Cuando los rodajes se quitan la ropa
Los encargados de coreografiar las escenas de sexo no dejan nada al azar: desde lo que enseñan los actores a las personas que pueden estar presentes
El estallido del movimiento #MeToo a raíz de los escándalos de índole sexual desatados en Hollywood tuvo como consecuencia la inclusión en los rodajes de coordinadores de intimidad como figuras recurrentes. Su presencia era habitual en montajes teatrales pero los nuevos tiempos obligaron a contar con ellos también en las grabaciones de series y películas, con el fin de que las escenas más sensuales se realizasen en condiciones óptimas y no resultasen incómodas para sus intérpretes. El suyo es hoy en día uno de los empleos más demandados.
«Trabajo para establecer protocolos claros, como si se necesita un set cerrado o cuánta gente debe estar presente, así como para realizar una evaluación de riesgos», comenta Enric Ortuño, un alicantino afincado en Reino Unido que se dedica a esta labor en auge en las industrias inglesas y estadounidenses y que se empieza a exportar a países como Italia, Alemania o Viena. En España no se tiene -todavía- constancia de su existencia más allá de en alguna producción de Netflix rodada en nuestro país.
«Comenzó a introducirse cuando una de las actrices en 'The Deuce' -Emily Meade- pidió a HBO un especialista para grabar las escenas de sexo (la serie en cuestión retrata el nacimiento y crecimiento de la industria del porno) y la cadena contactó con Alicia Rodis, una de las fundadoras de Intimacy Directors and Coordinators (IDC) en Estados Unidos», señala Ortuño, que se refiere a IDC como «la organización pionera de este movimiento, que aglutina el mayor grupo de profesionales dedicados a formar a actores y actrices para que sepan cómo afrontar los momentos de intimidad y a asesorar a las nuevas generaciones tanto en el mundo audiovisual como en el teatral».
«Ayudo a decidir cómo son los besos o qué posiciones se usan»
«Siempre hay dudas, por parte del equipo de producción y de dirección, sobre cuál es mi función. Lo primero que les digo cuando me reúno con ellos es que no estoy allí ni para dirigir la escena ni para censurarla. Mi objetivo es conseguir que la idea que los creadores tengan en la mente se traslade a cámara de la forma mas profesional posible. De igual manera que no se improvisa con tramas de lucha para evitar daños, con las nuestras ha de pasar lo mismo», añade Ortuño. «En muchos guiones las indicaciones son bastante vagas -'se besan', 'hacen el amor'-. Yo ayudo a decidir cómo son esos besos, qué posiciones se usan, o quién alcanza el clímax».
Menos gente en el plató
Habitualmente para este tipo de secuencias el plató se vacía lo máximo posible. Todo sea por crear un ambiente más propicio. Y así apenas se quedan el director, el jefe de fotografía, el operador de cámara, el asistente de dirección, una persona para vestuario y maquillaje, un supervisor y el propio coordinador de intimidad. Previamente este se ha encargado de otras tareas, por ejemplo cómo negociar las cláusulas de desnudo en los contratos para aquellos que deban quitarse la ropa después. «Intentamos que el lenguaje sea claro y que se especifique, escena por escena, con qué grado de desnudez estará a gusto cada actor o actriz. Que en un instante concreto estén dispuestos a mostrar las nalgas no significa que las vayan a enseñar en todas las escenas», aclara.
Nada se determina de un modo arbitrario por el bien de la propia producción, por lo que técnicos como Ortuño también ayudan a conseguir y adaptar las prendas que cubren las partes del cuerpo que las estrellas no quieren que se vean, y negocian el uso de «barreras externas» (escondidas de la cámara, claro) para evitar al máximo posible el contacto directo entre genitales.
En el estudio de 'Sex Education', la serie adolescente que cuenta cómo se enfrentan los más jóvenes al sexo, hubo un experto en estos asuntos para que el elenco estuviese a gusto y conciliado. Y también en el de 'Gentleman Jack' (sobre la terrateniente lesbiana Anne Lister) para coreografiar las secuencias más ardientes entre las protagonistas.
'Watchmen' o 'Euphoria' han sido otros títulos que han buscado colaboración para resolver estos trámites. Las experiencias no siempre son exitosas. La que fuese protagonista 'The Affair' (Ruth Wilson) confesó recientemente que no se sintió a gusto con lo que le pidieron, lo que motivó su salida del reparto. Y eso que aquella producción también fichó a un especialista en este campo.
¿Y cómo acaba un español como Ortuño metido en estas lides en Inglaterra? «Llevo nueve años trabajando en el Reino Unido como profesor de lucha escénica (en escuelas como RADA y la Central School of Speech and Drama, entre otras) y me he dedicado a las coreografías de lucha para espectáculos teatrales. No es casualidad que una gran parte de los coordinadores de intimidad vengamos de este tipo de actividades, puesto que nuestra misión es ayudar a los actores en escenas de alto contenido dramático de una manera segura. Muchas veces he tenido que coreografiar momentos de sexo sin consentimiento o violaciones», indica este alicantino, que conocía a las fundadoras de IDC en Estados Unidos, y le invitaron a hacer un curso para optar a este puesto cada vez más solicitado. «Desde hace un año me ocupo casi exclusivamente de proyectos en televisión, soy de los pocos de género masculino en este campo en el Reino Unido», argumenta este técnico, que recuerda como uno de los retos más complicados de su carrera una grabación en un prostíbulo.