Viernes, 19 de septiembre 2025
La 37 edición del Festival de Cine de San Sebastián comenzó oficialmente con solidaridad y emoción. La ceremonia de inauguración fue una constante reivindicación ... del fin del genocidio en Palestina. El recuerdo a la desaparecida Marisa Paredes, presente prácticamente toda la gala en la gran pantalla con la imagen del cartel, también fue reiterado. Pero no faltó la alegría que mostró Esther García al recibir el Premio Donostia.
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Silvia Abril, Itziar Ituño y Toni Acosta ejercieron de maestras de ceremonia de una amena gala que duró algo más de una hora. Las dos primeras llegaron al interior del Kursaal por la entrada del público y tarde. Parece que las prisas las 'confundieron' y comentaron su satisfacción por presentar los Premios Goya. Achacaron su error a que «siempre estamos los mismos».
Hubo bromas sobre la turistificación de la Parte Vieja, el edadismo, el cambio climático, Woody Allen -«que engañó a Donosti para rodar aquí»-, las películas que se han proyectado en otras ediciones como 'Cónclave' - «pero tuvieron que matar al Papa para que se viera. ¡Eso es currarse la promoción!»-, y el euskera -con referencias directas a Isabel Ayuso-. También tuvieron en su punto de mira al director del certamen, José Luis Rebordinos, a quien recordaron que le queda un año en el puesto, y no de vida como entendió Acosta. Pero sobre todo, hubo referencias continuadas a «lo más importante» que era «mostrar nuestro apoyo al pueblo palestino y denunciar el genocidio que se está cometiendo en Gaza».
Películas más libres
La noche vivió momentos de intensidad y uno de ellos fue la entrega del Premio Donostia a Esther García, productora de El Deseo, y responsable de poner en marcha y llevar a buen fin más de setenta películas. Como no podía ser de otra manera fueron los hermanos Agustín y Pedro Almodóvar -visiblemente emocionado al tener la imagen de Paredes a su espalda-, con los que lleva trabajando cuarenta años, quienes le hicieron entrega del galardón. El director manchego señaló que «mis películas son tan libres porque mi hermano y Esther me han protegido las espaldas. Sin ellos mi carrera hubiera sido otra». Concluyó su alocución al grito de «¡viva Palestina libre!».
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Con el público del auditorio puesto en pie, la productora entró en el escenario. En su discurso de agradecimiento aseguró sentirse como «dentro de una fábula». Hizo referencia a sus orígenes humildes y a una educación «austera y divertida», que se convirtió «en el gran referente de mi vida».
Esther García habló de unos inicios con «un punto de partida nada fácil en un mundo de hombres y con una formación limitada». No se olvidó de mujeres con las que rompió barreras como Pilar Miró, Josefina Molina, Patricia Ferreira y Cristina Huete. También reconoció que uno de sus talentos ha sido «saber rodearme de los mejores y aprender de ellos». No faltaron las palabras de agradecimiento para los hermanos Almodóvar porque «gracias a ellos soy lo que soy».
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En su discurso incluyó referencias reivindicativas como «la discriminación salarial de las mujeres, la violencia de género y la aberración» que se está viviendo en Ucrania y Gaza. «Paren ya», exigió.
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Terminó con un mensaje optimista porque «confío en el poder de la cultura. Las películas son necesarias para un mundo más bonito y mejor». Una idea similar lanzó el director y productor Juan Antonio Bayona como presidente del Jurado Oficial: «El cine es necesario en tiempos de incertidumbre».
Antes de la entrega del Premio Donostia, la cantante Izaro interpretó su versión de 'Piensa en mí'.
Binoche, en el escenario
Como es habitual en esta ceremonia de inauguración se hizo un repaso a las distintas secciones, con más atención a la Oficial y a las Proyecciones Especiales que se han programado dentro de ella. Una de esas películas es 'In-I In Motion', dirigida por Juliette Binoche. La actriz francesa apareció en el escenario y mostró su agradecimiento por estar invitada en «el festival más íntimo y acogedor que existe».
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La francesa también recordó a Marisa Paredes, «una mujer que desde muy joven hablaba del sueño de ser actriz en una época donde la vida estaba marcada por el género. Ella cambió su destino y defendió los Derechos Humanos. Al igual que Marisa, yo también soñaba con ser actriz. Lo conseguí pero nunca pensé que podría dirigir una película». Por eso Binoche reivindicó la importancia de los sueños y de expresarlos con palabras porque «permiten aspirar a un lugar mejor». Así quiso unirse «a quienes sueñan con acabar la masacre» en Gaza. Pero su mensaje no terminó ahí porque también exigió la libertad «de los rehenes israelíes retenidos en condiciones indescriptibles».
Durante la gala, el director brasileño Walter Salles recogió el Gran Premio Fipresci que entregan más de 700 críticos de 75 países por su película 'Aún estoy aquí'. «Un premio que me toca el corazón», aseguró.
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