones –algo que Medem hizo en la edición en DVD–. El acercamiento un tanto naif del cineasta y, sobre todo, el hecho de que en 2003 ETA aún estuviera en activo provocaron una de las mayores polémicas que han sacudido el Zinemaldia que, no obstante, con Mikel Olaciregui al frente, se mantuvo firme en su decisión.
Imanol Uribe rodó en 1982 'La muerte de Mikel', con un Imanol Arias en la piel del farmacéutico de un pequeño pueblo, militante de la izquierda abertzale y homosexual 'en el armario'. La película levantó ampollas. Once años más tarde, volvió con 'Días contados', en la que el terrorismo era el marco, pero no el tema. 'Yoyes', de Helena Taberna, también se pudo ver en 2000 en la sección entonces denominada Made in Spanish.
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Lasa, Zabala y los GAL
Pablo Malo presentó en la Sección Oficial fuera de concurso 'Lasa y Zabala' (2014), versión libre y con licencias del secuestro y asesinato de dos presuntos miembros de ETA por parte del GAL, así como del juicio y condena de sus responsables. En 2021 pasó por la Sección Oficial 'Maixabel', de Icíar Bollaín.
Otro título imprescindible en esta relación de producciones es la serie 'Patria', adaptación para HBO firmada por Aitor Gabilondo de la novela de Fernando Aramburu. A lo largo de seis episodios, se describen los mecanismos de aislamiento, acoso y eliminación física de una víctima, en este caso, un empresario de un pueblo del País Vasco. Dos familias enfrentadas vertebran una trama que dejó lluviosas secuencias que ya forman parte del imaginario colectivo. 'La casa de mi padre' (2008), de Gorka Merchán, se adelantó en unos años a 'Patria' con una historia que guarda ciertos paralelismos con la serie de Gabilondo.
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Con el cese definitivo de la actividad de ETA, el cine se permitió otros acercamientos a su historia y ahí surge el nombre de Borja Cobeaga por partida doble: en 2014 con 'Negociador' y tres años después con 'Fe de etarras'. Si ésta es una descarnada visión desmitificadora de la ramplona vida de un comando en la clandestinidad, la primera retrata sin esquivar el absurdo las conversaciones entre ETA y el Gobierno en las que participó Jesús Eguiguren. Eterio Ortega, que ya había rodado la no suficientemente valorada 'Asesinato en febrero', abordó la desaparición de ETA en 'Al final del túnel', a partir de una idea original del productor Elías Querejeta.
Volviendo al principio y para cerrar el círculo, el Festival recuperará este año 'La infiltrada' en la sección Made in Spain.
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