«El control familiar hacia las mujeres sigue siendo una realidad en Rumanía»
sección oficial | 'Crai Nou' ·
Alina Grigore presenta su primer largometraje en la Sección Oficial del Zinemaldia, 'Crai Nou'La historia de 'Crai Nou' «está muy pegada a la realidad de mi país», aseguró ayer la directora Alina Grigore. Es su primer largometraje y « ... ha sido un auténtico sueño» estar compitiendo en la Sección Oficial.
Irina es una joven rumana que vive en una zona rural en el seno de una familia que desestructurada pero que controla cada movimiento de ella y de todos sus miembros con violencia. «Es el entorno en el que crecí. Fui de las pocas de mi localidad que pudo llegar a una educación superior. Cuando regresé, pensé que las cosas habían cambiado pero me di cuenta de que no», narró. «Para escribir el guión estuve hablando con jóvenes y en la cinta reflejo la realidad que viven las mujeres en Rumanía», contó Grigore. «Están presionadas por sus familias que intentan un control psicológico y mental sobre sus vidas. Muchas veces la única opción que les queda es casarse o salir al extranjero para poder tener su propia existencia».
«Se trata de un trabajo coral en el proceso de creación, estaba muy preocupada por mostrar el aspecto psicológico»
Alina Grigore
Es su primer trabajo como directora de un largometraje, «y de todas las facetas que he cultivado en el cine como actriz o guionista, la verdad es que dirigiendo me siento muy cómoda», confesó Grigore.
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La psicología de sus personajes es un aspecto que la directora rumana quiso cuidar desde el comienzo. «Uno de los métodos que utilizo es el de la investigación profunda de los personajes e invito a mis actores a trabajar ese lado psicológico, a entender todas las aristas de su papel. Por ello alenté al equipo a realizar una investigación en su propia memoria», explicó.
Dos años de ensayos
Ioana Chitu da vida a la joven Irina que se mueve entre la necesidad de salir del entorno asfixiante familiar y el temor a quedarse fuera. La relación amorosa que mantiene con un artista será el impulso para intentar conseguir su objetivo. «Comenzamos los ensayos del guión dos años antes del rodaje. Tuve mucho tiempo para prepararme con Irina. La convivencia de todos los actores en la zona boscosa de rodaje ayudó a entrar en el papel y a darnos la sensación de ser una familia», describía la actriz.
«Alina me llamó para trabajar en su primer largometraje y lo que iba a ser un papel pequeño fue creciendo en el guion»
Vlad Ivanov
Esa sensación de hacer creer que formaban una familia real se acrecentaba con el entorno. Mircea Postelnicu recalcó la labor de insistir en el conjunto. «Está muy bien reflejada la importancia que damos en Rumanía a las celebraciones familiares. Las secuencias conjuntas funcionan muy bien. Conseguimos coger el ritmo de las personas que formábamos el equipo».
El actor Vlad Ivanov es un gran conocedor del Zinemaldia al que regresa como actor en la ópera prima de Grigore. En 2014 formó parte del jurado oficial. «Me llamó Alina para contarme que estaba inmersa en su primera película y que si quería participar. Lo que iba a ser un papel pequeño fue cogiendo un volumen cada vez mayor», explicó.
Cada plano estaba estudiado al milímetro y cada movimiento, enfoque y desenfoque también. «Tenía la obsesión de que la parte emocional estuviera totalmente presente», manifestó la directora. «No se trata de mi trabajo individual sino de un proceso colaborativo en la creación de la cinta. Las secuencias corales acaban siendo un tango en el que cada miembro del rodaje tiene su importancia, se mueve con libertad pero con el control de que lo que quiero resaltar es la psicología de los personajes».
Ese control total de cada secuencia lo confirmaba el director de fotografía, Adrian Paduretu. «Las escenas alrededor de la mesa con toda la familia fueron complicadas, eran muchas personas y la cámara tenía que ser un personaje más». .
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