Eduard Fernández: «Nunca cuestiono un personaje, empatizo aunque tenga una ideología contraria a la mía»

En un más que emocionante discurso, el intérprete se declaró «incapaz de cuestionar cualquier personaje y empatizo con él, aunque sea alguien tan distinto a mí como Millán Astray», en referencia al militar que encarnó en la película 'Mientras dure la guerra'.

El actor catalán, que acompañando a sus palabras se colocó ayer un pañuelo palestino, considera que «somos un reflejo de nuestro siglo y por respeto a nuestro oficio debemos reivindicar la barbaridad que está ocurriendo» en Gaza. Califica de «salvajada» discutir por una palabra, si es genocidio o no, «cuando están dejando morir de hambre a los niños. Quien no se emociona ante esas imágenes que vemos en televisión es que tiene un profundo problema con su humanidad».

Fernández tocó ayer la fibra a muchos de los asistentes al acto cuando leyó los nombres de cinco niños menores de 2 años asesinados en la Franja... «y así, con el permiso de Estados Unidos, no sabemos hasta cuántos. Es la debacle de nuestro mundo. No vamos a parar porque ellos no van a parar de matar y debemos conservar nuestra dignidad».

Así, con un intenso aplauso por parte de los asistentes, concluyó Eduard Fernández su discurso de agradecimiento, pero antes de sus duras palabras no faltaron recuerdos para sus inicios. «Cuando me comunicaron que me habían dado el premio, la primera imagen que se me vino a la cabeza era yo con 17 años, pintado totalmente de blanco y con una calva, haciéndome fotos como un butoh japonés (una combinación de danza y performance)». Recordó que siendo un joven retraído, que estaba más a gusto con las chicas que con los chicos, sentía que le faltaba algo y buscó refugio en un lugar donde complementar esa carencia y lo encontró en el escenario «curiosamente el lugar más expuesto y que tiene otras leyes. Dices 'te quiero' y alguien te responde. En él te puedes tirar a la piscina».

Antes de las palabras del galardonado intervinieron algunas personas que le han dirigido. Con los donostiarras Moriarti interpretó uno de esos personajes por los que ahora ha sido reconocido, Enric Marco, el falso prisionero de un campo de concentración durante la II Guerra Mundial. Jon Garaño, en nombre del resto de los integrantes de la productora, indicó que «te mereces este premio y todos. Cualquier premio se queda pequeño ante tanto talento».

El ministro de Cultura, Ernest Urtasun, destacó que en ocasiones, en el cine, hay hechos y personas capaces de poner a la gente de acuerdo, de forma casi milagrosa, «Y es ahí donde entra Eduard Fernández, uno de los actores más grandes de este país». Urtasun no solo resaltó la valía interpretativa del premiado sino que también «nos has enseñado cómo enviar mensajes de humanidad. Siempre tiende la mano a una causa justa».